Black Eyes(Naruto Shippuden) (Akatsuki)

Capítulo No. 1

¿Una palabra que me define a la perfección?  "Asocial"

Y no es mi culpa que prefiera la comodidad de mi reconfortarle cama, en lugar de los bailes estudiantiles. No se ustedes pero a mi me párese mucho más divertido quedarme en casa leyendo historias escritas por algunos usuarios en Wattpad, mirando anime o inclusive imaginando aventuras de las que soy participe.

Probablemente metería a toda Konoha en una bolsa para la basura, de esas que son de un color oscuro y que fácilmente tienen capacidad para medio basurero.

Soy una Otaku incomprendida, al igual que muchos otros, me llaman "Friki, rara o anormal". Todos esos comentarios dejaron de importarme al transcurrir el tiempo, pues me dí cuenta de que las opiniones de los demás salen sobrando.

¿Mi físico?  Realmente no les conviene saber eso.

Rostro de tez sonrosada que provoca curiosidad al apenas verle, cabellera castaña de un largo aproximado hasta los hombros; nariz respingada y los pómulos altos como los de un niño pequeño, labios pequeños que adornan un par de ojos negros ónix cautivadores a mi parecer, hombros altos de porte altivo, piel nívea, brazos largos pero bien torneados, cintura breve la cual marca las curvas de la pelvis.

—Te empaqué comida en un  recipiente —todos los pensamientos desaparecieron apenas escuché el timbre de su voz, provocando que volteara a verle casi de inmediato. Recorre la habitación con la mirada y hace un gesto desaprobatorio.— Las cosas no se guardarán por arte de magia, ¿sabes?

—Ya casi termino, tranquila —ruedo los ojos. Tomo el celular y bajo un poco el volumen de la música. La miro nuevamente, ahora se encuentra sumida en sus pensamientos, puedo apostar que esta apunto de llorar.— Mamá ¿estás bien? —asiente confundida.

—Lo lamento —se acerca para acomodar un mechón de mi cabello.— No quiero que te vayas. No aún —varias lágrimas salen de sus hermosos ojos color miel, acerco mi mano y con delicadeza las limpio— No quiero perderte, no se que haría si...

—Sólo sera por un semestre, eso no quiere decir que nunca más regresare a casa  —sonrío para calmarla— Volveré, lo prometo. —Sujeto sus manos con fuerza. Quiero hacerla sentir segura, quitarle esos temores absurdos.

Simplemente me encanta cuando se preocupa por mí. Me habló días antes de su sexto sentido de madre, el cual según ella nunca le ha fallado. Tiene miedo y lo comprendo, pero el pensar lo peor no ayuda para nada.

—Mucho dramatismo ¿no lo creen? —la voz rígida de la casa se hizo presente, junto a él se encontraban mis dos hermanas, Argos la mayor y Gisell la menor, convirtiéndome en la hija mediana. 

—Laura sad —suspire frustrada. 

—Unos meses sin ti no nos caerán nada mal  —dijo la morena clara de nombre raro, que por desgracia lleva el mismo apellido que yo. Le resté importancia a su comentario, quiero llevarme una buena imagen de este momento.

—Creo que ya es hora —miro la pantalla del celular. Marca las 6:50 am lo que quiere decir que sólo tengo 10 minutos de "convivencia familiar" .

Los extrañaré demasiado. No importa cuanto discutamos, o si no somos tan unidos como deberíamos, sé que los voy a extrañar. Son mi familia y ese lazo es para siempre.

—No te vayas ____. Prometo no pelear mucho, pero quédate  —dijo mi pequeña hermana corriendo a abrazarme. Comienzo a temblar por la magnitud de sus palabras. No se que decir ni que hacer, así que me limito a corresponder su abrazo— Te quiero hermanita —solloza.

—Yo también —me puse de cuclillas para estar a su misma altura, coloco la punta de mi dedo anular y medio sobre su frente, al igual como lo hacía Itachi con Sasuke— Cuando descubras el significado de lo que acabo de hacer, sabrás lo que he callado —asintió confundida.

El ruido de un claxon nos hizo reaccionar a todos, mi padre baja rápidamente con las dos maletas en mano seguido por mi madre quien llevaba el estuche de la guitarra, tomo el collar con mi inicial que se encuentra en la mesa de noche. Cierro con llave la habitación y corro escaleras abajo para llegar lo antes posible.

Todo ya estaba en su lugar solo hacía falta entrar al camión para emprender el camino hacia la Universidad donde se nos serían asignadas las materias correspondientes, en mi caso "Administración de Empresas".

—Por lo que más quieras cuídate mucho, princesa —dijo mi madre besando mi frente con delicadeza, mis hermanas no tardaron en hacerse presentes para darme un cálido abrazo grupal.

¡No me gustan los abrazos! Y menos si en ellos casi mueres asfixiada.

—Les llamaré en cuanto llegue, adiós.

Las piernas comienzan a temblarme. Quiero dar la vuelta y volver a abrazarlos, pero me obligo a no hacerlo. 

Las llantas del camión comenzaron a moverse provocando bruscos movimientos dentro de este, visualice un asiento al final y sin dudarlo camine hacia el tratando de mantener el equilibro en todo momento, al llegar me percate de que no estaba vació como creí en un principio, en él se encontraba una chica pelirroja de ojos cafés. 

-Hola, Mucho gusto- estiro su mano en señal de saludo, correspondiendo le al instante  -Mi nombre es Alexa-

-El gusto es mío, Yo me llamo ____- baje la mirada involuntariamente haciendo que un silencio incomodo se presentara.

¡Tienes que hablar ____!

Fue muy grosero lo que hiciste debes de disculparte, esta chica no te a hecho absolutamente nada.

-Y dime...- las palabras no salieron de mi boca al mirar su rostro apanicado, en sus ojos se reflejaba el terror puro, con su mano temblorosa señalo hacia el frente, de inmediato gire mi cabeza para observar, me hubiese gustado no haberlo hecho.

La estrecha carretera se encuentra bloqueada por un grupo de camiones militares, el impacto es seguro de eso no cabe duda

Pero... ¿Qué pasará con nosotros?

¿Acaso este es nuestro final?

Un frío recorre mi cuerpo, hay sangre por todas partes, una luz blanca se hizo presente apoderándose de mi visión, enseguida todo se torno negro, siento como mi cuerpo a aterrizado en algo muy duro, tal vez sea concreto, sorprendente mente los sonidos dejan de escucharse ¿o será que yo estoy muriendo?