Capítulo 14

25 0 0
                                    



Aban se sienta frente a mí en un sofá que se encuentra en mi despacho, yo me mantengo un poco al margen, para no sentirme más incómoda de lo que ya estoy, es raro tener que explicarle esto a él.

-¿Ann dirás algo? –Dice él, y me doy cuenta que no he dicho nada desde que entramos.

-Esto es algo muy difícil de explicar –suspiro –hay alguien persiguiéndome, quiere llevarme a Alemania viva o muerta, no sabemos de quién se trata, pero tengo una idea –él me observa, y su rostro parece muy molesto, eso me sorprende ¿Por qué está molesto?

-No dejaré que te hagan daño Anne –Dice él de manera seria, yo no puedo evitar soltar una carcajada, es una falta de educación, pero ¿cómo me protegería él? Apenas está iniciando sus clases de defensa personal, él me mira muy confuso.

-Disculpa que reaccione así –digo entre risas, tratando de dejar de reír –muy lindo de tu parte querer protegerme, pero ya viste hoy como me defiendo, si te ven conmigo tu vida también correrá peligro, no puedo meter a más personas en esta situación. –Le digo completamente seria, y ahora es él el que ríe.

-Ann lo dices porque crees que no sé defenderme, ¿qué no viste la pelea con aquel chico?, hay muchas cosas que desconoces de mí, me acerqué a tu gimnasio solo para verte, yo sé pelear, de hecho eso hago, soy boxeador, no profesional, pero boxeo desde que tengo uso de razón. –Dice él, y yo lo miro realmente sorprendida, pero cariño esto no es solo dar golpes, yo también boxeo, y eso no bastará...

-Aban esto no es solo dar golpes, tú viste perfectamente lo que es, yo tengo años de entrenamiento, y sí también boxeo, pero dar golpes no es suficiente. –Él me mira con decepción en su mirada, tengo que sonar menos grosera –Me parece lindo que me quieras proteger, pero te estás metiendo en problemas por mí, y no quiero te pase nada, no sería justo que alguien más muera por mí... -Me estoy metiendo en terrenos débiles para mí, tengo que dejar de dar información de mi pasado, no sé en quien puedo confiar realmente, las chicas y mi familia son la única excepción, me levanto, y me voy al ventanal que está detrás de mi escritorio, se ve toda la ciudad desde aquí, es fascinante observar desde aquí, le doy la espalda a Aban, no quiero que me vea a los ojos, estoy por derrumbarme, imaginar que Ana murió por mi culpa me destroza internamente, ella no debió morir, siento una lágrima bajar por mi mejilla.

-Anne –Aban me llama, y lo siento acercarse, limpio la lágrima de manera cuidadosa, y me giro ­-¿por qué lloras preciosa? –quiere acercarse más pero retrocedo unos pasos, se dio cuenta que lloro, no puedo estar vulnerable, no en público, no ahora.

-No estoy llorando, solo estaba pensando en cosas. –Digo eso y él no es tonto, sabe que miento, se acerca y me abraza fuertemente, trato de salir de su abrazo, pero mis barreras se caen, tengo mucho tiempo en el que no lloro frente a un hombre, la última vez fue frente a mi padre. Sus brazos son realmente cómodos, me siento aliviada, tenía que sacar esto que me está matando por dentro, esta oscuridad que me va llevando día tras día.

-Llora princesa, necesitas sacar eso que te hace daño, no puedes estar siempre conteniendo tu dolor, no sé qué te pasó, tampoco pido que me digas lo que te tiene así, solo llora, aquí estoy. –Siento como me quiebro aun más, debo detener este espectáculo que estoy montando, me separo lentamente, y limpio mis lágrimas, él observa cada movimiento que hago.

-Aban yo no soy lo que acabas de ver, olvida eso, solo recordé algo terrible, es muy lindo que intentes ayudarme, necesito que te mantengas alejado de mí, no soy buena para ti, te haría realmente infeliz, y no lo mereces. –Su rostro se tensa, sé que soy cruel, pero no puedo ser egoísta y tenerlo conmigo conociendo lo que soy.

Sus Peligrosos Secretos y Ella.Where stories live. Discover now