Capítulo 6 "Es un extraño obsequio"

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Me sentí relajada y liviana, un apacible sentimiento de satisfacción se apoderó de mí, pero justo cuando me percaté que Damian tenía la intención de que me desmayara o algo, reaccioné bruscamente.

-¿Qué demonios acabas de hacer- Pregunté inquieta mientras pegaba un brinco hacia atrás.

Estaba intentando hacer que me desmayara. De pronto, un sin fin de cosas que Damian podría hacer si estuviese desmayada llegaron a mi mente, mis pensamientos daban vueltas y vueltas, tenía todas las intenciones de irme de ahí y olvidarlo todo, claro, después de regalarle unas cuantas golpizas a Damian.

Entonces colocó sus manos sobre mi cuerpo, sentí el calor y se inclinó hacia mí, ya no sabía que hacer; solo me relajé, su boca cubrió la mía; me besó con dulzura y desesperación.

Por un momento me dejé llevar, las mariposas en mi estómago revoloteaban por doquier y sin parar, pronto regresé la realidad ¿Estaba acaso besando a Damian de nuevo?

Me apresuré a separar mi boca de la suya, sin embargo él se oponía, no quise gemir o gritar para no empeorar la situación, nuestros cuerpos estaban tan pegados que no supe qué decir, me incomodaba el hecho de que me presionara a seguir con el beso pero muy en el fondo tampoco quería dejar de besarlo, entonces posé mis manos sobre su pecho y retrocedí dando un gran paso.

Me senté en una de las camas que habían, por supuesto la más cercana, me costaba trabajo respirar, estaba confundida por el beso.

Damian jadeaba, se sentó a la par mía, sin palabra alguna. Respiraba una y otra vez, su vista se dirigía al suelo al igual que la mía.

-Lo lamento- Dijo, en seguida se paró y se dio la vuelta para irse.

Sin embargo antes de salir de la habitación volteó a donde estaba, Damian caminó rápidamente hacia mí otra vez y me agarró la cintura, desesperadamente me besó de nuevo, su boca hacía una gran presión en la mía, sentía su calor adentrándose en mí, sus labios fueron a parar hasta mi cuello, esta vez no me opuse a lo que hacía. Fue acostándome en la cama; mientras él me besaba con una gran pasión el cuello, una vez más sus labios llegaron a los míos, se podía sentir la pasión y desesperación que poseía en ese momento a una gran distancia.

De pronto todo acabó al notar que en la ventana había una mariposa de un color naranja amarillento, él paró y yo voltée a ver esa mariposa, Damian estaba encima de mí, no me quitaba la vista de encima, sus ojos ardían en una gran profundidad.

-Vaya Alice, haces que me sienta en el cielo- Confesó mientras se acercaba una vez más a mí y me besaba una y otra vez, lo hizo como 4 veces más. De repente paró, se levantó y se sentó a un costado de la cama, me acomodé la blusa y me senté.

-No te haré daño Alice, si eso es lo que piensas-

-Eso lo tengo claro- dije sonriendo

Algo me decía que ya era hora de marcharme, me paré mientras me arreglaba el cabello y componía una vez más la blusa, él se paró enfrente mío, trazó una línea en mi cabello, tratando de peinarme. Quito un poco de cabello de mi cuello y enseguida me dio unos cuantos besos apasionados en él, llegó hasta mi oído y me susurró:

-Extiende tu mano-

La extendí sin oponerme, él me obsequió una alfiler; el alifer era muy grande y un poco grueso, tenía escritos extraños en un idioma que no supe reconocer, luego noté que también tenía grabado "Alice Palmer" bajé la cabeza y le eché un vistazo a la mariposa que estaba en la ventana, ahora estaba inquieta y movía sus alas bruscamente.

Damian notó que estaba fijando mi vista en la mariposa, entonces su mano pasó rozando mi barbilla, mientras me levantaba la cabeza y me besaba los labios.

-¿Para qué es?- Pregunté alejando mi boca de la de él.

Me cerró la mano cuando me lo entregó y prosiguió con el susurro -Ya tu lo sabrás, piénsalo bien Alice- esa fue su respuesta final.

El ángel de las alas rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora