Epílogo

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7 años después...

-Buenos días - me susurró al oído. Sonreí y suspiré dándome la vuelta.

-Buenos días - me sonrió. Una mañana lo vi recién levantado y  sin camiseta y dije que quería ver eso todas las mañanas, ¿no? Pues se está cumpliendo, casi todos los días.

-¿Qué tal has dormido?

-A tu lado siempre se duerme bien.

-Que cursi estás hoy - reí.

-Te gusta mi yo cursi.

-Me gustas tú en todos los aspectos.

-Tú también estás cursi.

-Bueno, estamos  cursis - se levantó y me arrastró a la cocina, donde me hacía el desayuno. Si es que tengo el mejor novio del mundo entero - Tu madre ha llamado esta mañana.

-¿Pero qué hora es?

-Las doce - dijo poniendo el plato encima de la mesa.

-¿Y por qué no me has despertado antes?

-Parecías cansada.

-¡Deja de ser tan dulce! - le dije riendo.

-Tenemos que hablar - esa frase significa problemas.

Qué mal suena, de verdad que suena fatal. Yo sólo lo miré. Pero lo miré de verdad, observando cada detalle de sus ojos, su boca, su nariz, todo. Y cuando me sonrió fue cuando me di cuenta de cuan enamorada estaba de él. Al cien por cien segura de que era el amor de mi vida, mi cuerpo entero estaba enamorado de él, de todo él.

-¿Pasa algo? - seguí comiendo tranquila, aunque por dentro estaba impaciente por saber qué era lo que lo tenía tan nervioso.

-Verás, yo... Nosotros...

-¿Me vas a dejar? - le interrumpí. Él rió.

-No, claro que no.

-Entonces ¿qué es lo que te pasa?

Se aclaró la garganta - Llevamos siete años juntos - asentí, mientras él se acercaba y se ponía a mi lado - y sabes que te quiero mucho - me giré para estar cara a cara.

-Yo también te quiero mucho Dani - sonrió.

-Será mejor que vaya al grano directamente - alcé las cejas expectante - Yo...

-Dilo ya, me estás poniendo nerviosa.

-¿Quieres casarte conmigo? - mi respiración se cortó cuando se arrodilló y sacó de sus pantalones una cajita, y la abrió, y efectivamente había un precioso anillo de compromiso.

-¿Qué? - susurré. No podía creérmelo.

-Te amo Laura, y quiero pasar el resto de mi vida contigo, y sé que no me hace falta tener un papel que diga que lo hago, pero por si acaso - suspiró - ¿Te casas conmigo?

Mis ojos llenos de lágrimas, de emoción, alegría, amor...  Le cogí del cuello y le besé, quería decirle todo lo que lo amaba y lo feliz que me hacía, pero bastó con ese beso.

-¿Eso es un si? - susurró en mis labios.

-¡Claro que sí! - grité emocionada. Me puso el anillo en el dedo, y lo miré detenidamente - Es muy bonito.

Dani me miraba tiernamente, con la sonrisa más grande que jamás le he visto.

-Te amo - le abracé.

-Yo también te amo, idiota.

-Vamos, tenemos que contar la noticia - estaba igual de emocionado que yo. Lo detuve.

-Un ratito más - susurré en su oído. 

-

Y así fue como me enamoré de mi vecino, el chico de la guitarra y el amor de mi vida. Lo feliz que soy con él no puede describirse simplemente en cuatro palabras. Pero os puedo asegurar, que fuimos felices un ratito más. Si un ratito más quiere decir toda la vida.







Un ratito más.Where stories live. Discover now