capitulo 3

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"El abismo de la soledad y la falsedad de una mentira"

La noche le proporcionaba su suave beso de oscuridad, encubriendo con perfección mortal su presencia , las pisadas silenciosas y su sonrisa felina, perfección andante, había hecho esto una y otra vez que parecía ya solo un juego de niños, nunca se cansaba de sus queridos humanos.

El informante se acomodó el cabello que cubría su campo de visión para después regresar su mano al abrazo del bolsillo de aquella chaqueta, llegó al callejón, podía divisar la puerta gris desteñido al final del edificio a su izquierda, ensancho una sonrisa.

Un sonido a su derecha, algo andaba mal, no solo por el denso y frió aire que dispersaba aquella neblina, Pasos, un giro, un golpe, metal contra carne, de un solo giro y movimiento Orihara dejo en el suelo a aquel hombre que había llegado por su espalda

-ah~ ¿atacar cuando estoy desprevenido? ¿Han caído bajo no lo crees? su voz profunda y cínica rompía el silencio, mientras la suela de su zapato machacaba los huesos de la mano de aquel hombre que solo lograba profanar un quejido

"Esto sigue sin saber bien"

Entorno la mirada a su izquierda y por muy pocos centímetros logro evadir el filo de la hoja que se aproximaba con velocidad hacía él ¡Tch! Chasqueo la lengua, su semblante se tornó severo.

Usando el impulso de su atacante logro romper el equilibrio de este, para de un solo movimiento tomar su muñeca inutilizando por completo aquel cuchillo y lograr empotrarle una buena patada en las costillas, casi suficiente para dejar sin aire al hombre, sin embargo este respondió con un golpe hacía la mandíbula del cuervo quien con facilidad lo esquivo poniéndose al ras del concreto, y regalarle un golpe certero en las espinillas, suficiente para hacer que aquel hombre cayera retorciéndose en el suelo.

Miro con satisfacción a su par de atacantes inútiles en el suelo, espero unos segundos, mandar solo a un par de hombres a "asesinarle" era mucha idiotez o lo estaban subestimando, el silencio de la noche fue lo que recibió como respuesta, parecía que estaba limpió ya, se puso de pie y acomodo sus prendas con elegancia sacudiéndose el polvo que aquel encuentro cuerpo a cuerpo había dejado sobre él.

Frio, sonido retumbante, dolor agonizante en la pierna derecha del informante

-Vaya, Vaya Orihara has perdido el toque dijo una voz profunda y llena de rencor a sus espaldas

-Oh~ ¿eso crees Kirigaya? el azabache se dio la vuelta para enfrentar a su oponente

Un hombre de cabellos color miel y ojos grises profundos, vestido en elegante traje blanco, coronado con una bella rosa azul en su pecho, quien empuñaba un arma en mano y una sonrisa en sus labios

Con cautela su mano derecha busco el metal de aquella arma escondida en su bolsillo, un movimiento veloz y certero era lo único que necesitaba para acertar aquella hoja de metal en la piel de su atacante, apenas tenso el musculo de su brazo y

¡Bang!

El sonido del metal de la navaja chocando contra los ladrillos del edificio opuesto acompañado por el quejido de dolor de parte del informante, se llevó la mano izquierda con pesadez hacía el brazo opuesto, la sangre escasos segundos tardo en filtrarse por la tela de sus prendas, apretó los dientes en su intento de reprimir el dolor calcinante

-he~ eres un hombre despreciable ¿No te lo había dicho ya? el cuervo sonrió y le dijo esto a su atacante

-Tal vez en alguna ocasión - respondió el llamado Kirigaya mientras meneaba un dedo sin despegarle los ojos al azabache

Otra disparo hizo eco en el callejón, los pasos veloces y certeros del informante resonaron, el tiro fue errado

-¡Maldita sea Izaya ¡ Deja ya de moverte y estate quietecito para que te mate en paz bufo el hombre de blanco

☆UNA ULTIMA VEZ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora