No sabía cuánto tiempo había pasado, lo único que sabía era que las imágenes de Lucas matando a Ian se repetían una y otra vez en mi cabeza, desagarrándome por dentro.
Quería venganza.
¿Pero cómo podía vengarme de alguien que ya estaba muerto?
─ ¡Aidan!
Traté de ver en medio de la nube de tierra y hormigón pulverizado que la explosión había provocado, pero no veía ni una mierda. E incluso el sonido del llamado sonó lejano y distorsionado; y solo había dos opciones para eso, o me había quedado sordo o estaba más lejos de lo que pensaba. En cuanto la bomba explotó ni si quiera tuve tiempo de aferrarme a nada y ella simplemente me expulsó lejos de Felicity.
Quise levantarme, pero era inútil, mis oídos dolían un infierno y estaba completamente desorientado y mareado. Lo único que esperaba era que no sea lo suficientemente malo y que pasara rápido.
─ ¡Felicity! ─intenté gritar, pero mi garganta estaba completamente seca y lo único que provocó fue una tos horrenda y ganas de vomitar.
Vi una sombra arrastrarse hacia mí y de inmediato me puse en alerta, pero cerré mis ojos y los abrí un repetido número de veces para descubrir si lo que veía era producto de mi imaginación o no, hasta que se arrodilló con dificultad frente a mí y repitió mi nombre:
─ ¡Aidan!
Sacando fuerzas que no pensé que seguía teniendo, me senté y coloqué mis manos sobre su rostro.
─ ¿Estás vivo? ─pregunté incrédulo mientras lo contemplaba.
Él solo asintió y con una sorpresiva emoción y felicidad que me consumió por completo lo atraje hacia mí y lo abracé con fuerza antes de comenzar a reírme a carcajadas.
─ ¿Aidan? ─dijo una vez más, esta vez un poco temeroso y con una mueca de dolor por sus heridas, pero no me importaba.
─Cállate, marica, yo solo... Creí que estabas muerto y estoy realmente feliz de que no lo estés ─me alejé un poco para verlo y su aturdimiento solo hacía que quisiera seguir riendo─. Maldición, realmente lo estoy ─lo abracé una vez más y escuché que comenzaba a reír también.
─Bueno, si hubiese sabido que tenía que hacer que creyeras que estaba muerto y luego en realidad no haber muerto para que me demostraras tu amor posiblemente lo hubiese hecho hace mucho tiempo.
─No seas un idiota ─lo empujé ligeramente en modo de broma─. Es obvio que nunca he tenido un gran cariño por ti, pero las cosas que has hecho por mí y por Felicity, bueno, posiblemente han hecho que eso cambiara. Pero esto nunca pasó ─le advertí─. Ya estoy lo suficiente traumatizado conmigo mismo ahora que el momento de emoción se esfumó y me doy cuenta de lo que hice ─me alejé un poco de él y decido preguntarle sobre quien realmente pensaba que me había llamado─. ¿Dónde está Felicity?
─Bueno... ─él lució incómodo de inmediato.
─Kean ─presioné.
─Está bien ─dijo finalmente─. Ella está solo un poco herida por el impacto, ya sabes, pero nada de qué preocuparse.
─ ¿Dónde está? ─repetí.
─Está a unos metros, pero... ─vaciló, bajando su mirada.
─ ¿Cuán mal está? ─inquirí, sabiendo que seguía evitando decírmelo.
─Mal ─hizo una mueca─. Ella... ─volvió a vacilar, pero mi intensa mirada hizo que continuara─. Ella estaba tratando de proteger mi cuerpo del impacto y no se preocupó por ella misma.
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Enfrentando Al Destino (Destino #3)
ActionEsta novela, secuela de Huyendo Del Destino y tercer libro de la trilogía Destino, es narrado desde el punto de Felcity y Aidan. Dos protagonistas que se abrieron el uno al otro y descubrieron sus secretos; y aquello que los amenazaba con separarlos...