16 & Embarazada 《Libro 01 》

» TREINTA Y CUATRO

Harry PDV

La emoción que sentí al escuchar su llanto por primera vez jamás la olvidaría, jamás se comparará con otra cosa en este mundo, nunca. El verla ahí cubierta de sangre, de placenta, llorando, toda rojita mientras arrugaba su carita por el llanto fue simplemente maravilloso. Y el poder vivirlo, cortar el cordón y ver a Ashley tan cansada pero tan satisfecha a la vez, fue sin duda mágico. 

Mi hija había nacido, ahora soy oficialmente papá. Dios, la emoción que me provoca decir eso, decir que mi hija está aquí es increíble. Cuando a Ashley se la llevaron a la habitación para que pudiera descansar yo me encargué de salir a dar la noticia, abro las puertas del pasillo y salgo hacia la sala de espera mientras me quito el gorro y sacudo mi cabello. Todos fijan su mirada en mí cuando abro las puertas y yo lo único que puedo hacer es decir;

—¡Soy papá!—La primera persona en acercarse a mí y rodearme en un abrazo es Zayn, lo abrazo tan fuerte como puedo y escucho su risa en mi oído.

—¡Felicidades Bro!

—¡Felicidades hijo!—Mis padres me abrazan y luego lo hacen Justin, Sarah y los padres de Ashley.—¿Cómo esta Ashley? ¿Y Emma?

—A Ashley la llevaron a la habitación debe descansar un poco. Emma está en la incubadora no tardarán en llevársela a Ashley para que la alimente. Estoy emocionado, su llanto fue...—Siento los ojos llorosos nuevamente y la sonrisa de mi rostro expandirse aún más—Simplemente maravilloso.

—Estamos tan felices hijo—Mamá está llorando también y eso me reconforta de alguna manera—No puedo esperar a verla.

—Es realmente hermosa.

Soy el primero en entrar a ver a Ashley, ella está plácidamente dormida y no siente cuando llego, de hecho dudo mucho que algo la despierte en este momento. Me siento en el sofá que está en la habitación frente a la cama de Ash y me quedo ahí simplemente esperando, viéndola dormir. Hilary entra a la habitación con un cunero, dentro de este hay un bultito envuelto en una manta morada, la que hemos elegido para ella. Sonríe cuando me ve ahí.

—Sigue dormida—Apunta hacia Ashley.

—Está exhausta. La dejaré dormir un poco más.

—Bien, ¿quieres cargar a tu bebé?

—Sí, por favor.

Hilary acerca el cunero hasta donde estoy y con cuidado saca a Emma de ahí. Aún estoy sentado cuando la pone en mis brazos con cuidado evitando que la cabecita se vaya hacia atrás lastimándose. Cuando la miro me doy cuenta de lo pequeña, lo delicada que es. Es una cosita tan livianita.

—La dejaré aquí para que cuando Ashley despierte pueda alimentarla—Asiento—Sí necesitan ayuda me llaman.

—Está bien, gracias Hilary.

—De nada, felicidades nuevamente.

Y tras decir eso sale de la habitación dejándome a solas con mi familia. Miro a mi pequeña entre mis brazos cubierta por la mantita, dormida con aquellos ojitos de color inciertos, cerrados de par en par. Recuesto mi espalda contra el sofá y me quedo ahí mirándola, sintiéndola, amándola. 

Un rato después Ashley despierta, ella parece no verme ya que lo primero que hace luego de bostezar y tallar sus ojos es tocar su vientre. Se sorprende al ver que nuestra pequeña no está ahí. Luego me ve. Sonríe y lo hace aún más abiertamente cuando me ve con Emma.