#2O | Te amaré a pesar de todo

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23 de octubre, 2:50 a.m.

—¿Compraste los boletos?

—Sí, todo está listo, Hoseok —él me miraba, cómplice de mis planes, le sonreí agradecido, le debía una grande— Hazlo bien, ¿entiendes? Quiero llorar de felicidad cuando los vea mañana —subí el rostro con una gran sonrisa, imaginando nuestro día juntos—. ¡Vamos, hombre! ¡Ve por tu Julieto!

Lo abracé por última vez, susurrándole un gracias en el oído para luego salir corriendo, directo su habitación, todo estaba listo; el taxi, nuestras cosas dentro, el lugar.

Iba a robarme a Taehyung.

Para ser más concreto, el plan de todo esto surgió hace poco, las ganas de decírselo fueron más intensas con forme pasaba los días y lo miraba en las noches escurrirse a mi habitacion, me mordía la lengua para no decírselo y me reía a escondidas con Jimin, quien fue él que me dio la idea pero, claro, el plan es mío.

Hoy por fin es el día, ¡que emoción!

Me escurrí dentro de la habitación, directo a su cama, observé su silueta bajo sus cobijas, me acerqué hasta su rostro, él despertó pasando sus manos por mi cuello.

—No hagas ruido —le susurré, quité la cobija de su cuerpo, tenía puesto su pijama y una camiseta blanca con muchas lineas coloridas dibujadas en ella, incluso así, era el ser más hermoso para mí.

—¿Qué haces, Hobi? —Lo silencie con un beso, pasé mis manos bajo su cuerpo y lo cargué, escuchaba sus pequeñas risas en mi cuello, bajé hasta el segundo piso, sin hacer ruido, Jimin nos esperaba abajo con las llaves del auto rentado que nos esperaba en el sitio sorpresa.

—Suerte amigo, todo saldrá bien.

—Gracias, Jimin, en serio —lo abracé fuerte con mi brazo derecho, este solo acarició el pelo de Taehyung, estaba agradecido por todo.

El plan era escaparnos por dos días enteros, solos nosotros dos, hoy era el día más importante para mí. Se lo pediré, juro que lo haré y todo será perfecto porque con él, ya todo lo era.

Subí al taxi aun con él, tomados de la mano, él subía y lo observé, tenía una hermosa sonrisa en su cara.

—¿Qué es todo esto? ¿A dónde vamos? —Le indiqué al taxista que empezara el camino directo a nuestro destino.

—Es una sorpresa —jugué con su cabello, acomodando su cabeza en mi hombro, debía descansar—, duerme, te despertaré cuando lleguemos.

Habían pasado ya, una hora de viaje, estábamos por llegar al centro de camiones de Seúl, directo a la isla Yeouido donde nos esperaba un hermoso día. Tomé con cuidado su rostro, lo admiraba dormir, acaricié su rostro, una sonrisa salió de mis labios, paré de mover mi mano pero su mano tomó la mía y la movió para indicarme que continuara, abrió sus ojos y me miró.

—Hola —le sonreí.

—Hola —me devolvió la sonrisa, cerrando los ojos.

—Ya vamos a llegar —miré hacia el frente, observando desde lejos nuestro próxima parada.

—¿Entonces no me dirás a dónde vamos? —no lo volteé a ver pero sabía que hacia algún puchero.

—Un secuestrador nunca rebela su escondite —ladeé mi rostro, él se echó a reír lo cual me contagio también.

—Bien, bien —se limpiaba las lágrimas de risa—, entonces, señor secuestrador, no pondré resistencia —levantó sus manos con una sonrisa enorme.

¿AMIGOS? ; VHWhere stories live. Discover now