|| Between Heaven & Earth || Suga ||

6. Guerra de Kimbap

[YOONGI's POV]

Kim, esa maldita, encima que juega mejor que yo... No. No juega mejor que yo, juega bien pero no mejor que yo; la salvo de morir atropellada en la calle y me da las gracias pisándome, bastante fuerte para ser una chica. Está loca. Y para hacerlo mejor, me hace perder el equilibrio y me caigo sobre ella en el medio de la calle. 

Apenas llego al departamento, entro y cierro la puerta detrás mío con fuerza. ¿Por qué tiene que molestarme tanto? Estúpida.

— ¿Y a ti qué te pasa que tratas así la puerta?  — Boa se acerca comiendo un paquete de Pepero.

— ¿Tú qué haces aquí? ¿No tienes clases? — me calmo un poco.

—  Mi profesora se tuvo que ir y mamá me fue a buscar antes —  se sienta en el sillón y enciende la tv.

— Dame uno —  trato de meter la mano en el paquete pero ella lo aparta.

— ¿Cómo se dice? — ¿pero que les pasa a las mujeres hoy? ¿Se complotaron para molestarme?

—  POR FA-VOR...¿me das uno? —  trato de sonar amable.

— Ya verás, muy pronto te mostraré que Kim es un ángel y tendrás que darme tus ahorros — me dice antes de que llegue a la puerta de mi habitación.

JÁ, JÁ. Kim, un ángel... claro.

Juego un rato en internet con Taehyung y me dice que estuvo llamándome pero mi celular no sonó. Lo reviso y... mierda. Éste no es mi celular. ¿Esa es Kim en el fondo de pantalla? 

* * *

Ay, no. ¿Y ahora qué hago? No tengo ganas de verlo. De repente el celular de Yoongi vibra y casi lo tiro al suelo del susto. La foto de una chica aparece en la pantalla con el nombre de "Hyejin Baby".
Pero qué meloso resultó ser Yoongi, escribir baby al lado del nombre de...

¿Su novia? ¿Será su novia?

La llamada se termina y la foto de esa chica desaparece. Ya que no tiene clave, no le haré ningún daño si echo un vistazo a su celular. Está lleno de juegos, mensajes de Taehyung, Hoseok y algunos más que no conozco. Y de esa "Hyejin Baby". Abro su conversación y por las cosas que se escriben, parece que sí.

Hyejin es su novia.

No sabía que existía la chica que aguantase a el malhumorado de Yoongi pero, al parecer sí. Marco mi número y llamo. Después de sonar 2 veces, él atiende.

— Hey, tienes mi celular — le digo antes de decir siquiera "hola".

— Pero qué observadora. Y tú, el mío — me contesta con tono burlón. Cierro los ojos y respiro profundo. No debo dejar que acabe con mi paciencia.

— ¿Y bien? Ven hasta mi departamento, devuélvemelo y te daré el tuyo — le respondo. Oigo risas del otro lado durante unos segundos. ¿Qué dije que es tan gracioso?

— ¿Qué yo vaya? Ven tú, por tu culpa me caí y nuestros teléfonos se mezclaron — eleva su tono de voz como si estuviera enojado, haciéndome alejar un poco el celular de mi oído.

— Oh disculpa, me olvidé que no estás en forma para subir un piso por las escaleras, a juzgar como te vencí en el juego de basket de hoy... — lo escucho resoplar en el celular y la llamada se corta.

— Aish, ¿pero qué...? — me quejo en voz alta.  Me deja hablando sola, que descortés. Me levanto y tiro su celular contra el sillón. Cuando estoy por ir a la cocina a buscar un ddeobokki, alguien me interrumpe golpeando a la puerta. 

Otra vez abro sin preguntar; debo quitarme esa costumbre. Yoongi entra sin permiso y sin siquiera saludarme, golpeando mi hombro con su brazo al pasar.

— ¿Dónde está? — me dice, revisando todo el lugar con su mirada.

— Hola Kim, ¿cómo estás? Disculpa que te hiciera caer hoy, ¿no te lastimaste, verdad? — digo sarcásticamente. Él me mira sin inmutarse ni un poco por mis palabras.

— ¿DÓN-DE? —  me dice. Hago rodar mis ojos y estiro mi brazo, señalando el sillón.

Además de irritarse con facilidad, no tiene modales. El es el claro ejemplo de por qué me alejé de los humanos y evite tener una relación de cariño con alguno de ellos.

— ¿Y mi celular? — me paro frente a él. Mete la mano en el bolsillo trasero de su jean y me lo da.  —No habrás revisado nada, me imagino — me concentro para oír sus pensamientos. No estoy segura de que me conteste sinceramente.

"JÁ, ¿temías que viera los cientos de mensajes de tus admiradores secretos.? JÁ JÁ JÁ" 

— ¿Para qué querría verlo? — me responde. Maldito mentiroso.

De pronto, comienza a mover su nariz como si fuera un perro oliendo comida.

— ¿Tienes... kimbap? —  gira hacia la cocina y da unos pasos. Lo miro sorprendida, ¿éste es medio perro o qué?

— No — empiezo a caminar detrás de él. ¿Cómo hizo para oler el kimbap desde la sala?

— No, no, no... ¡Hey! —  le grito al ver que está abriendo la bolsa donde está el kimbap. — ¡Son para mi hermana!

—Sólo uno, tienes porciones como para ocho personas — intenta quitarme la bolsa de la mano.

Lina, entrando al departamento, interrumpe nuestra absurda lucha.

— Oh, hola Yoongi, no sabía que estabas aquí. No creí que se iban a hacer amigos tan rápido —deja sus llaves sobre la mesa. Yoongi y yo nos miramos confundidos y termino empujándolo para que quite sus manos de la bolsa.

— Te compré estos kimbap y él quería comérselos, Lina —  corro hacia donde está ella.

—  Pues sírvelos. ¿Quieres quedarte a cenar, Yoongi? —  le pregunta con una sonrisa.

"¡LINA! ¿QUÉ HACES?"

 — "¿Qué? ¿No está aquí porque es tu amigo ya?" — me pregunta ingenuamente. 

—"No, estaba intentando deshacerme de él..."

— "Es sólo una cena. Y no hablemos así porque puede resultarle raro que estemos tanto en silencio" — me dice Lina.

Mientras sirvo los kimbaps, Yoongi apoya los codos sobre la mesa y me observa.

—Deberías aprender de tu hermana, ella sí es amable y tiene modales — le clavo una mirada intimidante y él me muestra su mejor sonrisa gummy.

Mirá quién habla de amabilidad y buenos modales. Juro que te haría comer un rollo de kimbap detrás del otro hasta que digas basta y aún después de eso, seguiría dándote más, Min Yoongi.