Capítulo 8: "Historia en proceso."

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Nicole:

La lluvia había invadido completamente el cielo.

Los relámpagos y truenos también se hicieron presentes.

Harry seguía en el mismo lugar echado de rodillas sin importar que el agua lo empapara.

Hacía frío y aunque no quisiera me preocupaban el estado de Harry.

Había tratado de convencerlo para irnos pero no me contestaba. Entonces la lluvia comenzó y todo fue peor.

Estaba asustada, no sabía que hacíamos aquí y el cielo ya se estaba apagando, tan solo habían unos débiles rayos de sol.

-¡Harry!-grité con todas mis fuerzas pero parecía no escucharme.

El cielo se iluminó completamente y luego volvió a oscurecerse. Lo siguió un trueno demasiado ruidoso y grité.

Si Harry seguía ahí podría morir.

Respiré hondo y aún sin poder terminar de creer lo que iba a hacer me metí en la lluvia y corrí hacia él.

Ahora que estaba a tan solo unos centímetros de mí podía escuchar sus sollozos. No sabía aún que era lo que lo ponía tan mal y...me preocupaba.

-Harry...ven, por favor es peligroso estar aquí-hablé lo suficiente audible pero él ni siquiera me miró.

Llevé una de mis manos hacía su hombro y me incliné a su altura.

Al parecer mis movimientos lo sorprendieron porque ahora su atención estaba sobre mí.

-Tenemos que ir adentro Harry, por favor-pedí con un nudo en la garganta.

Estaba helándome, cada gota de agua era más y más fría.

Su cabello había dejado de ser rizado, ahora resbalaba por su frente de lo empapado que estaba.

-Lo siento Nicole...-sorbió su nariz y acarició mi mejilla con su mano derecha.

Asentí y lo ayudé a levantarse.

Me atrajo hacia él tomándome por la cintura de una forma protectora.

Llegamos hasta el techado de la casa y se quedó ahí parado.

-No podemos ir al auto así...te enfermerías-musitó mirando la puerta con terror. -Creo que lo mejor es entrar-ahora me miraba a mí.

Asentí y llevó ambas manos a su rostro con frustración.
Luego simplemente empezó a golpear la puerta y la abrió.

-Yo no...no puedo entrar, pero quiero que lo hagas.

Negué, no iba a entrar sola ahí, no, definitivamente no.

-No, no quiero estar ahí yo sola-suspiró y cogió mi mano.

-Entonces no...no te vayas de lado por favor-pidió con un hilo de voz y me acercó a él.

Eres mía. «H.S.» Where stories live. Discover now