CORA FERRER
Llevábamos ya dos partidos de gira y todavía no había tenido la oportunidad de debutar. La verdad que me estaba sentando bastante mal porque todas mis amigas ya lo habían hecho y no podía evitar compararme con ellas.
—Lo estoy dando todo y parece que nada es suficiente, Pau —le dije mirando a la pantalla del teléfono donde se encontraba él tirado en su cama del hotel de California—. Llevo entrenando como una loca toda la pretemporada y nadie és capaz de ver lo mucho que me estoy esforzando.
—Acuérdate que a mi también me costó, Coreta —me intentó animar—, y mírame ahora. Salgo titular todos los partidos.
—Es que ya no se que hacer —seguí—. Estoy desesperada, de verdad.
—Esto no está en tu mano, Cora —siguió él—. Tú estás haciendo todo lo que tienes que hacer, lo demás ya llegará. No te estreses.
Lo miré desanimada sin saber que responder. Sabía que él me entendería, por eso decidí llamarle.
—Creo que me voy a ir a entrenar, Pauet —le dije ya un poco más calmada—. Quizás así tengo alguna oportunidad en el próximo partido.
—Está bien —respondió mirándome triste.
—Adiós, Pau —me despedí—. Hablamos luego.
—No te machaques de más, no te hará bien —me pidió casi en un susurro—. Adeu, Cora. Te quiero.
—No te preocupes por mí. Yo también te quiero, Pau.
Y colgué, no sin antes lanzar un beso a la pantalla que él hizo como que lo cogía en el aire y se lo llevaba al corazón.
***
Una semana después...—Cora, prepárate para mañana que seguramente será tu día —me dijo Pere Romeu, el entrenador del Barça femenino.
—Dios, no me lo puedo creer —dije emocionada—. Esto es un sueño, Pere. Gracias por confiar en mi.
—Te lo mereces, Cora —me respondió—. Llevas trabajando muy duro durante mucho tiempo para esto y por fin ha dado sus frutos. Recuerda que el trabajo duro es el camino al éxito. Sigue así y llegarás muy lejos.
—Muchas gracias, Pere —volví a agradecer—. Prometo que no te defraudaré.
—De eso estoy seguro.
Me dio un par de palmadas en la espalda y me dijo que podía abandonar la sala. Salí emocionada hasta mi habitación, donde sabía que estarían todas mis amigas.
—VOY A DEBUTAR —grité emocionada al abrir la puerta.
—¿¡QUE DICES TÍA!? —se levantó corriendo Martina y vino a abrazarme. Poco después se unieron las demás.
—Te lo mereces, mi amor —me dijo María—. Has trabajando incansablemente para esto y por fin ha llegado el día.
—Enhorabuena, tía —me felicitó Noa mientras dejaba un beso en mi cabeza.
—El mundo no está preparado para ver a la gran Cora Ferrer en acción —bromeó Clara mientras pasaba su brazo por Lis hombros y me atraía hacia ella con cariño.
—Muchas felicidades, Coreta —me felicitó Natalia mientras me daba un abrazo—. Nadie se merece esto más que tú.
—Muchas gracias a todas chicas —les dije emocionada—. Os quiero muchísimo.
Ellas me volvieron a abrazar y al poco tiempo nos sentamos en las camas. Seguimos hablando sobre el partido, que era de aquí tres días durante un buen rato hasta que todas se fueron a su habitación, a excepción de Martina ya que esta vez compartía con ella.
—Tía, voy a salir un momento a llamar a Pau —la avisé.
—Tú novio se alegrará más que nadie de oír la noticia —me dijo mirándome pícara.
—No es mi novio, imbecil —le respondí sonrojada.
—Tú cara no dice lo mismo —insistió sonriendo.
Salí de la habitación sacándole el dedo del medio pero reprimiendo una sonrisa. No sabía que me pasaba con todo lo relacionado con Pau últimamente que me hacía sonreír como una tonta.
—Hola, Pauet —saludé feliz cuando su cara apareció en la pantalla de mi móvil.
—A alguien le van muy bien las cosas por allí —me dijo sonriente—. Me encanta verte sonreír, Coreta. ¿A que se debe?
—Puede ser que me hayan dicho que jugaré mi primer partido con el primer equipo —le expliqué nerviosa.
—NO ME LO PUEDO CREER —contestó mientras se reincorporaba rápidamente en su cama—. Estoy tan feliz por ti, cuca.
—¿Me has llamado cuca? —pregunté divertida al escuchar el apodo.
—Puede ser —respondió sonrojado—. ¿Te acuerdas cuando éramos pequeños y tú abuelo te llamaba así y yo empecé a hacerlo también porque me hacía gracia?
—Como para olvidarlo —respondí—. Odiaba ese apodo con toda mi alma.
—Pues vete acostumbrado porque creo que lo voy a retomar —sonrió pícaro.
—Ni se te ocurra, Cubarsí —lo amenacé desafiante.
—Eso ya se verá, cuca —me dijo para picarme.
—Te odio —le dije haciéndome la enfadada.
—No es verdad. Me adoras —afirmó vacilante.
—Flipado —lo piqué.
—Sabes que es verdad, Coreta.
—Pude ser.
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Hola mis niñaaasss!! No me gusta nada este capítulo pero quería subiros algo hoy.Para los que no sois catalanes, cuca es un apodo bastante típico para niñas pequeñas en catalán. A mi por ejemplo me llamaba así mi tío, por eso he decidido ponérselo a Cora. ¿Os gusta?
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Otra vez tú - Pau Cubarsí
FanfictionUn futbolista y una futbolista, un viaje familiar a Ibiza, dos amigos de la infancia y un reencuentro. ¿Qué pasará entre ellos?