Un pordiosero se acerca a una ancianita en la playa.
-Por favor, señora -suplica-, no he comido nada en 24 horas.
-Qué bien -dice la abuela-, así no tendrás que preocuparte por sufrir calambres si te metes a nadar.
España
Un pordiosero se acerca a una ancianita en la playa.
-Por favor, señora -suplica-, no he comido nada en 24 horas.
-Qué bien -dice la abuela-, así no tendrás que preocuparte por sufrir calambres si te metes a nadar.