Capítulo 9

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La casa estaba irreconocible. La habían adornado tanto que parecía hasta agradable. Una larga mesa se erguía repleta de platos en el comedor. No había mucho espíritu navideño, pero los que allí estaban intentaban que fuera especial. Se habían arreglado para aquella velada y algunos incluso cantaban villancicos. Se divertían.

- David, ¿no ha vuelto ___? - preguntó Eleanor mientras colocaba una fuente de patatas en medio de la mesa. Miró a su nieto. Estaba muy guapo con la camisa celeste que se había puesto.

- No, ¿quieres que vaya a buscarla? - David, servicial donde los haya, se ofreció a ir a buscar a su hermana. ¿Qué estaría haciendo?

- Pues... - la abuela miró el reloj que llevaba en su muñeca izquierda. Suspiró y se limpió las manos en el delantal - Sí. Vamos a cenar en media hora. Gracias, cariño.

David se encaminó hacia el salón, donde estaban los demás. No faltaba ninguno, así que ___ debía estar sola. Seguramente se habría entretenido leyendo o le estaba dedicando mucho tiempo a qué ponerse.

Cogió Polvos Flu que había en una pequeña cestita al lado de la chimenea.

- ¿Vas a buscar a tu hermana? - Fred se había levantado del sillón y le miraba fijamente.

- Sí - David ya estaba dentro de la chimenea y antes de que Fred le dijese nada más, exclamó la dirección de su casa y desapareció.

Ya había oscurecido bastante, por lo que el salón estaba en penumbra. Pero David escuchó unas risitas en el piso de arriba. Distinguió la voz de su hermana y luego una risa masculina. "Pero, ¿quién coño está con ___?", se dijo mientras subía la escalera a toda prisa.

Abrió súbitamente la habitación de ___. Se encontró a su hermana y a Jack en una cama deshecha, pero estaban los dos completamente vestidos, lo que le  tranquilizó un poco.

- David, ¿se puede saber qué... - comenzó ___ - ¿Qué hora es?-miró a su alrededor buscando algún reloj.

- ¿Qué más da? - le respondió de mala gana su hermano mientras miraba fijamente a Jack. Vaya niñato. Nunca le había caído bien - Tenemos que ir a cenar, así que ya te puedes estar despidiendo - señaló a su acompañante con la cabeza y se dio media vuelta.

- ¡Gracias a Dios que no ha llegado hace cinco minutos! - susurró ___ mientras se ponía los zapatos. Ya se había vestido para la cena, con un simple vestido azul marino corto que le marcaba graciosamente su figura.

- Nunca le caí bien, ¿eh? - Jack ordenaba un poco el cuarto como podía - En fin, nos veremos otro día, ¿vale? Y escríbeme.

- Eh, Jack...- no sabía cómo decir aquello- Esto no quiere decir nada, ¿no? Quiero decir, yo te tengo muchísimo cariño, pero...- se estaba poniendo el collar de Eleanor y  se empezó a peinar.

- Ya, lo sé. Podríamos ser amigos, ¿no? - le tendió a ___ una bonita rebeca de encaje que estaba en el suelo.

- Sí, claro.

Se despidieron en la entrada. David no dejaba de mirar la escena con unos ojos llenos de ira. Entraron los dos en la chimenea sin decir nada. Al momento, aparecieron en la casa de los Black. Parecía que David no le iba a dirigir la palabra a su hermana en una buena temporada. Aún así, ___ daba gracias al mismísimo cielo de que no la hubiera pillado en pleno acto.

Se sentaron a la mesa. ___ se sentía hambrienta, así que se sirvió de todo un poco y se metió de lleno en una conversación con Sirius sobre la antigua Orden del Fénix y sobre el papel de su abuela en aquellos tiempos. Y no podía dejar de sonreír. Se encontraba en una nube. Todavía en las piernas notaba el peso de Jack y su corazón no había dejado de latir tan ruidosamente. Al mínimo movimiento, se estremecía. Pero era placentero.

Te doy media noche. [Fred Weasley y tú]Where stories live. Discover now