"Fragancia"

Me encontraba en uno de los pasillos menos concurridos de Hogwarts, eran ya las tres de la madrugada y me era imposible no pensar en cierto rubio que me traía loco desde que lo conocí, lance un sonoro suspiro al recordar sus finos labios sobre los míos, era realmente inevitable no sonreír, pero la sonrisa desapareció completamente al escuchar una voz a mis espaldas.

-¿Albus?-Di un pequeño salto de susto al escuchar la voz del dueño de todos y cada uno de los pensamientos que rondaban por mi cabeza.

-Scorpius-Susurre girándome sobre mis talones para encontrar los hermosos ojos azules de mi compañero de cuarto.

-¿Qué haces aquí?-Iba a responder pero unos pasos me interrumpieron, instintivamente tome a Scorpius del brazo y nos encerré en un aula completamente vacía.

Logre ver como Scorpius iba a hablar pero antes de en sus labios se pudiera apreciar siquiera un monosílabo mi dedo índice se ubico en ellos, sonreí inconscientemente al ver un ligero rubor en las mejillas del dueño de mis sueños.

Luego de unos minutos se dejaron oír pasos alejándose, solté un sonoro suspiro de alivio.

-¿Me dirás que hacías aquí?-Cuestiono cruzándose de brazos y levantando una de sus finas cejas.

-Pensaba-Respondí simplemente mientras me acercaba a la ventana y veía como la noche y las estrellas eran espectadoras.

-¿En que pensabas?-Pregunto acercándose a mi. Me senté en el marco de la ventana y lo mire.

-¿Ahora te interesas en mi?-Cuestione frío al recordar que me había ignorado por tres largos días.

-¿A que te refieres?-Me vio curioso.

-No puedo creer realmente que preguntes tal cosa, llevas ignorándome tres días, Scorpius-Dije con la mirada baja.

-Albus, yo...-Lo interrumpí.

-No digas nada Scorpius, sé que no corresponderás mis sentimientos jamás, pero realmente me mata que siquiera me dirijas la palabra, somos mejores amigos, o tal vez ya no lo seamos-Esto último lo dije en un susurro, más para mí que para el rubio que se encontraba en frente.

-No lo entiendes ¿Verdad?-Pregunto con dolor.

-No, realmente no entiendo nada, Scorpius-Susurre viéndolo.

-Mi padre jamás aceptaría nuestra relación, comprende que no quiero decepcionarlo, he intentado enorgullecer a mi padre todos estos años pero nunca he logrado escuchar de sus labios siquiera un simple "Te quiero" o "Estoy orgulloso de ti"-Dijo al borde de las lagrimas.

Lo observe y no pude evitar sentirme identificado con aquellas palabras, siempre intentaba ser fuerte frente los demás, pero mi padre siempre pensó que era la decepción de la familia. Mis hermanos, James y Lily ambos en Gryffindor, cariñosos, valientes y yo siempre la oveja negra de la familia.

Baje del marco de la ventana y envolví a el único amor que he tenido entre mis brazos.

Scorpius siempre estuvo junto a mi, mi hermano James, me maltrataba por ser un Slytherin, decía que solo era un error en la familia alguien que no valía la pena. Desde que entre en Hogwarts he soportado a idiota de mi hermano y el único que lo sabía era Scorpius, siempre entregándome su hombro para poder llorar, sin juzgarme.

Nos permitimos llorar, sin decir palabras, solo nos aferrábamos al abrazo como si nuestra vida dependiera de ello. No pude evitar sentir la fragancia a perfume muggle junto el olor saldado de nuestras lagrimas, me separe lentamente de el y quite las pequeñas gotas salinas que emanaban sus ojos.

Nos miramos a los ojos por segundos que parecieron eternos embriagándonos con la mirada del otro, lentamente fui acercando mi rostro al suyo hasta que nuestros labios chocaron, comencé a moverlos con tranquilidad, transmitiéndole todo el cariño que sentía hacia el, todo el amor que por dos años oculte.