13. Ojos ultramar

6.3K 551 16
                                    

(Alan)


—¿Cuándo se supone que van a matarme? —dije apoyándome, aún más, en la columna tras de mí.

Al parecer, me habían traído a un sucio lugar abandonado, muy del estilo de Jim. Mis manos estaban atadas en mi espalda, y ya habían comenzado a hormiguear.

Del grupo de personas que había antes, solo estaban dos conmigo, y ninguno de ellos respondió.

—De acuerdo, no contesten —dije —. Pero, en serio, ¿solo tengo a dos escoltas vigilándome? ¿Solo dos? Eso me ofende.

—¡Cierra la boca! —espetó uno de ellos.

—Lo haría, pero si no van a matarme, no quisiera morir de aburrimiento —en parte era cierto, y en parte estaba burlándome de ellos —. ¡Oye tú! El de la izquierda. Tu nombre era... ¿Mark? —dudé, lo había visto un par de veces antes, cuando mi lealtad estaba con Jim. Miré a su compañero —. A ti no te conozco —el tipo bufó —. Como sea, Mark necesito agua.

Él me miró irritado.

—¡Qué lástima!

—¿Planeas matarme de hambre y sed? —sonreí —¡Qué poco creativo!

—Cierra la boca y espera tu muerte —dijo el tipo que yo no conocía.

—¿Sentiste la necesidad de decir algo genial, chico sin nombre?

El chico sin nombre apretó los puños, y empezó a caminar hacia mí cuando, de repente, un estruendo seguido por un sonido viscoso le sorprendió. Sonreí y supe lo que había pasado. El chico volteó hacia Mark solo para encontrarlo con una vara de metal clavada en su estómago.


Supe lo que pasaría de inmediato, así que no perdí más tiempo, metí la mano en mi bolsillo y empecé a buscar el pequeño cuadrado de metal. Cuando lo tuve entre mis dedos, no dudé en activarlo. No importaba mucho lo que pasara ahora, esa había sido mi jugada.


Mi jugada había funcionado. Hace unos días, Jenn y yo habíamos ideado un plan por si cualquiera de nosotros era atrapado. Ambos llevábamos con nosotros un pequeño dispositivo que, al activarlo, enviaba una alarma al teléfono celular del otro. De esa manera, sabríamos si uno de nosotros está en peligro.

—¿Qué sucede, chico sin nombre? ¿Estás asustado?

Una de las ventanas explotó, los cristales saltaron cuando Jenn entró al lugar. Ella me miró por un milisegundo, y luego miró a chico sin nombre, quien estaba clavado al suelo.

—Estás muerto.

Él sacó su pistola y disparó una vez, fallando terriblemente. Jenn, en rápidos movimientos, logró inmovilizarlo en el suelo.

—¿Deberíamos interrogarlo? —preguntó ella.

—Dudo que pueda decirnos algo útil. No dirá nada, si valora su vida. Además, necesito un poco de ayuda aquí —dije refiriéndome a mis manos amarradas.

—Es cierto, lo siento —Jenn apretó algún lugar entre su hombro y su cuello, y el chico se desmayó.

Cuando ella logró desamarrarme, me levanté, sintiendo mis piernas pesadas.

—Ellos no eran verdadera competencia para nosotros, eso fue bastante fácil —dijo Jenn mirando a ambos cuerpos en el suelo —. Jim se descuidó esta vez.

—O solo quería probarnos —dije mirando cada punto de esta habitación. Tal vez solo quería saber qué tan difícil sería matarnos, probablemente estaba viéndonos en este momento.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora