La rebelde y el guapo: capítulos extras

Once: Por el bien de los bebes

Decir que estaba preocupada se quedaba corto a lo que sentía. Era un manojo de sentimientos y pensamientos.

Después del enfrentamiento entre Elliot y Chris, y mi visita al hospital, Elliot se había vuelto más posesivo y mandón que nunca. De por sí le gustaba mandar, ahora tenía todo el derecho y tenía que darle la razón.

Chris era un problema en nuestras vidas. Por mucho que yo quisiera ayudarlo si Elliot no ponía de su parte, sería todo en vano y por el bien mío y de los gemelos, habíamos acordado que no tendría contacto con Chris.

Pero muy en el fondo me moría de la preocupación por él. Habían pasado tres semanas desde que lo vi y no había sabido nada de él.

Su madre me había dicho que se había ido a comprar los muebles para su nuevo apartamento y que le había dicho que mantendría la promesa que me hizo pero yo aún así, no confiaba del todo en su palabra.

Sabía que debía de hablarle y decirle que estaba con él en las buenas decisiones que tomara pero en aquellas circunstancias, temía que recayera en el alcohol y que no pudiera rescatarlo.

Sin embargo, no podía salir ni hacer absolutamente nada. Mis bebés estaban en un estado muy delicado y debía de cuidarlos a ellos primero. Si les pasara algo, yo... Ni siquiera podía pensar en ello.

Elliot entró en la habitación con unos envases que seguro había preparado Lucía.

- Lucy te manda algo de comer y dice que no estar tan ocupada esta semana, vendrá a verte.

No le respondí. Se que lo hacía para protegerme pero su actitud con su primo no me hacia muy feliz que digamos.

- ¿Quieres comer ahora?

- Quisiera que habláramos primero, ahora que estas calmado.

- Si hablarás de Chris, no voy a escucharte.

- Es tu primo, es tu familia. Por lo menos deberías dejar que repare el daño que le estamos haciendo.

- ¡Daño que el mismo provocó! -alzó la voz pero después se calmó-. Entiendo que sientas culpa y que las hormonas por los bebés te pongan un poco maternal con respecto a Chris, pero no esperes que olvide todo lo que te hizo.

- Si yo pude hacerlo, ¿Por qué tu no puedes?

- Porque mi juicio no está influenciado por hormonas y porque no veo a Chris como un indefenso cachorrito al que hay que cuidar. Es una persona egoísta que no diferencia lo bueno y lo malo, y que haría todo lo posible por tenerte con él. Esta obsesionado contigo y como no te puede tener intenta darte lástima.

- ¿Crees que se abandonaría al alcoholismo sólo para obtener mi atención? No creo que quiera entrar en ese juego, Elliot. Chris esta deprimido y arrepentido. Me da miedo que estando ebrio intente algo malo.

- ¿Cómo que? ¿Secuestrarte? ¡Oh, espera! ¡Ya lo hizo!

- No es necesario ser sarcástico -le regañe.

- Violeta, cariño. Entiende de una vez que mientras más quieras ayudarlo, más se aferrara a ti y querrá tenerte. No me preocupa lo que pueda hacerse a sí mismo, Chris no es ese tipo de persona. Más miedo me da que intente algo en contra de nosotros. Eso es mucho más probable.

- Sólo quiero ayudarlo -sollocé.

- Lo sé -me acunó el rostro con su mano-. Pero no te corresponde a ti hacerlo.

Sabía que Elliot tenía razón pero me sentía tan mal al ver a Chris sumergirse en un pozo oscuro y sin poder recatarlo.

Nadie merecía eso. Ni siquiera Chris.