19 | Momento de ocultarse.

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Cuando habían pasado tres horas desde que había llegado a la fiesta empezaba a hacerme la idea de que no ibas a venir.

En esa fiesta yo parecía un ejemplo de desilusión total. Podrían buscar en google "¿cómo se ve la desilución?" y les saldría yo en imágenes. Normalmente uno pensaría que una fiesta es para brincar, tomar, bailar, jugar platicar y sí, había mucha gente que sí estaba haciendo eso...

Pero yo, sólo estaba sentada con un paquete de chetos en la mano.

Cuando por fin llegaste todas las chicas gritaron como si fueras Justin Bieber o algo parecido, me dio mucha risa porque yo solo te veía como el chico popular con el que hablaba por mensajes como anónima, nunca te vi cómo algo demasiado increíble e irreal. Sólo te veía cómo mi amigo guapo, que en el fondo quería.

Gaby me dijo con la mirada que ya habías llegado y entonces se le ocurrió la grandiosa idea de hablarte para pedirte una fotografía, totalmente casual. 

Te tomaste una foto con ella y aunque estuviera justo en frente de ustedes no me dirigiste la mirada, mi corazón sintió un pequeño dolor al ver que me ignorabas pero de alguna manera ya estaba acostumbrada. No era culpa tuya, simplemente no me relacionabas con aquella chica a la que le platicabas desde las cosas más simples a las más importantes. 

Las horas pasaron rápido y lo que más me gusta recordar es cuando te empujaron a la alberca aún con el pantalón de mezclilla y camiseta azul. Creo que ya sabías que iban a hacerte eso porque curiosamente traías otra camiseta y otro pantalón en tu mochila para después de ir a la alberca, en conclusión llevabas tres cambios de ropa en la mochila que por su apariencia era obviamente para atletas, no sé porque me sorprendió tanto.

De todas maneras eras tú y todo lo que tenía que ver con tu mundo.

Debo admitir que la manera en que movías el brazo para bailar en la alberca me hizo sonreír mucho. Habías mentido cuando me dijiste que eras un buen bailarín, porque te veías cómo uno de los monos que bailan con aire afuera de las farmacias. 

Pero sí te sirve de consuelo yo bailaba peor que un chango con gripe, tenía algo así como dos pies izquierdos.

Te veías tan feliz, entendí el verdadero significado de la maldita felicidad cuando vi que todos estaban sonriendo en especial tú. Porque, se veía como una sonrisa sincera y verdaderamente feliz. No había ni pizca de falsedad en toda su existencia, de lo contrario yo me dedicaba a sonreír a las personas que me veían raro por no meterme a la alberca antes de que tu llegaras.

Siempre que alguien me mira de esa manera, me acuerdo de Chicken Little. No sé lo habrás visto, pero cuando Chicken Little hizo algo inútil y avergonzó a su padre, el señor gallo recibía un mensaje y se escuchaba de fondo.

'«Usted tiene un mensaje de odio»

Y siempre me daba risa, incluso cuando le llegaban tantos mensajes de odio que se volvía a escuchar de fondo.

«Su bandeja de odio está llena»

¿Te imaginas si eso existiera en la vida real? Todas mis bandejas de odio estarían llenas...

Justo cuando estaba pensando esto comenzó a oscurecer, tu ya me habías visto una vez pero no le habías dado mucha importancia. Tenía el presentimiento de que ya sabías quién era yo pero esa no era mi mayor preocupación.

Tenía que decirte el día de hoy que yo era anónima, de alguna manera.

Así que se me ocurrió la maravillosa idea de editar un fondo de pantalla blanco con la frase «Yo soy Anónima» así que lo hice. La puse de fondo de pantalla y la miré con determinación.

Sonrojos Anónimos | completaWhere stories live. Discover now