Next door; Jobe Bellingham

seis

"Pequeñas aventuras"

Emma caminaba de un lado a otro hace veinte minutos peleando con su madre por teléfono, la fémina había decidido de último irse de viaje con sus amigas sin haberle avisado antes a su hija.

— ¿Y papá?

— Tiene tres cirugías hoy Emi — explicó.

— Bien, ya está la próxima solo avísame con tiempo — colgó.

Largo un suspiro y pensó en que podría hacer, en una hora tenía un examen final era su último día en la universidad hasta el próximo año y no tenía com quien dejar a Zoe, sus amigas también estudiaban y el padre de la pequeña estaba fuera de la ciudad por trabajo, los abuelos mucho menos era como dejarla en el infierno. No podía llevarla a la universidad, era una pequeña y contratar a una niñera a las cinco y media de la mañana no era muy rentable.

Su única opción eran los dos hombres que vivían a su lado y con toda la pena del mundo marcó el número de Jobe. Zoe la miraba confundida sentada en el sofá con una cara de sueño.

— Who the fuck is calling me at this hour.

— Jobe — dijo apenada.

— ¿Emma? — sonó más despierto — ¿Pasó algo?

— Tengo que pedirte un favor muy importante — inicio a explicar — ¿Podrías cuidar de Zoe? Es que tengo un examen que rendir en una hora y mi madre se fue de viaje, mi papá trabaja, mis amigas estudian también y su padre no está en la ciudad.

— Claro que sí Emma, no es ningún problema tengo entreno hasta la tarde.

— Dios Jobe me has salvado y perdón por levantarte.

— No pasa nada, ahora bajó a abrirte.

Emma volvió a agradecerle y colgó metiendo sus cosas a su auto, tomó a Zoe de la mano y junto a su mochila tocó la puerta de la casa de al lado, Jobe abrió aún con cara de sueño pero recibió a la pequeña muy feliz, la castaña explicó cosas básicas, como sus alergias, que hacía para entrenarla y sus comidas, Jobe la tranquilizó y le dijo que se fuera o llegaría tarde ellos estarían bien.

Emma se despidió de su hija pidiéndole que se portara bien y salió de la casa del moreno, ambos chicos se quedaron sentados en el sofá en silencio por un momento, Jobe procesaba lo que acababa de aceptar dándole pequeñas miradas a la rubia que parecía perdida y con sueño.

— ¿Quieres dormir? — le preguntó y recibió un leve asentimiento de ella — bien, vamos pequeña Zoe.

Subió a su habitación y arreglo lo mejor posible para que la pequeña estuviera cómoda, puso un par de almohadas en el piso por si llegaba a caerse lo que esperaba que no y se acostó a su lado, Zoe empezó a parpadear y rápidamente se quedó dormida, el moreno la veía dormir tranquilamente y decidió imitarla, puso una alarma a las siete y quedó dormido a los segundos que cerró los ojos.