Cap. 1: Reconstrucción

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    El sol de la mañana estaba asomándose por las ventanas abiertas, los débiles reclamos de los perezosos niños se hacían oír en varias casas, pues sus respectivas madres los despertaban para ir a desayunar, mientras que, otros, eran espantados de la comodidad de sus camas.

    En otro caso:

—Sonic... Sonic... ¡Sonic, despierta! —gritaba en susurros a la par de que movía el cuerpo del erizo para que abandonara los brazos de Morfeo, dios del sueño—.

—Mm... Tails... —susurró con los ojos aún cerrados, el zorrito de dos colas creyó que lo escuchó, pero nada más, el azulado estaba hablando entre sueños, a lo que frunció el ceño—.

—Sonic, Eggman lo ha destruido TODO —replicó, aún susurrante—.

    Sonic siguió durmiendo.

—Shadow quiere la revancha.

    Era inmutable.

—Amy viene por ti.

    Inamovible.

—Mephiles busca venganza.

    Inalterable.

—Se acabaron los chili-

—¡¿QUÉ?! ¡¿CÓMO?! —Se alteró levantándose como rayo encima de su cama—. ¡¿Cómo que se acabaron mis preciosas?! —transformó sus manos en puños y frunció el ceño—. Digo, ergg, ¿qué decías? —preguntó bajando al piso, un tanto más tranquilo aunque su corazón latía a mil—.

—Nada —mintió con los ojos hechos canicas y una gota de sudor tamaño máximo en su sien—.

—Oh, ¡qué bueno, colega! Por poco y creí que se acabó la guarnición que guardé en el congelador, jeje —rió algo nervioso, ráscandose la nuca, y de paso, colocándose sus calzados rojos—.

—¿Guarnición? —repitió en un hilo de voz agudo, achicando aún más la vista—.

—Ajá, dejando el tema: ¿qué pasó del experimento que ibas a mostrarme? Pasaste dos días enteros arreglando fallos "terribles" de lo que sea que creaste, cuando me dijiste que estabas por acabarla. —Ahora era él el que empezó a sudar frío—.

—Ejém, claro... pero debo ser perfeccionista, ¿no lo crees?

—Nah, no lo creo, no hace falta —contestó guiñándole un ojo, logrando que Tails sonriera débilmente y se sonrojara, feliz de aquel elogio—.

¿Eh? ¿Por qué siento acalorado el rostro? Ojalá no me haya sonrojado... sería estúpido —pensó,  pero luego volvió en sí y dijo lo siguiente: —Bueno, mejor sígueme al taller para que te muestre mi nueva obra. Así que debes agradecer mucho al "Doctor Huevón" o de lo contrario jamás lo haría.

—¿Eh? —Estaba intrigado, gracias al... ¡¿Doctor Eggman?! Eso tenía que verlo—.

_Ya en el taller_

    Tails tenía su nuevo proyecto, al fin culminado, encima de una plataforma de metal tipo camilla con elevador (N/A: No sé cómo se llama ese objeto) en el cual parecía reposar un cuerpo cubierto por una manta blanca algo polvorienta.

—¿Y eso es...? —preguntó dudoso, enarcando una ceja—.

—Es Metal Sonic —respondió con orgullo, destapando de un jalón al susodicho—.

—¿Qué?... —Sus ojos se abrieron como platos por la impresión—.

—¿Qué pasa? ¿No te gusta?

—Pero... Pero... ¿por qué lo hiciste? O sea —suspiró—, no lo entiendo.

—¿Cómo que no lo entiendes? Metal podría ayudar-

—¿Ayudarnos? ¡Va a matarme! ¡Tratará de asesinarme porque yo ya lo "maté"!

—¡No lo hará! —replicó—. ¿Verdad que no lo harás? —preguntó más suave, volteando la cabeza hacia donde el robot—.

—No —se escuchó una voz tímida—.

—¡¿Q-Qué?! Él...

—Ya sé que es "algo" tímido, pero podemos ayudarle a cambiar eso —propuso con una media sonrisa—.

—Vaya —murmuró para procesar bien las cosas, observando a su "copia barata", el cual al sentir su penetrante mirada posada en él, decidió rodar en sí mismo para darle la espalda y (de paso) ocultar un sonrojo.

Sonails: Amigos con derechoWhere stories live. Discover now