South Park "Craig Y Yo."

29.- Decepción.

Después de estar algunos minutos fuera de la realidad, el salón de lleno de alumnos. Ninguno de ellos fueron Red o Craig.

Estaba desesperada, y de alguna manera preocupada. Red era peligrosa, demasiado, porque aunque yo confiara en Craig, no era suficiente.

Tanta fue mi desesperación que lo único que hice fue pararme de mi asiento y caminar hacia la puerta, ignorando los comentarios de Garrison o algún alumno en particular. Al salir, corrí al baño, de alguna manera presentía que algo no estaba bien.

Sexto sentido activado.

Y como lo había dicho antes, algo no estaba bien. Mi sorpresa fue tan grande al abrir la puerta del baño que lo único que pude hacer fue volver a cerrarla e intentar olvidar la escena que mis ojos acababan de ver.

Eran 2 siluetas, 2 siluetas convertidas en una misma, ya saben a lo que me refiero, "juntas". Pero no eran cualquier  silueta, eran ellos. 

NARRA CRAIG

Después de que Jess se fue, o más bien Rebecca y yo nos alejamos de ella, no me sentía bien.  Tampoco me sentía cómodo estando con la pelirroja. No podía negar que ella era guapa, y que aunque no quería admitirlo, la había extrañado, porque aunque esos sentimientos que alguna vez llegue a sentir por aquella chica en el fondo seguían ahí, yo quería a Jess, y eso jamás alguien iba a cambiarlo.

O tal vez sólo me estaba equivocando.

Metido en mis pensamientos, Red me llevóa uno de los miles de rincones que se encontraban en South Park Elementary. La chicha hablaba y hablaba de esas típicas cosas de chicas mientras me compartía de un pequeño jugo que traía desde hace un rato en las manos.

Sonó la campana y Red estuvo distrayéndome para que no entráramos.

Y creo que lo estaba logrando.

Mientras más caminaba más me sentía mareado.

Algo no andaba bien aquí, sin embargo no le di importancia.

Iba a cometer el más mínimo error.

Me iba sintiendo de mal en peor hasta que de un momento a otro Red me jaló al baño de chicas.

¿Qué está pasando?

La tentación me estaba ganando.

No lo hagas, Craig.

La tentación me había ganado.

No...

Ella me había drogado.

No te falles a ti mismo, por Dios.

La perfecta prueba para demostrar que yo, Craig Tucker, era una persona débil.

Le había fallado a ella.

Pude escuchar el sonido de una puerta abriéndose, hasta que de un momento a otro se oyó un portazo.

Pude verla.

Simplemente su mirada, ella estaba destrozada.

Le había fallado a mi mundo.

Le había fallado a ella.

Todo por haberse enamorado de una persona débil que no creía en el amor hasta que ella llego a su puta vida.

No podía hacer nada.

Simplemente nada.

NARRA JESS

Me había fallado. Había entrado en un estado de desesperación.

Salí de la escuela, no podía seguir en ese lugar. Salí a caminar en las nevadas calles de ese pequeño pueblo montañés, e intente tener mi mente despejada.

Era inútil tan sólo intentarlo...

Y pensarlo.

¿Qué puedes pensar después de que un amor te falla?

Simplemente decepción.

Estaba devastada, desilusionada, ya ya no sabía que hacer.

Lo había perdido.

Desde hace un rato, ya llevaba unos minutos desde que escuchaba unas pisadas, y aunque antes no me hubiera animado a voltear, decidí alzar la cara y encontrarme con el mismísimo Jack.

Esto iba de mal en peor.

-Hola Bebé. ¿A dónde tan sola?- Mencionó mientras de su bolsillo sacaba una cajetilla de cigarrillos.-  ¿Quieres?

Sí.

-No, y por favor, déjame en paz, ahora mismo no estoy en condiciones para soportarte...

-Vamos. ¿Por qué no superas eso todavía? Ya vamos para los... no sé, ¿6 años? Y tú todavía no lo superas.

-Me arruinaste la vida.

-Ya va. ¿Has visto a Red?

Y tenía que preguntarme sobre ella.

-No. Y por favor, déjame caminar en paz. - Se encogió de hombros y se fue caminando en dirección contraria hacia la mía.

Estaba furiosa, desesperada, tan sólo necesitaba un perdón, pero ni a eso llegaba. 

Él simplemente estaba acabando con mí vida.

Estaba tan metida en mis pensamientos, que no había oído que alguien a lo lejos me gritaba desesperada.

-¡JESS!

¿Había oído bien?

-¡JESSICA!

Alguien había gritado mi nombre.

-¡CUIDADO!

Pero que cojon...

Apenas me dio tiempo de voltear cuando ocurrió la tragedia.