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Ella había sido reclutada unos cuantos meses antes de lo sucedido, su poder de controlar el agua y inmortalidad la habían hecho una fuerte integrante del equipo de los Vengadores, esa era Jenell Meller o mejor conocida como Neptune debido a su habilidad de manejar aquel líquido vital; una joven rumana que contaba con apenas 19 años de edad.

Una joven que había perdido todo sin siquiera saberlo, cuando despertó solo sabía su nombre, estaba en un lugar desconocido, S.H.I.E.L.D. la encontró y la entreno hasta que pudo ser capaz de ser una vengadora.

Conoció a Pietro en el campo de batalla al atacar la base de HYDRA, la primera impresión no fue muy agradable entre ellos dos, pero cuando los mellizos se unieron al equipo ellos cayeron en cuenta de que no eran muy diferentes, los tenían un objetivo en su vida, salvar a su familia.

Llevaba a personas a los botes de S.H.I.E.L.D. cuando vio que Clint tenía a un niño en brazos y lo cerca que tenían a Ultron, definitivamente ellos morirían si alguien no hacía algo, empezó a correr hacia ellos cuando vio que una ráfaga de luz los tomo rápidamente, Pietro, balas caían en todos lados, corrió más a prisa hasta llegar, Ultron volteo con la joven quien lo destrozo, un poco cansada volteo a ver a dónde se suponía que estaría Pietro, lo vio caer, se acercó a él con el cuerpo temblando, él estaba muriendo, agua brotó de sus manos y empezó a recorrer el cuerpo del Sokoviano, las balas empezaron a dejar su cuerpo, la chica empezó a desvanecerse al mismo tiempo que el joven se recuperaba, para traerlo de vuelta necesitaba toda su fuerza, traer a alguien del borde de la muerte no era algo fácil y menos en las condiciones en las que se encontraba; podría costarle la vida, podría ser fácil curar heridas indefensas de otras personas y graves que ella tuviera, pero no llegaban a traer a alguien de la muerte, era riesgoso y lo sabía, pero quería salvarlo a pesar de todo, después de todo él era la persona que amaba y no dejaría que muriera.

Cuando Pietro se levantó la muchacha cayó, pálida y casi sin signos vitales, la agarro en brazos y corrió hacia el Quinjet, la rumana necesitaba ayuda y rápido, no quería perderla y no estaba dispuesto a hacerlo.

Al llegar la chica corría peligro, perdía la vida, fue llevada a una camilla, hasta llegar a una gran habitación, en el centro de esta había un gran tanque de agua cristalina, rápidamente metieron a la joven en el; Pietro estaba desgarrado, todo eso era su culpa, y nadie lo sacaría de ese ideal, Wanda lo intento, y fracaso, veía en el tanque una burbuja empezaba a cubrir el cuerpo de la joven, y está fue desapareciendo mientras aglomeración de agua la envolvía, ya nadie era capaz de verla.

Semanas después la burbuja desapareció, revelando el cuerpo sin heridas, la agente fue sacada y trasladada a otra habitación; sus signos vitales eran débiles y poco estables, Pietro quien veía la situación entre las sombras solo rogaba para que la doctora Cho pudiera salvarla.

Todos, inclusive Wanda, sentían lastima por Pietro, quien dedicaba sus días a una chica que estaba en estado vegetal, nadie sabía cuándo despertaría, pero eso importaba poco para el sokoviano, no se separaría de su lado, no hasta que despertara, todos los días le contaba sobre cosas triviales que pasaban es su ausencia esperando tener alguna respuesta de ella.

Había decidido amarla hasta el fin de sus días, y en su otra vida, siempre la veía en sueños, que empezaban tan bien que nunca hubiera querido salir de ahí, pero su final siempre se transformaba en una pesadilla, Wanda quien trató de ayudarlo fracaso en su intento, por más de que intentará era una batalla perdida.

Cada semana a la chica le realizaban estudios para saber cómo iba, el platinado solo observaba en silencio a su amada, sus párpados siempre cerrados, pareciera que les habían colocado un candado.

— Deberías ir a comer —le repitió Bruce.

— No puedo, —negó— tengo que estar a su lado, ella me necesita, no puedo dejarla sola, es por mi culpa que ella está así, —se lamentó agachando la cabeza— es lo único que puedo hacer. —

— Niño no puedes estar atado aquí, necesitas salir, ella estará aquí no se irá a algún lado, si ella no hubiera querido salvarte no se hubiera sacrificado, sabía qué consecuencias le traería, ella te ama, por eso lo hizo. —

No obtuvo respuesta alguna del chico, era un fracaso volver a intentarlo, le dejo solo en la habitación, y al cabo de unos minutos volvió y le dejo una bandeja con comida, lo cual fue bien recibido por el platinado.

— ¿Cómo esta? —le dijo Wanda al ver a Bruce salir de la habitación.

— Ella está estable, —dijo volteando a ver a la mencionada— no sabemos cuándo despertara, pero estará bien, en cambio tú hermano me preocupa más, él aún se culpa de lo que sucedió —

— Lo sé, él no ha querido entrar en razón, —soltó afligida— le he dicho, pero no quiere entender, él realmente la quiere, quisiera hacer algo, y lo único que puedo hacer es verlo,—pauso— puedo sentir la mente de Jenell, ella está tratando de salir a encontrarse con él, esta luchando por salir, he tratado de ayudarla, pero es imposible, su mente tiene un bloqueo. —

— Supongo que lo único que podemos hacer es esperar. —

Los días transcurrían, Pietro empezaba a perder sus esperanzas, tal vez debería de hacer lo que le habían dicho, debía seguir con su vida, no quería separarse de ella, pero sabía que ella no quisiera que perdiera su vida por ella, debía seguir su camino, ir salvar a personas; solo unos pocos días más, en donde fuera capaz de recibir una señal de que ella despertaría, si no lo hacía seguiría su camino, y olvidaría la promesa que habían hecho, por la que se mantenía ahí, nadie sabía de ello, solo él y ella, tenía que ser una sorpresa para los demás, pero ahora no sabía si fuera una promesa que se pudiera cumplir, no sin ella.

Run For You «Pietro Maximoff»Where stories live. Discover now