CAPITULO [1]: Clifford Bay

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Ha transcurrido un año desde que pisamos por primera vez la playa de Clifford Bay, un año desde que mamá murió y aun no tenemos novedades de Carlos, un año desde que nuestras vidas cambiaron para siempre.

Las cosas en esta ciudad van bastante bien, tuvimos que cambiar un poco nuestros aspectos físicos para no ser reconocidos fácilmente, el general Mayers que es la persona a cargo de la ciudad levanto una orden de captura sobre nosotros y por lo mismo hemos vivido escondidos en una bodega que esta ubicada bajo tierra en uno de los edificios de la manzana de comercio de la ciudad que aún no está del todo disponible.

De vez en cuando salimos por la noche a recorrer y buscar comida, pero la mayor parte del alimento lo hemos obtenido pescando en la playa o de animales y frutos del bosque por donde llegamos, eso sí todo lo hacemos de noche.

Con el paso de los meses los militares dejaron de buscarnos, algunas personas en la ciudad creen que estamos muertos o que decidimos arrancar por el mar en alguna embarcación improvisada, pasamos a ser un mito y por un lado nos ha servido para mantenernos con vida.

Ann y Jess hace meses que insisten en la idea de huir por mar y convertirnos realmente en un mito, pero yo sin Carlos no me iré a ningún sitio. No sabemos que ocurre fuera de la ciudad por que todas las comunicaciones aquí son internas, no existe el internet y la única radio que se puede encontrar transmite cosas locales y una que otra canción.

Se supone que el mundo debe haber cambiado, los países estaban trabajando en armas de destrucción masiva para terminar con la sobre población y crear nuevas ciudades más modernas y ordenadas, la finalidad de todo era que un pequeño grupo de gobernantes tuvieran el control completo sobre el planeta y todas las riquezas.

Ese es el mundo en el que vivimos ahora, estoy seguro que si nuestros antepasados supieran como iba a terminar todo se hubieran suicidado en el dos mil cuando se suponía era el primer fin del mundo.

Tom ha dedicado este último año a ejercitarse y tres veces en la semana instruye al grupo completo con rutinas de ejercicios para mantenernos saludables.

Eliot se ha convertido en un increíble cazador, gracias a él tenemos algo para comer todos los días y Victoria se ha especializado en la cocina y la verdad lo hace bastante bien, poco a poco hemos ido formando un hogar aquí abajo, lo único que odio es que este sitio me recuerda mucho al bunker que construyó papá.

La vida en la ciudad por lo que sabemos funciona relativamente bien, las personas adultas que fueron rescatadas hacen todo tipo de labores, como trabajar en fábricas y limpieza, son profesores, abogados y doctores. Los niños en su mayoría están dentro del centro de entrenamiento donde dicen que les enseñan todo lo relacionado con el nuevo orden mundial y los preparan para llevar al nuevo mundo a desarrollarse, ellos serán los encargados de que los planes de los gobernantes triunfen.

—¡Hey! —Me dijo Victoria sin conseguir mi atención, me encontraba tan perdido en mi análisis de toda la situación que no la escuche. —Disculpa no te había escuchado ¿Qué decías? —Le pregunte a Victoria que me miraba un poco confundida.
—Que vengas a cenar Joe, estas ahí medio perdido —Me dijo un poco preocupada.
—OK, lo siento el encierro ya me esta matando —Le respondí.
—Tranquilo ya vamos a salir de aquí, ven a cenar —Me invitó, esta vez con una dulce sonrisa.

Minutos después Jess era la última en sentarse a cenar, Eliot está noche apareció para dejar unos cuantos trozos de carne y volvió al bosque a cazar así que no estará presente en la comida.

—¿Eliot tiene una chica afuera? —Pregunto Jess con una sonrisa muy pícara.

Tom la miro muy sorprendido, porque la verdad todos pensábamos que había un poco de simpatía entre ella y Eliot, así que la pregunta vuelve todo muy incómodo.

BUNKER: El Misterio Del Nuevo MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora