3} Kisses

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-¿Que tal un vestido?

Pregunté, parada frente al armario.

Grace me examinó de arriba a abajo.

-Aunque fuera sencillo, te haría ver demasiado elegante.

Advirtió, acercándose a mi ropa.

Sacó un par de prendas con agilidad y me las pasó.

-Prueba esto.

Cuando salí del cuarto vestida con lo que Grace me sugirió, Dave, que había estado conectado a sus auriculares todo el rato y prestando atención a cualquier cosa menos a nosotras, me miró y sonrió. Incluso apagó su reproductor para decir:

-Luces genial.

Llevaba una simple musculosa blanca metida en unos pantalones cortos desgastados de tiro alto, y una camisa rosa chicle desabrochada.

-Si, lo hace.

Concordó ella.

Para evitar la emocionada mirada de mi amiga, me dirigí a él, fingiendo una mueca de asco.

-"Luzco como mi tía Tessie".

Imité a Ron Weasley.

-Y apestas como tu tía Tessie...

Me siguió él.

-¿Bucles o alisado?

Nos interrumpió mi compañera, levantando la plancha para el pelo que sostenía en sus manos.

-Eso ya sería demasiada producción. A los hombres nos gusta que las mujeres se quieran ver bonitas para nosotros, pero mucho esmero para una primera cita no es buena idea.

Opinó Dave.

-Pero se vería asombrosa con bucles.

Chilló Grace.

Llevé una mano a mi pelo, que consta de unos rulos despeinados. Rebeldes. Siempre luchaba contra ellos, pero me gustan hoy.

-Michelle sabe manejar esto, no es la primera vez que sale con un chico.

Dijo mi mejor amigo, riendo, probablemente ante el recuerdo de mis amoríos. 

Cuando estaba en segundo año de la secundaria fui con un chico a la biblioteca municipal y nos besamos detrás de una estantería. Mi primer beso, y ni siquiera eramos algo serio, de hecho, no hablamos nunca más después de eso. 

Luego, estuvo John. Fue en tercero. Salimos durante tres semanas completas antes de que me dejara porque su mejor amigo, Jake, decía tener un flechazo por mi y él no quería arruinar su amistad. No tuve mucho tiempo para lamentarme de mi corazón roto porque inmediatamente Jake quiso intentar algo conmigo a espaldas de John. A partir de ese día me juré que había terminado con los muchachos.

Pero entonces volví a intentarlo con Dave. Si, con Dave. No es tan sorprendente. Sé que somos los mejores amigos del mundo pero él es un chico, yo una chica, y no pudimos evitar sentir una breve atracción uno por el otro. Literalmente, muy breve. Duramos tres minutos. En cuanto nuestro primer beso terminó, nos dimos cuenta que era un completo error y nos echamos a reír con tantas ganas que terminamos sentados en el piso, sin aire.

En ultimo lugar (como no podía faltar en el relato) está mi única relación seria: Justin Drew Bieber. Eran mis dulces dieciséis. Una fiesta muy grande, obra de mis padres realmente, porque yo solo quería festejarlos haciendo una maratón de películas de Harry Potter. Había estado en algo con Justin por algún corto tiempo y lo invité a mi celebración. Por supuesto, por mas que en serio lo deseaba, no esperaba que apareciera. Entonces, cuando me dijeron que alguien en el patio del alquilado salón preguntaba por mi y me dirigí al iluminado y vacío jardín, fue la sorpresa de mi vida verlo parado allí. Obvio, no llevaba un traje como todos los demás, pero había peinado su dorado cabello hacía atrás con mucho gel y eso fue suficiente para sospechar que yo en serio le importaba. Comprobé esa teoría cuando me besó justo después de decirme "feliz cumpleaños".

Salí del edificio con Dave y Grace, uno a cada lado. Ella también se había arreglado para ir a alguna fiesta y se despidió de nosotros al momento en que un auto frenó para que se subiera.

-¿Vas a estar bien?

Preguntó mi amigo mientras veíamos el coche alejarse.

Escruté con ojos inquisidores su preocupada expresión. Preguntándole silenciosamente a que se debían sus palabras.

Él se encogió de hombros.

-No has salido por diversión en mucho tiempo.

Se explicó.

-Estoy bien. Estoy emocionada de verdad.

David sonrió ante mi respuesta pero cuando otro auto se acercó y supimos que era Daniel, agregó:

-Puedes llamarme en cualquier momento.

Luego caminó, alejándose a su departamento.

Dos minutos mas tarde, Daniel descendió y me saludó con la mano. Sus ojos azules brillaban aunque el sol ya se estaba escondiendo y su inmaculado cabello negro se mantenía en su lugar, sin necesidad de gel.

Me acerqué con cautela y una sonrisa de satisfacción explotó en mis labios cuando Daniel admiró mi imagen y mostró unos ligeros nervios poniéndose algo inquieto.

-Hola.

Saludé una vez frente a él.

Mostró una sonrisa tímida.

-Hola, Michelle.

Mi nombre saliendo de sus labios fue como escuchar una canción de Bon Jovi a todo volumen con mis audífonos.

Bueno, no, no tanto. Pero estar por fin sintiéndome atraída a un chico después de tanto tiempo me hace sentir tan bien.

Quizás no estoy destinada a pasar el resto de mi vida casada con el fantasma de una relación que me dañó.

Quizás hasta podría volver a amar.


Bieber is Back - Tatteana Pedernera


Bieber is BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora