17. Johan

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Llevábamos alrededor de media hora discutiendo el último manuscrito que le había asignado y ella no había sonreído ni una sola vez. Estaba anormalmente callada y podía notar a un kilómetro de distancia las sombras bajo sus ojos. Esperaba que no estuviese así por el chico que acababa de conocer, porque de ser así, lo mataría.

Cansado de ver a mi hermoso ángel de ojos azules sin su luz habitual, tome su mano firmemente deteniendo lo que sea que haya estado escribiendo.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan triste? —dirige sus hermosos ojos azules hacia mi mientras suspira profundamente.

—Tuve algo así como una pelea con Melanie —dice en voz muy bajita. Frunzo el ceño, hasta donde sé, ellas son muy unidas.

— ¿Por qué?

Sus ojos se llenan de lágrimas y me dan ganas de abrazarla fuerte contra mi pecho y borrar su dolor con un beso, pero paciencia, aún no es tiempo.

—Ayer, cuando estábamos en nuestra cita triple —hace señas de comillas imaginarias cuando dice cita. —vi a Mel y Mike peleando bastante feo y luego apretar su brazo y prácticamente arrastrarla fuera. Me preocupé mucho, así que fui a preguntarle qué pasaba y me dijo que todo estaba bien, que estaba siendo dramática y que no todas las personas sentían la necesidad de cortarse las venas después de tener una discusión.

Una lágrima se desliza por su mejilla y debo decir que estoy molesto y muy indignado. Eso fue un golpe bajo. Mi niña no merece que le digan ese tipo de cosas, es muy sensible, puedo ver que ese comentario la lastimó mucho, porque vino de su hermana, pero más aún por lo que implicaba.

Sin decir nada tiro de su mano, lo que la toma por sorpresa, haciéndola caer sentada en mi regazo. Sus ojos están muy abiertos, los ignoro y la abrazo, pasando mi mano por su espalda de arriba abajo hasta que se relaja y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello.

Esto es bueno. No se está resistiendo y eso hace que la pizca de esperanza que tenía por que corresponda mis sentimientos, aumenta a niveles exagerados.

Beso la cima de su cabeza y digo suavemente a su oído.

— ¿A que no adivinas lo que me llegó esta mañana?

— ¿Un unicornio?

Mi niña. Me rio suavemente.

—Lamento desilusionarte pero no. Lo que pasa es que recordé el otro día, cuando me dijiste lo mucho que te gustaba esta serie, Glee. Entonces hice una pequeña búsqueda en internet y a pesar de que no va para nada con mi edad, pero como a ti te gusta y somos amigos y quiero conocer mejor los gustos de mi amiga, hice un pequeño pedido en línea.

Me mira con una mezcla de humor, curiosidad y entusiasmo, lo que hace que me relaje, ya no luce triste.

—Me llegó un paquete con todas las temporadas de la serie.

Su reacción es mucho mejor de lo que esperaba.

Lanza un chillido muy femenino, mientras ríe. Luego me abraza tan fuerte que me corta la respiración y me sorprende totalmente al darme un enorme beso en la mejilla. Muy a mi pesar eso la hace levantarse de mi regazo mientras se sonroja furiosamente.

—Lo siento —dice nerviosa y mirando a cualquier otro lado menos a mí. —Eso fue muy inadecuado, yo no...

—Oye —corto su balbuceo nervioso tomando su mano. —Somos amigos, así que lo que hiciste está más que bien. Sé que soy mucho mayor que tú, pero es sólo un número, lo que importa es lo que está aquí —digo poniendo un dedo en mi sien —y lo que está aquí —pongo una mano en mi corazón. —Y si te soy sincero, ese beso me hizo feliz, porque quiere decir que confías en mí y eso significa mucho para mí.

—Claro que confío en ti. Eres una de las mejores personas que conozco y me entiendes mejor que cualquier otra persona y eso también significa mucho para mí.

— ¿Lo ves? Así que los amigos hacen eso todo el tiempo, así que puedes besarme cada vez que quieras, no me quejaré —dije sonriendo ampliamente.

—Si no te conociera mejor diría que estas coqueteando conmigo.

Le guiñé un ojo. Suspiró dramáticamente.

—Lástima que estés perdiendo tu tiempo, a estas alturas deberías saber que soy una chica difícil. —lanzó su cabello de su hombro a su espalda, pasando junto a mí, yendo hacia la sala y dejándome como un idiota con la boca abierta.

Mentiría si dijera que eso no me emociono, porque condénenme si ella no me devolvió mi pobre intento de coqueteo, superándolo con creces.

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¡Hola mis pequeños saltamontes!

Lamento no actualizar la semana pasada, ustedes saben el tiempo o la falta de éste...

¡Bonitos y gorditos muchachos y denle clic a la estrellita!

Pueden comentar, es gratis ;)

Nos leemos el próximo miércoles con un nuevo capítulo.

¡Besitos llenos de amor y de labial sabor a fresa!


Mi Corazón en PalabrasWhere stories live. Discover now