Fueron felices y comieron perdices

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James & Lily

-Puede besar a la novia.

James tomó con suavidad a su mujer. Su mujer, que bien sonaba eso. La besó con dulzura. Besó a su mujer. Podía sentir como Lily sonreía. Se separaron, ojos avellana contra ojos esmeralda, sonrientes, orgullosos, esperanzados, enamorados, felices. Ninguno de ellos cambiaría ese momento ni por todos los galeones del mundo.

Sin embargo, lo que James más disfrutó fue el baile. Una canción que él mismo había escogido minuciosamente comenzó a sonar: "Che gelida manina" de la ópera La Bohème. Lily sonrió mientras James la sacaba bailar acompañada de la suave música.

-¿Qué? -susurró James.

-La has escogido para abrir el baile. La canción principal de la única ópera que logré convencerte de ver juntos.

James sonrió. Adoraba verla feliz, y en ese momento ambos lo eran.

-Sé que la adoras y yo adoro el recuerdo de esa noche. No hay canción que me recuerde más a ti que esta.

Lily sonrió y le besó, haciendo caso omiso a los vitoreos y aplausos del resto de los invitados.

Pronto cayó la noche. Lily se sentó junto a Alice y Frank Longbottom.

-Lily, tenenos algo importante que contarte -Alice sonreía, abrazada por su marido.

-¿Qué? -respondió Lily, emocionada.

Alice posó una mano sobre su vientre.

-Voy a ser madre. Y quiero que seas su madrina.

-No sé que decir...

-Pues que sí, boba.

Lily se echó a reir y abrazó a su mejor amiga. En cuanto se separó notó la mano de James en su hombro.

-Alice, ¿ya piensas robarme a mi mujer para hacer cosas de chicas? No llevamos ni un día casados.

Todos rieron. James sacó a Lily de nuevo a bailar.

-Esta es la noche más feliz de mi vida -susurró él en su oído-. No pienso olvidarla, ni aunque me lancen 3.000 obliviates.

-Más te vale -bromeó Lily.

James suspiró. Nunca hasta entonces había sido tan feliz. De pequeño odiaba las bodas, le parecían empalagosas y aburridas. De hecho, él y el resto de Merodeadores habían jurado en su primer año no casarse jamás. James nunca sintió ganas de romper esa promesa hasta que besó a Lily por primera vez. Y desde entonces su pensamiento no había cambiado, ella era la mujer con la que quería compartir el resto de su vida.

Lily, en cambio, siempre había soñado con casarse con un príncipe azul, vivir feliz en su casa soñada y tener una vida perfecta. Pero había acabado casándose con un miembro de la Orden del Fénix, viviendo gran parte de su día a día en los cuarteles de la Orden y desde luego, su vida era muchas cosas, pero no perfecta. Y sin embargo no cambiaría nada de ella. Y no creía que nunca llegara el día en que comenzara a desear ese cambio. Siempre la querría así. Siempre.



Dedicado a EvitaRev. Aquí tienes, gracias por ser la primera en interesarte, no sabes lo importante que es esto para mi.

Harry Potter: One-Shots & PreferencesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora