Tú lo cambiaste todo

Tú me haces sentir mejor

Lía Evans....

Entramos al lugar y pedimos crepas con nutella y fresas, también unos batidos de chocolate...amo el chocolate...y...bueno Max pidió 3 crepas y 2 batidos...es un niño comelón.

-ahora sí, ¿me vas a contar?-le pregunté-

Él suspiro pero no me miraba ni decía nada.

-Max te estoy hablando-le insistí algo preocupada-

Max Allen...

¿Qué se supone que debía decirle?, soy un tonto, débi haberle dicho que no le contaría, debí haberle insistido, soy un tonto, ¿por qué tendría que importarle mi vida a ella?, como dice mi madrasta soy poquita cosa como para importarle a alguien, ni mamá me quiso. Creí que pasar la tarde con ella sería bueno para mí, creo que ahora me retracto.

Suspiré.

-tengo problemas con mi padre-le dije para que no siquiera insistiéndome-

-¿Qué clase de problemas?-me preguntó mirándome-

-no le gusta que discuta con mi madrasta-tomé un sorbo de batido-

-pensé que vivías con tu mamá-me dijo-

-no-le respondí-

-¿Dónde está ella?-me preguntó-

-yo...yo..-no iba a llorar en ese momento, tengo que ser fuerte-no quiero hablar de eso, Lía

Lía Evans....

Vi que Max se puso muy triste cuando le pregunté por su mamá, me senté a su lado y coloqué delicadamente mi mano en su espalda.

-ya Max-le dije-si no quieres contarme ahora, entiendo

-¿enserio?-me miró a los ojos-

-claro-le sonreí-solo quiero que estés bien

Él sonrió y me abrazó, mientras lo abrazaba sentí algo goteando en mi blusa, me separé un poco y vi algunas lágrimas rodando por las mejillas de mi Maxwell...hum..digo, de Max

-Max no llores-le pedí de manera calmada-

-lo siento-secó sus lágrimas-

-tú no estás solo, Maxwell-le dije-yo estoy contigo

-lo sé-acarició mi mejilla suavemente-soy muy afortunado

Bajé la cabeza para evitar el contacto visual y solo sonreí.

-no te has comido eso-le miré fugazmente para evitar sonrojarme-

-ya me lo como-sonrió ampliamente-

Después de salir de la cafetería caminamos al parque que estaba por allí cerca, queríamos solo matar el tiempo y respirar un poco, él lo necesita.

Llegamos y nos sentamos en los pequeños columpios rojos y estuvimos hablando de varias cosas, todas sin el mayor sentido así no presionaría a Max a que me contara, no quería verlo triste.

-no sabía que cantaras-le dije-

-me gusta mucho-me respondió-

-me encantó, lo haces muy bien-me columpié un poco-

Max tenía la mirada clavada en el piso y no se movía, no me gustaba verlo así.

-mi madre se va a casar-me dijo sin mas y yo paré mi columpio-ella va hacer una nueva familia. Ella me abandonó cuando yo era un niño, jamás me quiso pero yo a ella si.

Vi que Max quería llorar nuevamente así que me paré de mi columpio y me coloqué a su lado.

-no digas eso Max-intenté consolarlo mientras pasaba mi mano por su cabello-tu madre no sabia lo que hacia, ella no tiene ni idea del maravilloso e increíble niño que dejó-mis últimas palabras salieron tan inconscientemente que hasta yo me sorprendí-

-gracias-me dijo levantándose del columpio-gracias por escucharme

-no tienes que decirlo-le sonreí-eres mi amigo

-tú me haces sentir mejor-me abrazó-

-tú a mi-susurré-

Siempre.