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CAPÍTULO OCHO ! IRL ―
ESPRESSO " now he's thinking bout me every night, is it that sweet? i guess so. say you cant sleep, baby i know, thats that me espresso. „ ― luna carpenter
Luna caminaba de un lado a otro por su apartamento, con el teléfono en la mano, mientras se agotaba la cuenta regresiva final para su nuevo single. El equipo había elegido la medianoche para lanzarlo, el horario de máxima audiencia para los fans y para la tormenta mediática que seguiría. "Espresso" era su canción más atrevida hasta el momento, una canción pop pegadiza y de ritmo rápido con letras agudas y el filo suficiente para mantener a la gente hablando. No podía esperar a que el mundo la escuchara.
Pero había algo más en su mente esa noche. Algo, o mejor dicho, alguien, que seguía colándose en sus pensamientos.
Nicholas.
Desde su viaje nocturno, no podía dejar de pensar en él. La forma en que la miraba, la forma en que había sido tan directo sobre sus sentimientos. Hacía que su corazón se acelerara, y sin importar cuánto intentara actuar tranquila, no podía negar que se estaba enamorando de él. Y tal vez, solo tal vez, era hora de dejar de fingir lo contrario.
Un sonido en su teléfono la devolvió al momento. Revisó la notificación: un mensaje de Nicholas.
Nicholas:escuché que tu gran single sale esta noche. ¿debería llevarte a tomar un café para celebrar mañana?
Luna sonrió ante la ironía. "Espresso , café..." él siempre era rápido con los juegos de palabras. Pero esta vez, ella no estaba de humor para simplemente ignorar su encanto.
Luna:¿por qué esperar hasta mañana? ¿qué estás haciendo ahora mismo?
Nicholas no tardó mucho en responder.
Nicholas:absolutamente nada. ¿por qué?
Luna:entoncesven. escuchemos el estreno juntos.
Hubo una breve pausa, y Luna sintió que un pequeño escalofrío la recorría. Tal vez estaba siendo demasiado atrevida, pero esa noche no le importaba. Quería verlo. Quería hacer un movimiento. Ya basta de citas falsas y de bailes incómodos en torno a sus sentimientos. Era hora de que ella le devolviera el coqueteo, hora de que tomara el control.
La respuesta de Nicholas fue rápida y concisa.
Nicholas:estaré allí en 20.
Luna sintió que su corazón saltaba mientras miraba el reloj. Faltaban veinte minutos para que la canción sonara y ahora, Nicholas estaba en camino. Rápidamente se pasó una mano por el cabello, mirándose en el espejo antes de dirigirse a su sala de estar, el suave resplandor de las luces de la ciudad de Los Ángeles se filtraba a través de las ventanas.
