Capítulo 2-Travesía

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    Sakuno se ubicó junto a Ryoma, mientras el conductor del bus avanzaba por la calle con un micrófono en la mano, anunciando en qué consistiría el paseo, señalando además en su discurso a quien sería el encargado de conducirlos por la travesía. Fue entonces, cuando un chico de ojos verdes y cabello negro, los miró a todos para presentarse y dirigirse a cada uno de ellos para hacerles entrega de unos folletos que describían todas las actividades que realizarían. "Será un largo viaje" susurró el ambarino, ignorando la emoción de la castaña por conocer todo.

—No seas así, Ryoma. Será divertido. 

—Como digas—Se cubrió los ojos con su gorra para tratar de dormir.

—Señorita ¿Le entregué uno?

—N-No... ¿Habla japonés?—Inquirió sorprendida.

—Por supuesto, tengo que aprender todo tipo de idiomas. —Le entregó el folleto, sonriendo — ¿Viaja sola? Si desea, puedo darle un curso personalizado y...

—No, gracias. —Habló el ambarino, apartando la gorra de sus ojos para mirarlo iracundo. —No ha venido aquí sola, así que no se moleste en darle un curso personalizado.

—Oh lo siento, señor. —Rió nervioso. —No sabía qué estaba con ella ¿Es acaso su amigo?

—Soy mucho más que eso —Gruñó. sintiendo como una venita de su cabeza comenzaba a molestarle, bombeando a toda velocidad, ese tipo era desagradable ¿Quién se creía que era?

—No entiendo a qué se refiere.

—E-Estamos casados—Se aclaró la garganta la castaña, tratando de controlar la situación. —De hecho, nos encontramos en nuestra luna de miel.

—Oh ya veo, mis disculpas. Si necesitan cualquier cosa, pueden llamarme. Estoy a su servicio, señorita. 

—No creo que la necesitemos, pero gracias de todos modos. —Respondió el ambarino, poniendo nervioso al guía que se marchó sin pensarlo.

—Ryoma...no deberías ser tan grosero, él sólo quería ayudar.

— ¿Ayudar?—Enarcó una ceja, Sakuno era tan inocente. —Quería hacerte un curso personalizado, es obvio que quería algo más de ti. No deberías dejarte llevar por las personas tan fácilmente.

—Lo sé, pero no había que tratarlo de ese modo. —Suspiró, tomando el folleto para leer a dónde irían primero.

    Durante el resto del viaje, se dedicaron a tomar fotografías y escuchar lo que el guía tenía que decir, sin embargo cada vez que el chico intentaba dirigirse hacia ellos, la mirada fría de Ryoma  le impedía hacerlo. En más de una ocasión, interrumpió su discurso, diciendo que estaba equivocado en ciertas cosas con respecto a la historia de ese lugar. Si bien, el ambarino no vivía allí, había investigado mucho sobre el origen de la isla, y no podía tolerar que un inútil como él, dijera semejantes barbaridades sin base alguna. No obstante, no pudo seguir interviniendo el resto del viaje, ya que la castaña comenzaba a enfadarse por las acciones de pedantería que tenía su esposo, no sabía si lo hacía con la intención buena de ayudarlo en verdad o por todo lo contrario, por demostrarle que él sabía mucho más que cualquier otro.

   Se detuvieron frente al muelle a tomar fotografías y disfrutar de la deliciosa comida que les ofrecía un restaurante todo pagado. Antes de ir a sentarse en sus respectivas mesas con los demás, unos chicos de su misma edad, se acercaron a ellos a saludarlos. No fue necesario preguntar lo que deseaban, porque al mirarlos, la castaña lo comprendió todo...eran japoneses.

Do You Love Me?Where stories live. Discover now