29. El asesino del torso

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29. El Asesino del Torso

─Araya... ─murmuró Derek frunciendo el ceño, pero poniendo la mano en el hombro de Stiles, intentando pasarle por medio de su conexión de emparejados la calma necesaria para que no se transformara... después de todo, no sabían a ciencia cierta si Las Calaveras sabían que Stiles era un lobo... que eres El Lobo.

─Sí, Derek... ¿Acaso creías que nos lograrías dar esquinazo por siempre? ─sonrió ella malévolamente. ─Así que si no queréis problemas, nos acompañaréis calmaditos... y Derek, guarda tus garras, te lo advierto. ─dijo mirando al moreno, que puso mal gesto aunque por dentro se sentía lo suficientemente sereno.

Genial. Las Calaveras no estaban puestas al corriente de las novedades acerca de Derek... tal vez siguieran pensando que Stiles era un humano normal en una manada de lobos.

Los dos se intercambiaron una mirada de entendimiento y, tras un asentimiento, siguieron a Araya junto con dos cazadores más que habían aparecido cerca de ellos. Los llevaron hasta una furgoneta, entraron en la parte trasera y, acto seguido, se puso en marcha en dirección al bosque.

─Y bueno, Derek Hale... ¿Alguna novedad destacable en tu vida además del evidente romance del que ya hemos podido ser testigos? ─comenzó la líder a hablar, mirando a los dos "invitados", cuando el transporte se puso en movimiento.

─Lo cierto es que no. ─dijo intentando sonar fuerte, seguro y amenazante, así como algo amargado, tal y como siempre había sido su voz, y echó un rápido vistazo a Stiles, que mantenía su rostro neutral.

─¿De verdad? ─fingió sorprenderse Araya. ─Bueno, Derek... iré al grano. ─dijo adelantándose en su asiento para enfrentar al moreno. ─Sé que has estado buscando a La Loba. Sé que estuviste en Londres buscando a alguien... y lo cierto es que estoy un tanto molesta. ─siguió con una voz que daba escalofríos. ─Después de todo, estuviste con nosotros cerca de cuatro años.. ¡casi un lustro! ... y tuviste acceso a nuestros archivos para, después, desaparecer sin dar aviso. ─terminó diciendo con un suspiro. ─Si no lo viera imposible diría que has encontrado a La Loba y... bueno... todo esto me enfada, pero lo que más me enoja es que me he sentido irremediablemente utilizada. ─finalizó la cazadora.

─Araya, eso... ─comenzó Derek temiendo que lo descubrieran todo. ¿Se habían enterado de que había ido a Londres? ¡Eso ponía en riesgo Stiles!

─Derek obtuvo una pista. ─le cortó Stiles rápidamente, llamando la atención de la cazadora y la del mismo Derek. ─Ya que yo soy el que siempre busca la información, vino a buscarme ayuda. Ya conoces a Derek... no se fía de nadie y supongo que nunca llegó a confiar en vosotros al cien por cien... así que fue a buscar ayuda de la persona que menos amenaza suponía y por lo tanto... en quien más "confía". ─dijo sonriendo de medio lado.

─¿Y qué datos eran esos? ─preguntó la cazadora intrigada. Por otro lado, Derek lo miraba esperando que la mentira y excusa que fuera a decir Stiles fuera creíble...

─¿Siendo franco? Un montón de bazofia inservible. ─dijo encogiéndose de hombros. ─Mapas anticuados, testimonios obsoletos... vaya... dejando la buena educación que me dieron mis padres a un lado.: "un montón de mierda". Aún así investigamos y yo encontré algo, un mito o algo así, que hablaba de los lobos europeos. ─siguió relatando Stiles, quien no tenía demasiado claro qué demonios iba a seguir diciendo. ─Indagué y solo encontré tonterías místicas... pero sí vi algo que me llamó la atención y que podría ser algo "útil".

─¿Y qué era ese "algo útil"? ─quiso saber la mujer.

─Una diferencia bastante llamativa entre los lobos... aunque de los lobos "lobos"... tú sabes... los lobos que hacen Auuuuu a la luna y... bueno, eso también puede ser los lobos no tan lobos como estos tarados... aunque en realidad los hombres lobos suenan más como ROOOOAAAR...

La LobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora