Capítulo 1: El primer día.

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Ernesto Díaz de Oca se mudó a Aguascalientes con su familia, pues sus padres encontraron trabajo en dicha ciudad y querían aprovechar la oportunidad. Ernesto fue cambiado a otra secundaria; ya que era estudioso y amable debía de terminar la secundaria en una de las mejores de la ciudad, que aunque es de gobierno, parecía un colegio europeo por su hermosa arquitectura que impresionaba a sus visitantes. Los patios extensos y las aulas tan grandes relajan y expresan muchas cosas educativas, además de la convivencia, paz y tranquilidad que había entre los alumnos y maestros. La escuela se llama Benito Juárez, inspirado en las ideas que tenía el liberal.

Ernesto, en su primer día de clases, comenzaba el ciclo escolar con ansias de terminar por fin la secundaria, además de conocer a sus nuevos compañeros. Pero en medio de la emoción y la felicidad, recordaba a su mejor amigo; cosas que pasaron ellos juntos, y una promesa que tal vez no cumpliría.

—Hola, nunca te he visto por aquí –comentó una chica con el mismo color del uniforme pero con un cabello color castaño.

—Ah sí, es que mis padres y yo nos mudamos y pues soy nuevo en la escuela...y en la ciudad –respondió Ernesto con nervios.

—¡Oh!, con razón te me figuras nuevo en la escuela. Me llamo Maricela pero todos me dicen "Mary" –se presentó ella.

—Perdón, ¿Pero me puedes decir tu nombre completo?

—¿Para qué?, eso suena raro para mí —Maricela se pone a pensar y desconfiar de Ernesto.

—Sólo para conocer una amiga —aclaró las cosas.

—Bueno, me llamo Maricela Esquivel Sánchez, pero dime el tuyo, también quiero conocer  a un nuevo amigo.

Ernesto no le quedaba otra opción que obedecerla, para seguir con las respuestas justas de la presentación.

—Soy Ernesto Díaz de Oca.

—Bueno, se nota que no eres de Aguascalientes después de todo. Sígueme, debes de conocer la escuela.

De inmediato, Ernesto aceptó con emoción y terminan su conversación de la manera rápida. Maricela y Ernesto se paseaban por toda la escuela; desde el patio principal hasta la última cancha deportiva, de aula en aula, rincón y rincón,  Maricela presentaba a Ernesto por toda la escuela como si fuera un invitado especial.

Sonó el timbre para comenzar las clases, Maricela se despidió de Ernesto y se fue con su grupo. Ernesto sólo fue a la dirección para esperar con sus asignaciones. Pasaron 10 minutos y por fin llegó la directora; muy formal y un peinado rubio como mujer de viejos tiempos.

—Señor...

—Ernesto Díaz de Oca –dijo completando la frase y saludándola de mano.

—Mucho gusto, soy la doctora Mariel Contreras, directora de la escuela.

—Mucho gusto —devolvió el gesto.

Después de conocerla, la directora acompañaba a su aula que le tocaría mientras decía cosas importantes de la escuela; Desde las reglas y normas hasta los éxitos y victorias que tiene y ha tenido como institución, pero Ernesto tenía dudas sobre el grupo que le tocaría:

—¿Cómo son los estudiantes?

—Son muy pasivos, no nos dan problemas. Y como le dije de los maestros, no tienen problemas unos entre otros.

—O sea esta escuela está libre de...

—¿Acoso escolar?, sí. Esta escuela no tiene "Bullying"

Ernesto tenía preguntas toda vía sobre el grupo que le había tocado, cierta desconfianza no le permitía disfrutar de la caminata.

—¿Y cómo es el grupo que me tocará?

—Es un grupo ordenado, ellos son el progreso de esta institución. La mayoría tienen buenas calificaciones y son menos problemáticos.

Ernesto se dio cuenta que el grupo que le había tocado fue 3° D. Al llegar al salón elegido, La directora entró al salón para presentar a Ernesto, el mismo pensaba en palabras para que no cayera en vergüenza. Después de terminar la presentación, la directora le ordenó a Ernesto que entrara al salón.

—Hola, soy Ernesto Díaz de Oca, soy de Guadalajara. Espero tener muchos amigos y ser muy estudioso en este año y ¡obvio!, terminar la secundaria.

Con el esfuerzo dado y sin caer en la vergüenza, todo el salón felicitó por su bienvenida a excepción de otros chicos que no deseaban la presencia de un nuevo estudiante. Después de la presentación, Ernesto tomó su asiento y se dio cuenta con alegría que estaba Maricela, la chica que conoció en el patio. Aunque la alegría daba el día, el profesor de química se da cuenta de la distracción de los dos chicos e interrumpe con enojo:

—¡Señorita Maricela, puede dejar de distraerse por un segundo!

Maricela, asustada, se levantó de su asiento y pidió disculpas. Pero el adulto maduro y su rostro mortal de ojos verdes lo rechazaron, después se dirigió a Ernesto para decir:

—¡Y usted, si lo encuentro distrayéndose o distraer a los demás, y si comete hasta un pequeño error, lo repruebo! Haber, quiere terminar la secundaria... ¡Échele ganas!

Ernesto, extrañado por el regaño innecesario, descubre que es un profesor corrupto sin importar quien sea:

—¿Pero qué le pasa a ese viejo?, creo que le caigo mal y por eso me regañó. Valla forma de agradar a un maestro —pensó Ernesto tratando que nadie escuchara sus pensamientos.

Después de dos horas, sonó el timbre para el receso y todos estaban preparados para conocer a Ernesto. Con muchas preguntas que confundían a Ernesto todos se divertían como si fuera una fiesta, hasta que un grupo de cinco chicos se acercaron para interrumpir la convivencia, los mismos chicos que ignoraron la bienvenida del nuevo estudiante.

—"Ernesto Montes de Oca" –lo imitó uno de los chicos.

—Soy Ernesto Días de Oca, no eso...dejame en paz o no querrás que te haga algo.

—¿Qué quieres que te viole?, mira nueva, que bueno que te regañó el profe. Te lo mereces por maricón. Así que si te metes conmigo te mato –amenazó Omar, el líder del grupo, para asustar a Ernesto.

—¡Ya déjalo Omar!, ni lo conoces por completo y ya estás buscando problemas –intervino Maricela en defensa.

—No te metas Mary.

—¡No, si me meto! Quién te crees tú de molestar a los demás.

Después de todo lo ocurrido, los chicos se retiraron con las ganas de demostrar poder, Ernesto agradeció a Maricela por defenderlo y ella devolvió el agradecimiento con una expresión amigable. Ernesto se dio cuenta que todo es mentira oculta, si cometen acoso escolar y lo tienen como secreto, ya que alguno temen ser humillados y empeorar la escuela, según las observaciones de Ernesto. Pero la cobardía no lo impedía ser impune, Ernesto pensaba en las consecuencias del secreto en toda la jornada. Esperando la hora de la salida y alejarse del sorprendente secreto del grupo.

Un asesino entre los alumnosWhere stories live. Discover now