Nada más divertido que reencarnar en Japón junto con los personajes de Tokyo Revengers.
Para nuestra protagonista todo parece normal... esperen, ¿quién cambió la historia? ¿Fue ella?
Pandillas =Muchas Peleas + Mucho Drama
¿Te atreverías a formar par...
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Los pasillos de la secundaria resonaban con el bullicio habitual de estudiantes charlando, lockers cerrándose con fuerza y risas que llenaban el ambiente. Entre todo ese ajetreo, una figura destacaba como un destello en medio del caos. Su cabello rojo intenso caía en suaves ondas sobre sus hombros, brillando bajo la luz artificial como si tuviera vida propia. Un par de ojos verdes, tan profundos como un bosque al amanecer, se paseaban con curiosidad por el entorno, evaluando cada detalle con una tranquilidad casi desarmante.
Algunos alumnos, aún en plena transición entre la adolescencia a la adultez, se quedaron momentáneamente en silencio al notar su presencia. No era común ver a alguien como ella en esos pasillos. Su porte transmitía una mezcla de confianza y sofisticación que no pertenecía a ese lugar. No llevaba su típico uniforme café, lo que de inmediato la distinguía como una extraña.
Al pasar frente a un grupo de chicos que discutían animadamente sobre un partido reciente, las voces se apagaron gradualmente. Uno de ellos intentó recomponerse y susurró algo al oído de su amigo, quien rápidamente giró la cabeza para observarla también. La atmósfera cambió ligeramente con su presencia, como si todos en ese pequeño universo de pasillos y lockers sintieran que había entrado alguien de un mundo distinto.
Ella, sin embargo, parecía no prestar demasiada atención. Su mirada seguía enfocada hacia el final del pasillo, donde una puerta con un letrero que indicaba "Aula 3-D" y abajo un letrero que decía "Club de Manualidades" se encontraba entreabierta. Con una pequeña sonrisa apenas visible en sus labios, continuó avanzando, ignorando los murmullos y las miradas que la seguían como una sombra. Su destino estaba claro, y aunque los ojos de los demás estuvieran puestos en ella, la pelirroja no tenía intención de detenerse.
—Amor, no me fuiste a buscar. — dijo Fumiko con un puchero, apenas entró al aula notó que la mayoría de las chicas se voltearon a verlas.
Sin embargo, Fumiko solo tenía la mirada fija en el chico de cabello lila que se encontraba siendo arrimado por una chica con una trenza de lado. La cara de la joven cambió a una mueca al ver que le habían interrumpido en su coqueteo con el líder de aquel club.
Mitsuya se sorprendió de verla, y por poco preguntaba por qué estaba ahí, de no ser por la chica que estaba invadiendo su espacio personal.
—Lo siento, surgió mucho trabajo. — se apartó de la joven con disimulo y caminó hacia la pelirroja.
—Siempre dices eso. — Ella se mostró decaída y miró a otro lado, a lo que Mitsuya colocó una mano por debajo de su barbilla para que volviera su mirada a ella.
—Perdón, prometo compensarlo...
—Mitsuya, —llamó la chica de cabello castaño que hace poco estaba pensando que tenía un avance con el chico más popular de la escuela. — ¿Ella es...?
—Oh, lo siento, ella es Takami Fumiko...
—¿Tu amiga? — preguntó con cierta curiosidad, queriendo molestar a la pelirroja, quien arqueó una ceja ante tal intento.