Dos

90 12 4
                                    

Este capítulo está registrado en SafeCreative. Todos los derechos están reservados. No está permitida su copia ni distribución sin la autorización de la autora.


Zona residencial.

Beta Dorada. 14:25h.

Dejo a un lado el peine y sonrío ante el espejo con frialdad. No entiendo qué hago aquí ni por qué nos han obligado a venir a esta colonia. Aunque me esfuerzo en parecer relajada, me estoy muriendo por la necesidad de saber algo; en verdad cualquier cosa me bastaría para aplacar mi ansiedad.

Oigo a Alex resollar en la cama. Ha terminado de ayudarme con el equipaje. Me regalo unos segundos para contemplar sus mejillas sonrosadas mientras él permanece inmóvil. Está realmente guapo; aunque más bien lo es.

— Ya está todo –dice poniéndose sobre su espalda-, ¿necesitas algo más antes de que me vaya?

Me encojo de hombros. Sé que está inquieto por irse. No es el tipo de chico al que le gusta hacer el vago. Seguro que está deseando ponerse a entrenar o a ayudar a mi padre. Al fin y al cabo, por algo es su mano derecha y por algo me gusta. Odio a los perezosos.

Niego con la cabeza y me empiezo a trenzar el pelo. Me encantaría que me dijese por qué estamos aquí, pero sé que no me dirá ni una palabra hasta que mi padre se lo permita. Y sé que eso no sucederá pronto.

— ¿Vas a entrenar? –pregunto dispersa.

— Aún no. Debo hablar con tu padre. Tenemos que concretar los detalles de la misión.

— ¿Misión? –dejo entrever mi sarcasmo- Apenas es una intercepción. ¿Qué tenéis que ver vosotros en ella? Cualquiera la podría dirigir. Ni siquiera entiendo por qué nos hemos trasladado. Y además, ¿y mi preparación para el senado?

Alex se incorpora y se lleva las manos a la cara. Veo su pulsera dorada rodeando su muñeca y no puedo evitar ojear la mía. A veces me imagino que son horribles cadenas que nos aprisionan y clasifican de por vida.

— Podrás seguir entrenando y estudiando aquí –dice con abatimiento-. Si todo va bien, volveremos muy pronto a Alpha. Incluso a tiempo para la primera convocatoria.

— ¿A qué te refieres con eso? ¿Qué tiene que ir bien?

— Blue –deja ir un suspiro- basta. Sabes que es confidencial y que tú eres...

— Sí, una simple civil –completo con inri.

— Exacto. La curiosidad a veces es negativa y tú tienes demasiada.

Se pone de pie y se acerca a mí. Por un segundo tengo la absurda impresión de que me va a besar. Mi cuerpo se altera de manera ilógica. Es una reacción tan intensa que el vello se me eriza y siento la necesidad de que se lance a por mis labios. Sin embargo, solo me coge la mano. El alivio y la decepción me invaden a la vez.

— Hablamos luego –sonríe.

Se despide de mí con un gesto formal y me quedo sola, únicamente acompañada por mis acompasados latidos.


Zona de entrenamiento.

20:01h.

Alex tiene razón. Soy demasiado curiosa y en ocasiones, demasiado tozuda e impulsiva. No sé cómo me aguanta. A veces daría todo lo que tengo por no ser así; por ser más como Judith, mi compañera de preparación en Alpha. Ella es tranquila, tímida y muy formal. Es una pena no tenerla aquí conmigo; me impediría hacer lo que estoy haciendo.

ForgottenWhere stories live. Discover now