Capítulo extra: ¿Te casarías conmigo?

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Narra la escritora

Cuatro años se han pasado ya y Lía y Max han llevado su relación de lo mejor durante todo este tiempo, como en toda relación ellos tuvieron uno que otro problema pero lo supieron afrontar y llevar siempre su amor sobre lo que se les presentara.

Lía tiene 21 y Max 22, podría decirse que ellos y su noviazgo han crecido y madurado por igual, el tiempo es la mayor prueba de que este amor es verdadero y que ha valido la pena hasta ahora haberlo mantenido, las mariposas no se han ido, la relación es mas fuerte que nunca, las miradas son tan inocentes como la primera vez. Veremos que sucede ahora que Max ha decidido dar el siguiente gran paso.


Max Allen...

He estado preparando esto desde hace una semana y me decidí a pedírselo hace dos meses, la verdad es más difícil de lo que parece en la televisión o el cine, me he matado pensando la forma correcta de dar el siguiente paso, de pedirle a Lía que sea mi esposa, quiero que esto salga bien, como ella se lo merece.

Hace un año que vivimos juntos, creo que el día que hicimos la mudanza al departamento fue uno de los más felices para mí, esta es una de las decisiones más importantes de mi vida y sé que no me arrepentiré de ella.

-¿princesa?-toqué la puerta de la habitación-

-entra amor-escuché su voz-

-¿estas lista cariño?-le pregunté-

-ya casi-respondió-

Se veía realmente hermosa con ese vestido negro, ella seguía siendo la misma chica tímida, soñadora y divertida de siempre, me fascina verla y charlar con ella, es algo único y especial casa segundo a su lado. Lía estaba tratando de hacerse una coleta en su muy rebelde cabello pero algunos mechones caían en su rostro y por eso tardaba.

-asssh-se quejaba frente al espejo-

Caminé hasta quedar detrás de ella y tomé sus manos para que no siguiera.

-¿Qué haces, Max?-me preguntó-

-ya princesa-le sonreí-así te ves perfecta

-claro que no-se soltó y se paró se la silla-este cabello no se queda quieto

Besé su frente y acomodé algunos mechones detrás de su oreja.

-tú..-besé su nariz-eres perfecta así como estas ahora y siempre, sabes que amo todas tus perfectas imperfecciones cariño

-odio que seas tan tierno-rió-

-lo sé-hice una mueca-pero ven ya vamos

-ok-suspiró-por cierto, ¿ya me dirás donde iremos?

-es sorpresa mi vida-tomé su mano y nos dirigimos al auto-


Lía Evans...

Subimos al auto y Max condujo a través de la noche, la verdad no tengo ni idea de adonde vamos, no me quiso decir y además anda raro desde hace algunas semanas en especial esta ultima. Condujo alrededor de dos horas en el auto y aun no llegábamos.

-Maxwell ¿Dónde vamos?-le pregunté-

-espera un poco cariño-me dijo-

Suspiré y dirigí mi mirada a la ventana, después de una hora mas en el auto llegamos a un lugar con muchos arboles y flores, parecía el inicio de algún bosque, la verdad me estaba asustando un poco.

-Damián Allen ¿Qué hacemos aquí?-lo miré-

-tranquila princesa-tomó mi mano-ya sé que el viaje ha sido largo, pero verás que valdrá la pena

-esta bien-le dije-confío en ti

Caminamos por 15 minutos entre los arboles y llegamos a un punto en donde había un precioso lago cristalino, el cual reflejaba la hermosa luna llena que había aquella noche, había velas flotando en rosas dentro del agua, un camino hecho con pétalos de rosa y de pronto empezó a sonar una canción lenta.

-¿Qué..que ..es todo esto Max?-miré cada detalle del lugar y era realmente romántico-

-la sorpresa de la que te hablé-sonrió-

Se acercó a mí y me tomó de las manos mientras me miraba fijamente con sus preciosos ojos azules.

-intenté de todas las formas hacer de este momento especial-me dijo-quería que esto fuese perfecto. Lía te amo, te amo mas que cualquier cosa, eres la chica mas increíble del mundo, eres hermosa, inteligente, dulce, amable, divertida, eres perfecta como siempre te lo digo y como nunca me cansare de decirlo. Hace dos meses me di cuenta de lo mucho que te amo y de lo importante que eres para mí, hace dos meses que quiero decirte esto pero no sabía como.

-Max..-mis lágrimas ya estaban rodando por mis mejillas-

Max secó mis lágrimas y dejó un suave beso en mis labios, luego otro y otro, entonces se arrodilló.

-esto ya es como quería que fuese-mi miró fijamente-tu haces todo mi mundo y jamás pensé llegar a sentir todo esto por alguien, te adueñaste de mi corazón y es todo tuyo, quiero estar a tu lado por el resto de mi vida y compartir cada sonrisa, cada lágrima y cada camino nuevo que nos depare la vida, no te voy dejar caer jamás y tu mano siempre encajara perfectamente con la mía, y es de esa forma como quiero llegar al altar contigo, Lía ¿quieres casarte conmigo?

-Maxwell-dije entre lagrimas, la felicidad no me cavía en el pecho-yo..yo..claro que quiero, acepto casarme contigo, eres el chico que cualquiera quisiera a su lado, te amo, te amo tanto como para casarme contigo, quiero ser feliz siempre a tu lado

Max se paró y sacó una cajita con un bellísimo anillo, tomó mi mano y lo colocó suavemente en uno de mis dedos.

-te amo princesa-me sonrió-

Me abrazó por la cintura y me besó apasionadamente.

Es el día más feliz de toda mi vida, amo a mi novio y me voy a casar pronto con él, todos estos años han sido increíbles y estoy segura que el resto de mi vida a su lado será mejor, pronto seré la señora de Allen.




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