Odio las despedidas.

6.6K 400 21
                                    

Abro los ojos encontrándome contra el pecho de Jesús.
Noto sus brazos abrazándome y sonrío instintivamente porque por primera vez desde hace mucho me siento bien. Me siento querida y eso es una sensación increíble.
Alzo un poco la cabeza para verlo dormir.
Es demasiado bonito, joder, no se ha despeinado ni un poco y tiene una pequeña sonrisa pintada en los labios.
Me quedo observándole varios minutos, y juro que nunca me cansaría de hacerlo. Parece feliz, pero joder, para no estarlo, está cumpliendo su mayor sueño.
Su pecho sube y baja relajado, y vuelvo a apoyar mi cabeza en el para oír su gran corazón.

No se cuantos minutos me paso así, pero me relajo.
Se me olvidan todos los problemas y todos los rollos que tiene mi vida.

-Buenos días.-susurra con la voz ronca y alzo la cabeza para sonreírle.-¿Cómo has dormido?

-Muy bien.-doy un bostezo y me incorporo.-¿Y tú?

-Genial.-sonríe y me sonrojo.-Bueno.-quita la sonrisa.-¿Eres consciente de que en apenas unas horas estarás de vuelta a Valencia?

-Si, no me lo recuerdes.-pongo mala cara y me siento con las piernas cruzadas.

-¿Y qué haces que no me estás abrazando?-sonríe un poco y me río, levantándome un poco y abrazándolo como nunca.-Te voy a echar mucho de menos.

-Anda, pues ya somos dos.-sonrío mientras él se deja caer en la cama y yo caigo literalmente encima, sin separarme del abrazo.

-Quiero proponerte algo.-entrelaza nuestras manos.-¿Y si despertamos a mi hermano y a Marta y nos vamos los cuatro a desayunar?

-Mala idea.-suspiro.-Sí ven que no estamos en el desayuno se liará.

-Da igual, total, es el último día.-hace un puchero mientras intenta ocultar la sonrisa.-Venga...

-Vale.-sonrío un poco.-Pero mueve el culo y vístete, que tenemos que bajar antes de que todas se despierten.

-Vale, vale.-sonríe.-Pero quítate de encima.

Me sonrojo apartándome rápidamente y busco mi vestido con la mirada.

-Voy al baño a cambiarme.-agarro el vestido tímida.-No mires.

-No lo haré.-promete mientras me levanto de la cama,pero cuando me giro y lo veo mirando le echo una mirada asesina.-Guapa.

-Idiota.-le saco la lengua metiéndome al baño y cerrando la puerta con pestillo.-Uf.

Me pongo el vestido azul y miro con desgana los tacones.
Bah.

Salgo del baño con ellos en la mano y me impactó al ver a Jesús sin camiseta.

-Ay lo siento.-me sonrojo dándome la vuelta.

-Tranquila.-ríe un poco y viene hacia mí.-Ya está, espera que le coja ropa a Dani y vámonos.

Le sonrió tímida y agarro el móvil y el bolso en una mano, y los tacones en la otra.

-¿Tienes tú la otra llave?-pregunta agarrándole el bolso como ayuda.-Así no tenemos que esperar a que nos abran.

-Creo que si, rebusca a ver.-susurro y abro la puerta.-Vamos.

******

-¡Qué no mires Dani!-cierro la maleta de golpe, intentando que no observe toda mi ropa interior.-Pervertido.

Se cruza de brazos yendo hacia la ventana y apartando la cortina.

-¿¡Qué haces!?-me altero.-¿Estás loco?-suspiro.-¿Eres consciente de que esa ventana está conectada a todas las habitaciones de las otras fans?

-Tantas preguntas a la vez no por favor.-me sonríe.-Tienes un carácter algo raro por las mañanas.

-No.-me cruzo de brazos intentando ocultar una suave sonrisa.-No, ¿vale?, tengo el mismo carácter que siempre.

-No.-me contradice porque a pesar de lo poco que me conoce, sabe que eso lo odio.-Pero eres rara, no pasa nada.

-No soy rara.-me muerdo el labio y sonrío inconscientemente al recordar la conversación de anoche.-Pero... es que siento que esto se ha acabado demasiado rápido.-me siento en la cama.-Y no quiero irme.

-Ni yo.-se sienta a mi lado.-No te imaginas lo mucho que te voy a echar de menos.

Sonrío un poco y veo cómo busca mi boca disimuladamente, por lo que río algo nerviosa.
Estamos apunto de besarnos cuando de repente se abre la puerta y como siempre Silvia tiene que interrumpirme en mis momentos más importantes.

-¡Buenos días chotos de oro!-grita con una enorme sonrisa y Dani se separa rápidamente para reírse.

Ay veces que aunque interrumpa, lo hace con una felicidad que se me olvidan esos instantes de querer matarla.

-Buenos días.-saludo mientras Dani se levanta para abrazar a mi amiga.

-¿Estáis listos?-sonríe Jesus.-Nos vamos a desayunar.-Dani lo mira y este le entrega la ropa que ha cogido para él.-Ten, date prisa.

No tarda ni dos minutos en cambiarse, y en ese tiempo, Silvia hace su maleta con ayuda de Jesus y mía.
Hace girarse a Jesús, y se quita el vestido para ponerse unos vaqueros y una sudadera.

Dani sale y salimos corriendo hasta la puerta de atrás para hacer una escapada rápida.
Cuando logramos salir sin que nos vean, andamos y andamos hasta encontrar una cafetería lo suficiente lejos del hotel para poder desayunar tranquilos.

Todos pedimos lo mismo: chocolate con churros.
Siempre he oído que los de Segovia son los mejores.

-Juro que vendré aquí solo para tomar chocolate.-admite Silvia.-Y si, podéis llamarme gorda.

-Vendrías a vernos.-le guiña un ojo Dani y sonrío.-Admítelo.

-Prefiero al chocolate que a vosotros.-le saca la lengua y sé que ni ella se cree lo que acaba de decir.-Vale no, pero no os lo creías que tenéis que tener los pies en la tierra.

Seguimos hablando como una hora, conociéndonos mejor los cuatro, queriendo aprovechar el poco tiempo que nos queda y riendo, sobre todo riendo.

Volvemos al hotel escondiéndonos detrás de coches y más, y hasta que no llegamos a nuestra habitación no nos quedamos tranquilos.

-Mierda.-murmura Silvia leyendo un mensaje.-Mi madre esta abajo.

Resoplo intentando ocultar las lagrimas y me abrazo fuertemente a Dani.
No quiero separarme de él.

-No pienso llorar.-susurra Silvia acercándose a Jesus.-No quiero que se os quede esa imagen de mi.-aclara.-Así que ven y dame un achuchón antes de que cambie de opinión.

Él sonríe triste y la abraza con todas las ganas del mundo, de la misma manera que Dani me abraza a mi.
Deja suaves besos en mi cabeza y cierro los ojos con fuerza para no derramar ni una lagrima más.

-Te quiero.-susurra.-Prometo hablarte día sí día también, ¿vale?, no voy a dejar que te olvides de mí.

Lo miro con los ojos rojos y asiento decidida.

-Jamás podría olvidarme de ti.-admito.-Y yo también te quiero, así que más te vale venir a Valencia pronto.

-Lo haré, lo prometo.-me besa la frente.

-Silvia.-la llamo mientras veo cómo Jesus le susurra algo al oído.-¿Me dejas despedirme de mi ídolo?

Ella asiente mientras corre a abrazar a mi Dani, y yo hago lo mismo con su Jesus.

Quien me iva a decir a mí que este fin de semana iba a cambiar tanto mi vida.

-Te voy a echar de menos.-susurro  abrazando a mi nuevo amigo.

-Y yo.-suspira.-Cuídamela por favor.-me pide.-Es una chica muy especial.

-Lo sé.-la miro riendo con Dani y sonrío.-Y lo haré, lo prometo.-le sonrío.-Hasta pronto Jesus.

-No nos olvides.-me pide y niego con la cabeza desganada. Odio las despedidas, y siempre las odiaré, pero es la hora.-Silvia.-la llamo.-Es hora de irnos.

No me digas te quiero, quiéreme.Where stories live. Discover now