Capítulo 1

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Hoy despierto como todos los días a las 5 de la mañana, me pongo un juego de ropa deportiva y salgo trotando camino hacia el gimnasio, al llegar, me encuentro a muy pocas personas en el lugar (por eso me gusta venir a entrenar a esta hora), empiezo con mi rutina, al finalizar me devuelvo corriendo al departamento, son las 7 de la mañana y al llegar, voy dispuesta a ducharme, voy al baño y me desvisto, abro la ducha y mi cuerpo se relaja inmediatamente después de que el agua lo recorre, me ducho rápido, al salir de la ducha me miro en el espejo, veo mi rostro y la mujer que me está devolviendo la mirada a través de él no me agrada, físicamente soy atractiva ¿para qué negarlo? Pero gracias a mi estúpido pasado no puedo ser feliz, no puedo por más que lo intente, cierro los ojos y los recuerdos vienen a mí en una avalancha, ¡malditos! Recuerdo todo lo que me hicieron, lo que le hicieron a ella, ¿por qué fue tan injusta para mí la vida?

Abro los ojos y lo primero que veo son esas estúpidas cicatrices, esas que me recordarán día a día el porqué no debo confiar en un hombre.

Decido irme al guarda ropa, es mi lugar favorito en el departamento, es más grande que mi habitación, lo pedí así porque las compras fueron una de mis tantas salidas para olvidar ese dolor. Tengo ropa de todo tipo, amo la ropa y es patética mi forma de salir de los problemas, a pesar de tener tanta ropa siempre busco vestirme formal, ya que la ropa formal cubre más partes de mi cuerpo y así no ven las cicatrices que se encuentran en mis hombros y espalda (las oculto porque no quiero preguntas incómodas que me lleven a recordar lo que pasó ese día). Además de que mis padres son dueños de una de las firmas de abogados más importantes en el mundo, y me exigen que siempre tengo que andar como la "Rosbelth" que soy. Saco de mi armario una falda negra corte recto que resalta mis curvas pero no en exceso, busco una camisa adecuada para dicha falda y la encuentro, una camisa que cubre todos mis brazos, color rojo con escote pero reservada, busco los zapatos y los encuentro unos tacones no muy altos porque no voy para un evento social, solo me dirijo a la universidad, los zapatos son negros cerrados. Voy al espejo y me maquillo un poco, me peino el cabello, es liso de color café me llega por la cintura, decido dejarlo suelto, tomo mis cosas y me dirijo hacia mi estacionamiento privado, tengo muchos autos todos regalos de mi padre (es el tipo de padre que pasa metido en su trabajo y piensa que compensará lo perdido con objetos caros y de lujo), hoy no quiero ir con chofer así que me voy en mi porsche plateado camino a la universidad. Cuando voy llegando suena mi celular, lo saco y contesto con el manos libres.

-Hola princesa. La voz de mi madre suena en todo el auto, esa dulce voz que te pone feliz con solo oírla.

-Hola mamá, ¿pasó algo? Que mi madre llame a esta hora no es normal.

-No hija, solo quería recordarte la cena que tendremos con el nuevo cliente de tu padre, es a las 8 en nuestra casa, recuerda venir bonita y elegante. Mi padre nunca se cansará de esas estúpidas cenas, siempre pasa llevando a sus clientes a casa porque dice que es una táctica para que él entre en confianza y así ver si miente o no. Es patético, y siempre me hace asistir a esas cenas, pero mi madre no merecería que la trate de mala manera solo porque mi padre este loco así que le digo:

-¡Ooh¡ sí mamá, no lo he olvidado, a las 8 estaré en casa para dicho evento, y siempre ando adecuada a la situación mamá tranquila. Escucho su risa y un suspiro de su parte. Mamá te tengo que dejar ya he llegado a la universidad te amo. Dicho esto termino con la llamada.

Es importe destacar que soy estudiante de derecho y asisto a una de las mejores universidades del país, quise continuar con la profesión de mis padres porque la verdad es que la ley me apasiona, y así algún día podré hacer justicia.

Sus Peligrosos Secretos y Ella.Where stories live. Discover now