Noches mágicas » F1 One Shots de Navidad

NOCHE 7🎄 Lost in Withefish

Día: 7/11
Piloto: Carlos Sainz
Autora: wwcharlesgf
Wordcout: 8.107

Dedicación especial a:

muchobart | marm0lv1ej0  | toninkmarshmay  | 

Para ganar una dedicación especial, participa de la dinámica diaria en mis historias de instagram @leclercmybae 🎀

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- Carlos -

Verla patinar era como verla flotar en una nube. Y lo más especial de todo, era que te hacía flotar con ella. Se deslizaba con una elegancia por la pista de hielo que me entraron ganas de ser parte de su equipo y patinar junto a ella.

Previamente a aquello, estaba en una esquina, parecía que le sudaban las manos por cómo se limpiaba en las medias. Tenía un vestido que brillaba casi tanto como ella.

Y era... joder, era preciosa.

Te voy a poner un poco en contexto.

Hacía tres diciembres que había tomado la decisión de tener como tradición ir a ver competir a Freya Nguyen. ¿La conocía? No personalmente. ¿Ella me conocía a mí? Lo dudaba muchísimo. Pero ahí estaba, como un idiota, observando cada movimiento que hacía como si mis ojos no pudieran apartarse de ella.

—Se te cae la baba —me murmuró alguien.

Cuando me giré, era una niña que calculando rápidamente, deduje que no tendría más de ocho años. Y, cuando me sonrió, lo hizo mellada. Justo le faltaban las dos palas.

Sonreí con diversión.

—¿No eres demasiado pequeña para conocer esa expresión?

—¿Y tú demasiado mayor para estar observando con unas gafas de sol a una patinadora?

—Mhm... me caes bien.

—Y tú a mí —me guiñó el ojo—. ¿Quieres galletitas de jengibre? Las hice con mucho amor, pero nadie me ha comprado.

—¿Por qué?

—Porque Sammy y su grupo han dicho que tengo la peste y todo el mundo se lo ha creído. —ella sonrió—. ¿Te imaginas? Volvería una enfermedad que ahora es prácticamente histórica.

Miré de reojo a Freya. No quería dejar de mirarla, pero la niña de mi lado no dejaba de parlotear. Y yo no era tan maleducado.

—Perdón, ¿te estoy molestando? Es que estoy nerviosa. Y cuando estoy nerviosa, hablo y hablo y hablo. Pero ella es genial, ¿a que sí? Yo creo que daría una parte de mi alma por deslizarme en la pista de hielo como ella.

Tragué saliva. Yo también daría una parte de mi alma, pero para hacerlo junto a ella.

—Eres pequeña aún, podrás conseguirlo con mucho esfuerzo.

—Ah. No, no creo. Mira, pienso que hay cosas que simplemente naces con ellas. Tengo talento para hacer galletitas, pero no para patinar. Y está bien, ¿sabes? Lo he asumido.

—¿Cuántos años dices que tienes?

—Nueve, ¿por qué?

—Eres muy inteligente.

—Gracias.

—Dame esas galletitas... y un poco de chocolate, por favor.

—Dios mío, no puedo creer que Carlos Sainz quiera mis galletitas —exclamó gritando en un susurro.