Crowley (parte 1)

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Cuando cierro la puerta detrás de mi corro hacia el establo, con el caballo.
Es la manera mas fácil de irme.
Iría por uno de los carros, es mas rápido y cómodo, pero las llaves las tiene Rick en no se donde, y si me dedico a buscarlas perdería tiempo y posiblemente me descubrirían.
Me tome varias pastillas para el dolor y las demás las guarde en mi mochila.
Si me voy ahora estaré al amanecer en Atlanta.
Mis botas hacen un ruido seco mientras me muevo por entre la maleza de la prisión hasta el establo.
Corro, o eso intento.
Cuando llego al establo abro la puerta y miro al caballo.
Es enorme.
De un café brillante y unas crines y cola negra, que se agitan suspicaces. No me conoce y no confía en mi.
Vamos, muchacho, solo sera un paseo largo.
Ruego porque el caballo no relinche o intente hacerme daño, pero nunca lo hace, solo se queda quieto.
Toma la silla de montar y con mucho cuidado y esfuerzo se la pongo encima, apretando los dientes por el esfuerzo. El caballo bufa, nada contento y yo me echo hacia atrás.
Mi abuelo en el terreno de un amigo suyo tenia caballos, y desde pequeña se montarlos, y por vista como se pone la silla.
Ajusto la silla para que cuando vaya a trote no se caiga y a mi me lleve con ella.
Con mucho cuidado me subo al caballo. Lanzando una exclamación de dolor y alivio cuando paso mi otra pierna y me acomodo en el lomo del animal.
Tomo las riendas y me apresuro a la salida.
Rodeando la prisión hacia otros pabellones.
No podía salir por la puerta naranja, haría mucho ruido y despertaría o pondría alerta a Maggie y a Glenn que hacen su turno nocturno.
Me voy hacia al otro lado, a una parte destrozada por donde entraron a la prisión Sasha y Tyresse, y por donde yo podría salir.
Un muro esta destruido en parte, así que con mucho cuidado y paciencia llevó al caballo por entre los escombros hasta tocar tierra firme.
Dudo un momento si echar a correr o no, pero hasta que he subido la colina que rodea la prisión y estoy en el inicio del bosque jalo las cuerdas con fuerza.
Los dormidos están en la reja contraria, así que los pocos con los que me encuentro ni siquiera tienen oportunidad de atraparme.
Cuando el caballo comienza a correr el dolor en la cadera es tan intenso que me nubla la vista por las lágrimas y me hace saltar en la silla, creando el riesgo de caerme de lado y tener mas problemas.
Pienso en la opción de regresar y tomar un auto, pero gastaría mucho tiempo.
Comienzo a arrepentirme de ir hacia Atlanta pero ya seria complicado regresar, así que hago que el caballo vaya mas lento hasta que me acostumbro a su paso, pero eso no evita que me duela el cuerpo.
Si hubiera ido a todo galope hubiera llegado a Atlanta al rededor de las siete de la mañana, pero al paso lento y continuo llegue a las 11.
A esta hora todos se han de haber dado cuenta que no estoy.
Y tampoco esta el caballo.
Cuando entro a la ciudad me voy por las calles menos transitadas, por donde hay mucho menos dormidos, saco mis cuchillos y el mapa para guiarme entre las calles.
Reconozco algunas del sueño, y cada vez me siento mas insegura de haber venido.
Después de una hora de búsqueda encuentro la calle.
Un instinto me dice que no me acerque, pero mi parte estúpida me incita a hacerlo. Amarro las riendas del caballo dentro de unos almacenes vacíos, rogando que no haya dormidos cerca mientras me voy acercando al callejón poco a poco.
Es cierto. La misma puerta sucia esta ahí, con la misma palanca para abrir la puerta. Me da un escalofrío y curiosidad de ver que hay dentro. ¿Estará también el escritorio?
Aunque hay algo que me dice que es muy peligroso. ¿Cómo demonios pudo coincidir con mi sueño?
Abro la puerta.
Esta resuena con un sonido sordo que hace eco alrededor de la habitación. Es cierto; en medio de la habitación hay un escritorio de madera oscura, las paredes son increíblemente blancas y atrás de la cómoda silla qué va a juego con el escritorio hay una puerta de metal parecida a la de la entrada.
Me doy la espalda al escritorio para ver las marcas que se encuentran al lado de la puerta por dónde he entrado. Las veo más detenidamente y parecen rasguños, como si alguien hubiera rasguñado para salir.
Pero no son de manos humanas.
¿Que demonios?
Estoy tan concentrada pensando que habrá pasado el porque estarán esas marcas, pero una carcajada sonora y escalofriante que resuena en la habitación hace que salte del susto y me volteé con miedo al procedente de la risa.
Es cierto.
El  sueño fue un mensaje.
¿Pero como?
En medio de la habitación, sentado en la silla enfrente del escritorio, hay un hombre que ya se esta acercando a la edad. 40 años quizás. Lleva un elegante traje de rayas gris y una corbata negra alrededor de su cuello, su barba elegantemente cortada y sus ojos que irradian peligro me demuestran que no es una buena persona y que me metido en el lugar equivocado.
No pudo haber llegado al escritorio tan rápido y sin que yo me diera cuenta.
—Buenas tardes pequeña Winchester.—su tono de voz es el mismo que el de mi sueño.
—¿Quien eres tu?
—Oh eso no importa-le resta importancia con un gesto.—aquí yo seré el que hable ¿entendido?
Su pregunta me sobresalta y me hace desconfiar aun mas, pero más la forma en la que está vestido. No es normal que en un apocalipsis zombie un hombre grande vaya vestido como si fuera a una reunión de negocios. Aquí todos vestimos sucios y fachosamente, por mejor que hayas sobrevivido.
—¿De que diablos estas hablando?—el miedo hacia ese hombre crece cada vez mas, así que contesto con brutalidad.—¿Como sabes mi apellido?
Estúpida, no debiste venir.
Me repito a mi misma.
—Haremos un trato—levanta un dedo señalando el número uno.- Tu me respondes las preguntas que te haga y yo a cambio, como recompensa te devolveré tu movilidad en las piernas, podrás correr como antes, incluso aun mas rápido, tus heridas sanaran y no te molestaran nunca. Como si nunca nada te hubiera ocurrido ¿es un trato?
Me acerco hacia la puerta.
Dudosa de aceptar o no su oferta.
Por algo vine hasta aquí, y no quiero pasar el resto de mi vida sin poder correr, caminando con dificultad, débil y dependiente de los demás.
—Te juro que no son mas de cinco preguntas.—me dice con una sonrisa— Y no le hará daño a nadie de los de tu grupo de sobrevivientes.
Me relajo, pero sigo alerta.
—¿Como se que me puedes quitar mi incapacidad?
Se levanta de su escritorio, haciendo un sencillo gesto con la mano.
De repente una mano invisible me empuja con fuerza contra la puerta, cerrándola con mi peso y dejándome adolorida.
Me intento mover, pero estoy totalmente inmovilizada contra la pared.
Expuesta.
Indefensa.
¡¿Como hizo eso?!
—Veras, cuando me contestes esas preguntas, yo te devolveré a tus piernas como nuevas, pero el dolor en la cadera sera insoportable, así que te quitare ese dolor a cambio de un favor.—se sienta de nuevo en su escritorio, con expresión aburrida, pero puedo leer muy bien su expresión para saber que esta atento. Como un depredador al acecho de su presa—Pero, si vi que tienes esos problemitas en la cabeza, esas alucinaciones y voces; que te están persiguiendo desde que te despertaste, y sabes que no es normal, sabes que estas loca y le harás daño a los que quieres, así que te quitare ese problema a cambio de otros dos favores. Todo eso y sin tener que venir por ti en diez años, lo juro, chiquilla.
No confió en el.
Y el hecho que lo sepa todo solo hace que me de mas miedo y mas ganas de huir, pero el hecho, o la sola idea de que me pueda quitar de encima todo eso es terriblemente tentadora.
Me aventuro a preguntar.
—¿De que trato estamos hablando?
—Sera cuando yo lo necesite, te lo puedo pedir mañana, en un mes, otro en cinco años o cuando yo lo necesite. Pero no te preocupes, no es nada sexual, porque aunque no me importa acostarme con una niña no es algo que necesite.
Pienso en Rick, en el grupo, siempre cuidando de mi, que me tengan que llevar a todos lados porque no puedo valerme por mi misma, y solo siento desesperación por quitarme ese futuro de encima.
—¿Por qué haces esto?
El hombre me sonríe. Pero yo no le devuelvo esa sonrisa, no es una sonrisa amistosa, sino una de un depredador, una mortífero y peligrosa.
—Porque me gusta que la gente me deba favores. Es muy conveniente.
Me quedo pensando un momento, analizando los pros y contras.
El dijo que no dañaría a nadie del grupo, y aunque lo juro y no confió en su palabra es lo único que tengo.
Pero luego esta en que no vendrá por mi en diez años, pero no se a que se refiere.
—Pero decidete pronto, que no tengo todo el día.
—¿Que pasa si rechazo tu oferta?
Entrecierra los ojos, claramente disgustado.
Como si supiera que quiero rechazar el trato e irme corriendo a la prisión.
—Pues te arrancaré una pierna por hacerme perder mi tiempo, a ver como regresas a casa, y esta vez no hay trato que te salve. Tu decides.
Trago fuertemente, sabiendo, y con mi subconsciente gritandome que esto es lo peor que pude hacer, porque ahora es o espada, o pared.
Me arriesgo por la que mas me conviene.
—Tenemos un trato.
Sonríe, de nuevo, mueve su mano en mi dirección y de repente la fuerza que me tenia sujeta me suelta, y yo me desplomo en el suelo.
—Bueno, no quiero perder tiempo así que comencemos. ¿Sabes a que se dedicaban tus hermanos?
Tardo unos minutos en responder.
—¿Dean y Sam?—pregunto nerviosa a lo que  el asiente lentamente, aun contienda—Ellos cazaban.
—Pero, ¿sabes que cazaban?
La pregunta me da como una bofetada. Aquí la conversación se basa en puras preguntas mucho mas personales de lo que me gustaría y no se como contestarlas.
No se a que juego esta jugando ese hombre pero es demasiado tarde para retractarme.
Sabia de una manera simple a que se dedicaban mis hermanos, sin embargo no creo que sea lo apropiado compartirlo con un extraño; por muy poco que sepa de ello, aunque algo en su pose y su mirada me dice que el ya sabe la respuesta así que soy sincera.
—Monstruos,—respondo, intentando parecer indiferente—cosas sobrenaturales.
—¡Exacto! Y sabes, ellos son muy fuertes, muy muy fuertes, casi nada les afecta. Excepto tu. Su debilidad es su propia familia—Otra bofetada hacia mi persona—. Solo venia a verificar eso, y si en realidad eres una Winchester o otra causa de unos acostones de tu padre John. Pero ya se la respuesta.

****

¡Hola walkers!

Perdon por no subir cap ayer pero... Me castigaron y apenas tuve tiempo de escaparme para subir este capitulo. Espero que les haya gustado y hablando de Crowley el es un personaje importatnte en Sobrenatural y la verdad no necesitan ver la serie (pero si alguien la quiere ver no hay problema esta en Netflix y otros cables).

Bueno espero que les este gustando la sexta temporada de TWD y se que vamos lento (apenas vamos en la prision) pero para que sea larga la historia...

Bueno adiós y lindo dia ;)



Huesos de Sodoma [Carl Grimes] (CANCELADA)Место, где живут истории. Откройте их для себя