Fifth Bouquet

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Viscaria

(¿Bailarías conmigo?)

Quien creyera que nacer omega significa tener una vida sencilla donde sólo debía extender la mano para que alfas y betas por igual cayeran a sus pies podía tomar el siguiente tren a la Tierra de Nunca Jamás y tomar té con Peter Pan, porque obviamente estaba viviendo en una fantasía. Quizás un par de sus amigos caían en ese grupo, pero eran adorables en ese propio distante mundo y ¿quién era él para privarlos de esas certezas que hacían su día a día más sencillo?.

Algún día lo haría, de eso no cabía duda, pero se conformaba con ir dejando caer gota a gota la verdad... sólo para no ser demasiado cruel cuando revelara todo el cuadro.

No lo tomen a mal por favor.

No tenía un predisposición al activismo radical omega ni tampoco era un miembro activo de la facción puritana alfacentrista llamado comúnmente conservadores -no, no eran lo mismo que los tradicionalistas o eso decían ambos grupos-, también estaba lejos de ser llamado Pro Beta, una reciente -pero muy antigua al mismo tiempo- corriente de ideas que trataba de colocar a los beta en el mismo escalón que los alfas -¿y por qué no?, si eran más números que los supuestos superiores-, tampoco estaba amargado por la vida o con la idea romántica de encontrar al compañero ideal, de hecho tenía esta pequeña fantasía de trabajar como maestro, encontrar a la persona correcta, tener un hijo o dos, vivir en las afueras de Tokyo con una extensión de tierra para que Nigou corriera libre y envejecer con su familia mientras escribía libros.

Nada complicado.

Común.

Sencillo.

Bien, el alfa al otro lado de la barra de cocina, era todo menos común.

-Perdón, pero no he venido a cenar, sólo a aclarar algunos puntos nebulosos de este acuerdo.

-Tonterías, al menos toma té y algunos aperitivos, necesitas comer más. -El alfa apenas le vio un segundo por sobre el hombro antes de continuar moviéndose por la cocina.

Tomó una respiración profunda.

La cortesía y los buenos modales ante todo, Tetsuya. Eso siempre le decía su abuela.

Sus ojos se movieron de Akashi al resto del departamento. Era la primera vez que había venido a este lugar aunque el alfa le había proporcionado la dirección meses atrás en una elegante tarjeta negra de presentación con el símbolo del complejo residencial y elegantes caracteres en rojo. Todo era obviamente más costoso de lo que alguna vez podría costearse.

Tan sólo el edificio, la Torre Residencial Hirakawacho Mori, donde estaba el departamento...

Penthouse, corrigió su cerebro, penthouse.

Ojala mueras pronto, Akashi-san. Pensó con ligera envidia al tiempo que inflaba sus mejillas viendo todo el esplendor modernista en blanco y negro a su alrededor.

...era uno de los edificios más costosos de Tokyo con vista al estado imperial, y con tan sólo estar en el recibidor esperando que recepción confirmara su invitación-y no fuera algún acechador- podía darse cuenta que tan extrema era la diferencia entre ellos.

Su familia siempre había sido de origen modesto. Su casa en Tokyo era pequeña justo para cinco personas, un perro y dos gatos, y en Kyoto tenían quizás la única propiedad considerada un lujo -que era la casa del bisabuelo Kuroko-, pero inclusive para él que estaba acostumbrado a tratar a las personas adineradas ya fuera por el trabajo de su padre o por los colegios a los cuales asistió el nivel de Akashi salía de la tabla.

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