capitulo 4

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"La eternidad es solo una ilusión"

El infinito blanco mareaba sus pupilas, la indistinción entre el suelo, el cielo y la Nada achacaba su centro de gravedad, no había rastro alguno de oxígeno, no sentía nada, ni frió, o calor, tan siquiera un roce en su piel o la firmeza del suelo bajo sus desnudos pies. A pesar de todo eso, él se sentíaBien.

¿Encontraste lo que perdiste?

La voz que venía de todas partes pero no tenía origen, golpeó sus tímpanos.

¿Quién es? preguntó inseguro de como sonaría su propia voz, indiscreto comenzó a buscarle con la mirada en todas direcciones existentes

Acaso ¿ya te olvidaste de mí, Izaya?

La voz tomo forma, justo frente a él a solo unos metros (¿O centímetros? O ¿Cientos de kilómetros? La profundidad era engañosa en aquel sitio) Aquella combinación de ojos azules resplandecientes, cabello rojizo delicadamente por encima de los hombros y cuerpo femenino, algo por lo cual hubiera pagado para ver en vida, pero que ahora solo le causo una sorpresiva mudez.

Claro estaba, que no se había olvidado de ella.

Entonces ¿Me dirás que perdiste? Insistió ella

¿Además de mi cuerpo y mi dignidad? ¡Ja! No mucho espetó con avidez el azabache

No hay necesidad de mentir corrigió con una voz calmada ella Puedo ver atravez de tu mascara ahora. Porque fui yo quien escucho tu grito silencioso

Orihara tragó saliva, el nudo de emociones que se le había formado en la garganta, el cual se esforzó tanto por tragárselo e ignorarle, ahora ascendía desde la boca de su estómago, a su garganta, hasta atorarse en su tráquea donde se expandió como una bola de algodón que lo asfixiaba y bloqueaba el paso del aire a su interior y de las atrancadas palabras fuera de su boca.

Izaya yo

Estas aquí para condenarme soltó al fin el cuervo con palabras cortantes y acusadoras

Su situación estaba muy en claro.
Si bien su mente estaba aturdida y sus recuerdos eran una maraña confusa de imágenes que día con día se volvían más y más borrosas, si bien aún tenía sus dudas y una inmensa cantidad de piezas faltantes en el rompecabezas, había una cosa que en ese momento, justo en ese preciso instante, era tan clara como sólida y la tenía bien presente.

Y eso era, la naturaleza de aquella mujer de pie frente a él.
Celty Sturluson, una Dullahan, un Shinigami, un Ángel de la Muerte.

Ante su actual e inevitable condición y la presencia de aquella dama, el peso de la cruel realidad se le fue encima, su época de "alma errática" sobre la tierra, daba fin ahora y comenzaba una eternidad de quien sabe qué.

¿Entonces? aventuro a preguntar al fin, rompiendo la calma con ánimos de que la respuesta nunca llegara

Veras Izaya Dejó crecer un pequeño silenció, mientras estudiaba de pies a cabeza al muchacho, pensando con cuidado sus siguientes palabras Tu no perteneces a ningún lugar

Izaya tenía la oportunidad perfecta para acallarle o protestar sobre sus palabras, pero no lo hizo, igual y ¿Con que propósito? De esa forma dejó a la Dullahan seguir hablando.

Tus acciones en vida deberían de condenarte a la Nada, debería ya de llevarme tu alma

¿Acaso era necesario repetirle lo que ya sabía? Pues aquellas palabras lo cortaban profundo en el interior cuan alambre de púas en su garganta, que amenazaba con hacerlo sangrar a más no poder.

☆UNA ULTIMA VEZ ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora