agora; Giani Odoguardi.

013; final

la cantante estuvo hasta tarde pensando si realmente valía la pena irse aunque le duela, pensaba, ¿que puede ser peor? ¿irme o quedarme? si él nunca me elegiría entre millones, puede estar con quien quiera, ¿por qué justo conmigo?

no podía dormir, la cabeza no la dejaba, dudaba.

en eso le llega un mensaje de Guadalupe, preguntándole realmente como estaba, la conocía hace poco pero todos saben lo transparente que es la chica aunque lo disimule.

le confesó que dudaba demasiado de si misma, no sabía que hacer pero en el fondo, se convencía de que era lo mejor, de que Gianfranco iba a olvidarla, aunque le costara, no la necesita para nada en su vida.

la morocha simplemente dejo que se desahogara, sabía que era en vano decirle algo, sería complicarla más, además, si azul quisiera una respuesta, la pediría.

se quedaron hablando hasta las cinco de la mañana, se iba haciendo de día, y la de ojos azules tendría que armar sus valijas. para aligerar el ambiente, Guada le ayudó con algunos looks, sabía que la convocaban para modelar, y a la chica le gustaba el estilo de la productora Pompei.

empezaron a reírse, bajo, ya que todos fueron a casa de Martina.

se despidieron, y la chica visualizo a su amigo, por su cara entendió que escuchó todo. -¿se va y no me dijo? -su amiga asiente. -¿por qué? si todo estaba bien.

-no lo sé, Gian; y tampoco es mi incumbencia decirte. -suspira y se acerca. -a las seis tiene que estar en el aeropuerto, porque su vuelo sale a las seis y media.

Odoguardi sabía que insinuaba, ir a detenerla.

le parecía absurdo hasta que se vió pidiéndole la camioneta a su amigo, Nicolás, para ir al aeropuerto.

llegando, buscó en las pantallas el vuelo y en que puerta estarían los pasajeros, cuando leyó todo, se dirigió al sector que era, como si la vida los quisiera juntar, ahí estaba ella, con su teléfono y una mueca triste. Gianfranco notó como escribia y borraba mensajes.

la cantante sintió un peso, se sintió observada, no dudo en buscar y sus ojos chocaron. Azul se levantó de su asiento sorprendida de verlo allí, desde su punto de vista, el chico estaba en apenas pijama, su cabello revuelto y su cara suplicando que se quedara.

desde la perspectiva del morocho, ella estaba con orejas y sus ojos cansados, pero aún así, seguía hermosa.

no me tengo que acercar, me tengo que ir. pensaba ella.

no te vayas, acércate a mi. pensaba él.

ella solamente dió pasos atrás, tratando de mantener aún más distancia.

pasajeros del vuelo 108, es hora de abordar.

cómo si la trajera a la realidad, parpadeo, miro al suelo y volvió a mirarlo.

agarró sus valijas, y mentalmente le pedía perdón.

en la mente de los jóvenes solo rondaba el ¿por qué? y las batallas internas de cada uno, Gianfranco se intentaba calmar a si mismo, comvenciendose de que era su decisión.

Azul intentaba convencerse de que él iba a estar bien; tenía a sus amigos y se tenía a él mismo.

Gianfranco iba a estar bien, tenía que estarlo.

ella empezó a darse vuelta y caminar, pero se detuvo.

se dió vuelta a mirarlo, él tenía sus ojos llorosos.

¿por qué no te quedas? preguntaba él.

por qué nunca me elegirías.