Capitulo 3

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Aquellos garañones de oscuridad revoloteaban alrededor de Conejo acechándole, le alejaban del indefenso Sandman que luchaba en una ardua batalla entre sus arenas doradas y las arenas negras de las pesadillas. Mientras mis amigos les hacían frente yo intentaba encontrar al menos una cerradura que me permitiera abrir la jaula.

Cupido me observaba detenidamente desde lo mas profundo de su encierro, seguía mis manos con su mirada, se le veía muy pensativa.
—"No se te ocurre que si hubiera una salida me hubiera escapado ya hace mucho?"
Su voz era aguda pero no molesta, su timbre era suave pero sus palabras pesaban.
—"Debe haber alguna manera de sacarte".
—"Sorpréndeme".
Indiferente, pero parecía astuta. Se mantenía al margen observando no más, era como si me retara a encontrar una solución sin su "valiosa" ayuda.
—"¿Sabes? Creo que tu y yo nos llevaremos muy bien". —Dije intentando ser simpático.
Congelé las cuatro rejillas del frente, las enfrié tanto hasta debilitar la plata. No tuve que dar indicaciones, ella se hizo a un lado. Me dejé ir con fuerza quebrando las barandillas en miles de trozos, tal fue mi impulso que embestí con el fondo de la jaula aflojando el soporte.
—"Salgamos antes de que esto se caiga". —Indiqué.
Tomé su brazo y me dispuse a salir pero ella se resistió.
—"¿Qué haces?" —Pregunté.
El soporte reventó, la jaula comenzó a caer. Cupido se sujetó de mi brazo y me llevó halado junto con ella hacia el fondo del abismo. Ambos estabamos asustados. No dejabamos de caer hasta que conseguí sacarla, la sujeté y me elevé dejando ir la jaula que colicionó con las rocas del fondo. Sentí su agitada respiración cerca de mi, tenía sus brazos enroscados en mi cuello, incluso sus piernas se trepaban en las mías.
—"¿Te encuentras bien?"
—"Déjame en tierra firme y lo estaré".
No la entendía muy bien pero no era momento de intentarlo. Subí de regreso con ella a cuestas en busca de mis amigos llevándome una gran sorpresa [...] uno de los boomerang de Conejo casi nos golpea, era todo un caos, las pesadillas se habían alborotado violentamente atacando desenfrenadas. Volé esquivando las arenas oscuras que nos atacaban pero venían con tal velocidad que lograron desequilibrarme, caí contra el suelo soltando a Cupido que rodó unos cuantos metros más adelante. Quise levantarme contra las pesadillas que la acechaban pero las arenas me embestían incansantes, ni siquiera podía acercarme.
—"¡Niño de hielo!" —Me gritó.
—"Lo siento pero esta vez te salvará el de arena". —Respondió Conejo al llamado de auxilio lanzando su boomerang para disipar las arenas dándole la oportunidad a Sandman de tomar a Cupido.

Los tres estaban bastante cerca de la salida, en cuanto a mi las pesadillas me bloqueaban el camino.
—"¡Saquen a Cupido de aquí!"
—"¡Pero Jack! ¡¿Qué hay de ti?!"
—"¡Váyanse!"
Con las orejas agachadas se dio la vuelta tomando a Cupido en sus brazos, Sandman alejo las pesadillas dándose la oportunidad de escapar.

Allá afuera Norte y Hada les recibieron felices pero no tardaron en darse cuenta que alguien hacía falta.
—"¿Dónde está Jack?"
Cuando Hada preguntó angustiada Cupido bajó bruscamente de los brazos de Conejo y se paró frente a la entrada de la cueva, formó un corazón con sus manos y susurró algo entre dientes, nadie entendió qué hacía.

Las pesadillas me tenían acorralado, se había formado una inmensa nebulosa oscura que me bloqueaba el paso, estaba por darme por vencido cuando entonces un recuerdo vino a mi... me vi derrotando la oscuridad de Pitch aquella vez hace mucho cuando aún no era oficialmente un guardián, aquel recuerdo me devolvió la confianza y me llenó de valor para desprender una fuerte ventisca congelando toda aquella masa de oscuridad, aproveché el momento para escapar a toda velocidad.

Salí del agujero cegado por la luz, desesperado por dejar atrás la oscuridad, ni siquiera me percaté de la chica que estaba ahi parada. Choqué con Cupido, ambos fuimos a parar a unos rosales detrás del trineo, no entiendo cómo ella cayó sobre las flores y yo terminé con todas las espinas insertadas en la piel, al menos estabamos bien.
—"¡Já! ¡Misión cumplida!" —Exclamó Norte.
Se agarró la panza sonriente después de soltar gran carcajada. Hada corrió a nosotros, me tomó de las manos para ayudar a levantarme pero cuando intentó ayudar a Cupido ella la rechazó poniéndose de pie por su cuenta.
—"Me alegro que se encuentren bien". —Exclamó Hada con su admirable humildad aunque apenada por el rechazo, sonriendo timidamente.
Norte dejó ir una fuerte palmada en mi hombro felicitándome, estabamos más que satisfechos con el resultado de la misión.
—"Eh, si, no se hubieran molestado. Pero ¡Hey! ¡Gracias! Ya me había aburrido de estar allá..." —Interrumpió Cupido la celebración con tono sarcástico mientras retrocedía poco disimulada. Sonreía incómoda y no detenía su mirada en ningún punto fijo.
—"Ya era tiempo ¿No crees?" —Pregunté sonríete.
Quería agradarle, intenté ser amable. Por un momento me miró con rostro confiable pero pronto se perdía en una máscara de indiferencia.

El Origen de los Guardianes 2: En busca del Espíritu Olvidado [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora