Única parte

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¿Por qué demonios tenía que pasarle eso a él?

Se había cuidado, tomaba las mayores precauciones posibles. Los supresores nunca le fallaron ¿por qué ahora si?

Sus padres lo iban a matar. No le faltaba ni un año para graduarse y entrar al corporativo más importante del país.

Maldición.

Maldijo por centésima vez. Eso debía ser un error. Maldito celo.

No lo podía tener, lo iban a echar de la universidad y seguro nunca lo aceptarían en su trabajo.

Maldito Harry.

Él tenía la culpa. ¿O tal vez él mismo? Daba igual quien la tenía, debía decírselo al alfa y juntos terminar con el estorbo.

Ni siquiera estaba seguro de amar al rizado. Solo le gustaba sus atenciones y su protección. Nunca había amado antes, no veía porque tenía que hacerlo ahora.

Subió a su carisimo Mercedes-Benz y se dirigió al café donde citó al oji-verde. No debían esperar más tiempo, la cosa crecería en él y lo engordaría como una ballena.

Dios, de solo pensarlo le daba escalofríos.

(...)

Treinta y cinco minutos y contando. Bufó exasperado, llevaba más de media hora esperando al castaño.

Siempre era lo mismo.

Lo dejaba plantado o simplemente lo hacía esperar siglos. Últimamente había estado muy raro y más cortante de lo normal. Cuando lo conoció y empezó a salir con él, supo que era una persona muy fría y calculadora para ser un omega. Su familia de un apellido importante era tan frívola que le daba miedo, y como era de esperar nunca lo llegaron a aceptar. Pero no importaba, mientras tuviera a Louis con él, nada más importaba.

O al menos eso creía.

Llegó a soñar en un principio que el omega correspondería su amor en algún momento y lo amaría tanto como él. Imaginaba que podría traspasar su corazón de piedra. Pero mientras más pasaba el tiempo más estaba empezando a dudar de eso.

La campanilla de la puerta sonó sacándolo de sus turbios pensamientos y un ajetreado oji-azul entró buscando con la mirada una cabellera rizada.

Lo halló en la mesa del fondo, ahí siempre estaba.

Harry sonrió al verlo y se puso de pie, caminó en su dirección para envolverlo en sus brazos, sin embargo eso no ocurrió ya que Louis se alejó de él. Desilusionado bajó los brazos y se volvió a sentar en donde segundos antes estaba.

- Hola amor ¿qué sucede? Te escuché extraño al teléfono - ladeó la cabeza en señal de desconcierto.

- Léelo - buscó algo desesperadamente dentro de su mochila y cuando lo encontró le entregó un sobre blanco todo arrugado por el disgusto que sintió cuando se enteró.

Extrañado lo tomó, no hizo falta abrir el sobre ya que estaba casi hecho trizas así que sólo desdobló la hoja.

Su ceño fruncido cambio por uno de sorpresa. Por Dios. Eso... eso era maravilloso. Iba a ser papá. Iban a ser papás.

- Maldición bebé, esto es hermoso - levantó la mirada de la hoja por un instante con los ojos brillando de ilusión. Una punzada en el pecho del castaño se instaló cuando vio su alegría, pero inmediatamente la desechó.- ¿Qué crees que sea? Un niño con tus ojos o una niña con el cabello rizado, sería genial sabes, podríam...

El castaño cortó sus divagaciones de un golpe seco - No voy a tenerlo.

- ¿Qué? - río incrédulo el oji-verde.

Lost in Paradise|Omegaverse|Larry StylinsonWhere stories live. Discover now