El retorno de Ellie (PE #2)

Capítulo 6

Me alisé el vestido, tratando de quitar las arrugas, mientras observaba de reojo a Gabe poniéndose el cinturón. Trate de pensar hace cuanto que no hacíamos el amor, lo había extrañado bastante, además que debido al enojo había sido demasiado intenso. Me tomo de la cintura y me dio un beso, yo lo tome da la cara, me encantaba hacer eso, me encantaba que sus mejillas estuvieran tan suaves, era algo que me volvía loca de él. Salimos de la sala de entrenamiento tomados de la mano, me despedí de él y fui a charlar con mi padre.

Gabe.

Caminé por el castillo, cuando vi Dimitria muy sospechosa saliendo de su habitación.

—Hola.

Ella saltó como un gato y cuando me vio se calmó.

—Hola, me has asustado.

—Así tendrás la conciencia.

Ella sólo sonrío. Por primera vez desde que había llegado, me sonrió.

—Bueno, fue un gusto verte, pero tengo que irme.

— ¿A dónde vas? —Pregunté.

—De acuerdo.... Iré al bosque, siempre me ha encantado ir allí cuando no tengo concentración para crear música.

—No puedes salir, te meterás en problemas.

—No... Sólo si me atrapan, así que tienes dos opciones, te quedas callado y hacemos como si nada de esto hubiera pasado o le dices a Ellie y te odiaré con toda mi vida.

—O tercera opción... Te acompaño.

Ella sólo se me quedó viendo y pensando bien todo. Si Ellie no me hubiera contado su historia familiar, no hubiera dudado que ellas fueran hermanas, ya que así con el ceño fruncido parecían dos gotas de agua.

—Prefiero ir sola.

—Te acompañaré. —Oh claro que lo haría, si su hermana se enteraba que la he dejado ir sola, me mata y quiero seguir viviendo por un tiempo más.

Ella bufó y se dio por vencida.

—De acuerdo, vamos.

Ella caminó con suma sutileza, llegamos al patio y brincamos la barda, caminamos mucho y en silencio mientras ella tarareaba una canción.

Dimitria caminaba como si flotara sobre el suelo, ella se movía con mucha agilidad, parecía como si ya hubiera hecho esto muchas veces.

— ¿Habías hecho esto antes?

—Siempre vengo aquí, desde que tenía 13 años, cada vez que me falta inspiración para alguna de mis canciones, vengo y me adentro en el bosque.

— ¿Y no te da miedo venir aquí sola?

Se hizo el pelo atrás y vi como sonreía.

—No, siempre ha estado muy solo, pero a veces escuchó voces y me ocultó, por eso es importante estar en SILENCIO.

—Lo siento.

Nos quedamos en silencio y seguimos caminando, hasta que ella paró y se quedó observando todo a su alrededor. Abrió los ojos como plato y me aventó sobre el pasto.

Me hizo una señal para que la siguiera y así lo hice, los dos nos arrastrábamos sobre el suelo, hasta que ella se detuvo, me puse a un lado de ella.

Entonces vimos como pasaban muchos señores.

—SHH... Escuché a alguien. —Dijo una la voz de un joven.