ℳเɾᥲdᥲ᥉ ᥡ Ꮯᥲᥒᥴเꪮᥒꫀ᥉ (Humbe)

6. Noche de mensajes.

Desde que conoció a Maya, algo en Humbe había cambiado. Cada vez que la veía o compartía un mensaje con ella, sentía una chispa de inspiración, como si todas las palabras y melodías que había guardado durante años ahora cobraran sentido. Maya, sin saberlo, se había convertido en su musa, en la razón detrás de cada nueva nota y verso que escribía en su libreta.

Era una tarde de lunes, y Humbe se encontraba en el estudio, repasando algunas ideas para su próximo álbum. Había estado experimentando con acordes suaves y letras que transmitieran la paz y la emoción que sentía cuando estaba cerca de Maya. Sin embargo, aún no había logrado capturar ese sentimiento por completo, hasta que una frase cruzó su mente: "Eres ese lugar donde quiero quedarme, aunque el tiempo siga pasando."

Se quedó quieto por un momento, repitiendo la frase en voz baja, sintiéndola resonar en su interior. Así, inspirado, comenzó a escribir.

Después de horas en el estudio, Humbe había logrado crear una canción que sentía que representaba todo lo que Maya le hacía sentir. La letra estaba impregnada de una ternura que nunca había mostrado antes en su música.

"Entre Tú y Yo"

Verso 1:
Entre tú y yo hay un mar de silencios,
murmullos que cuentan secretos inciertos.
Eres la paz que me arropa en mis sueños,
donde el tiempo se queda, donde quiero quedarme.

Estribillo:
Y aunque el sol se apague y la luna se esconda,
seguiré buscando esa luz en tu sombra.
Eres el faro que guía mis pasos,
el lugar donde siempre quiero quedarme.

Verso 2:
No hay prisa, ni miedo, ni un "tengo que verte".
Eres un susurro que llena el presente.
No sé si es amor o simple ilusión,
pero entre tú y yo hay algo que se siente.

Estribillo:
Y aunque el sol se apague y la luna se esconda,
seguiré buscando esa luz en tu sombra.
Eres el faro que guía mis pasos,
el lugar donde siempre quiero quedarme.

Puente:
No necesito más palabras, solo el eco de tu risa,
el calor de tu mirada que en mis días me cobija.

Estribillo final:
Y aunque el sol se apague y la luna se esconda,
seguiré buscando esa luz en tu sombra.
Eres el faro que guía mis pasos,
el lugar donde siempre quiero quedarme.

Al terminar la canción, Humbe sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Nunca había escrito algo tan personal, tan cargado de significado, y aunque aún no sabía si algún día Maya escucharía esa canción, se prometió a sí mismo que la guardaría, que la atesoraría hasta que llegara el momento perfecto para compartirla con ella.

Una semana después, Maya publicó una foto en sus redes sociales. Era una imagen de su última sesión fotográfica, una captura de la ciudad al atardecer, con tonos dorados y cálidos. En el pie de foto, Maya escribió: "La magia está en los detalles que pasan desapercibidos."

Humbe, sin pensarlo demasiado, comentó: "Como tú."

En cuestión de minutos, los seguidores de ambos notaron la interacción, y el comentario comenzó a recibir cientos de "me gusta" y respuestas. Las redes sociales se encendieron con rumores y suposiciones, y pronto, los titulares empezaron a surgir:

"¿Nuevo Romance? La Interacción Entre Humbe y Maya Que Todos Están Comentando"
"Humbe Llama a Maya 'Mágica': ¿Una Nueva Musa en Su Vida?"
"Fans Se Emocionan con el Intercambio Entre Humbe y la Misteriosa Fotógrafa Maya"

Maya vio la notificación y no pudo evitar sonreír al leer el comentario de Humbe. Sin embargo, al notar que las redes estaban enloqueciendo, decidió responder con algo simple para evitar que los rumores se descontrolaran.

Respuesta de Maya a Humbe:
—"Eres increíble ❤️"

A pesar de la sencillez de la respuesta, su intercambio continuó captando la atención de sus seguidores y, por unas horas, sus nombres se convirtieron en tendencia. Maya se sorprendió al notar el revuelo que un solo comentario podía generar y se dio cuenta de que, en cierto modo, la idea de ser vista junto a Humbe no le resultaba desagradable. Había algo emocionante en esa chispa de atención, en la idea de que alguien como él pudiera estar interesado en ella.

Esa noche, después de todo el alboroto en las redes, Maya se recostó en su cama y, en la oscuridad, los recuerdos comenzaron a surgir. No siempre había tenido la vida tranquila que ahora disfrutaba. La infancia de Maya había estado llena de conflictos y desorden, una etapa marcada por la incertidumbre y la falta de apoyo.

Su madre había sido una mujer fuerte, pero sobrecargada de responsabilidades. Trabajaba largas horas para mantener a la familia, y su ausencia creó una sensación de soledad que Maya llevaba consigo. No era que no la quisiera, sino que nunca parecía tener tiempo para ella. Los momentos de atención eran fugaces, interrumpidos por problemas económicos o discusiones familiares. Maya creció sintiéndose invisible, como si sus emociones y pensamientos no tuvieran lugar en el mundo.

Al recordar esos momentos, sintió un nudo en el pecho. Era un pasado que había aprendido a sobrellevar, pero que todavía guardaba en lo más profundo de sí misma. Nunca había compartido esos detalles con nadie, ni siquiera con Sofía y Sebastián. Tal vez, algún día, si las cosas seguían avanzando, se atrevería a hablar con Humbe de ese pasado, de las sombras que aún la seguían.

Mientras Maya recordaba su infancia, Humbe estaba en el estudio repasando la letra de "Entre Tú y Yo." Las palabras tenían un peso especial, y él sabía que estaban inspiradas en los momentos que había compartido con ella. Sin embargo, no podía evitar preguntarse si sus sentimientos hacia Maya eran solo una atracción pasajera o algo más profundo. Había algo en ella que lo hacía sentir en paz, que lo hacía querer quedarse y explorar lo que ambos pudieran llegar a ser.

Sin embargo, la relación que estaban construyendo era aún frágil, como un hilo fino que se entrelazaba cuidadosamente. No quería romperlo apresurándose, pero tampoco quería perder la oportunidad de descubrir hasta dónde podía llevarlo ese sentimiento.

Esa noche, después de toda la atención en redes sociales, Maya recibió un mensaje de Humbe:

Humbe:
"¿Te molestó el comentario que hice en tu foto? Vi que las cosas se volvieron un poco locas."

Maya:
"Para nada, Humbe. Me pareció lindo, solo que no esperaba tanta reacción. A veces me olvido de que hay ojos en todos lados."

Humbe:
"Sí, creo que a veces pasa. Pero si en algún momento sientes que esto es demasiado, solo dime. No quiero ponerte en una situación incómoda."

Maya:
"No te preocupes. Honestamente, no me molestó. Fue... bonito."

Hubo un pequeño silencio en la conversación, como si ambos estuvieran pensando en lo que querían decir. Finalmente, Humbe envió otro mensaje.

Humbe:
"Me alegra saber eso. Quiero que todo sea fácil entre nosotros, sin presiones."

Maya:
"Eso es lo que más me gusta de ti, Humbe. Me haces sentir tranquila."

El silencio que siguió en el chat parecía estar cargado de emociones no expresadas. Ambos sabían que había algo creciendo entre ellos, algo que aún no tenía nombre, pero que era innegable. Era una conexión que se construía lentamente, pero que con cada palabra y mirada compartida, parecía cobrar más vida.

Esa noche, Maya se quedó pensando en Humbe y en todo lo que él había comenzado a representar en su vida. Aunque aún no estaba lista para dejarse llevar completamente, sabía que él estaba despertando algo en ella que nunca había experimentado. Sentía que, a pesar de sus miedos y del pasado que cargaba, podía confiar en él.

Sin embargo, sabía que aún había un largo camino por recorrer, un camino que tomarían con calma, paso a paso, sin prisas. Y aunque sus sentimientos no estaban completamente definidos, una parte de ella esperaba, en silencio, a que ese día llegara.