Capítulo 17: "Este hombre vivirá..."

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Minos Axiotis se reclinó en su asiento y suspiró. Miró el icono de la Theotokos que colgaba de la pared y volvió a suspirar, esta vez más profundamente.

Madre bendita, dame fuerzas para soportar esta incertidumbre.

La última vez que había podido entrar en  contacto con Lara y Kurtis había sido en el hotel de Brasov. Desde que habían partido a Egipto no había vuelto a saber de ellos.

Algo malo había sucedido. Algo que inclinaba la balanza a favor del Mal.  Si al menos pudiera...

Sonó el teléfono.

Minos miró el aparato y se estremeció. Aquello no era normal.  En su retiro, él no solía usar ningún medio de comunicación (iba en contra de su modus vivendi y de las santas reglas de su comunidad), pero se había visto obligado a emplearlo para contactar con la Amazona y el Lux Veritatis.

Pero siempre había llamado él. Era imposible que lo hubieran localizado. Era imposible que...

Con un movimiento convulso, descolgó.

La voz que oyó a través del auricular era fría y cortante como el acero.

- Geiá sou, Minos Axiotis.

El anciano soltó un jadeo.

- ¿Quién eres?

- Mi nombre mortal es Joachim Karel. – dijo en un griego perfecto - En cuanto a mi auténtico nombre, no eres digno de conocerlo.

Minos notó que estaba temblando. ¡Estaba hablando con un Nephilim! Un ser inmortal... un ángel... un demonio.

- ¿Qué quieres?

- Oh, sólo informarte de los últimos movimientos. Parece que tus contactos últimamente no funcionan muy bien. Quizá sea porque los he mandado eliminar a todos.  Así que yo seré tu único contacto a partir de ahora. Agradécelo, hombre santo, no todos pueden disfrutar del privilegio que ahora gozas.

El anciano inspiró profundamente y trató de adoptar un tono de voz firme.

- Di lo que tengas que decir.

- Tengo a la Amazona.

Minos gimió, y Karel, al oírlo, correspondió con una carcajada.

- ¿Sorprendido? La historia se repite. Drakul se apoderó de Loanna, pero cometió el error de subestimarla. No predijo de lo que era capaz una humana desesperada. No vio a tiempo que prefería la muerte. Yo no cometeré tal error. Sé lo que puedo esperar de la futura madre de los Nephilim.

Minos no podía articular palabra, absorto en su horror, y por ello Karel continuó:

- No ha sido fácil hacerse con ella. El Lux Veritatis ha peleado con ahínco e incluso me ha herido para evitarlo. La verdad, no esperaba tanta energía por parte de esa rata, pero ahora sé que es lo bastante estúpido como para sacrificarse por ella. Ya lo hizo una vez, ahora que lo pienso. ¿No es típico de un humano?

- ¿Por qué me cuentas todo esto? – dijo Minos, apretando los puños con frustración.

- Lo sabes muy bien, viejo chocho. El Lux Veritatis vendrá a buscarla, impulsado por ese estúpido sentido del honor y la responsabilidad que tenían todos los de su Orden. Sí, es un digno contrincante, pero tiene un gran defecto: es humano. Eso le perderá.

Karel bajó la voz hasta convertirla en un susurro.

- Llámalo. Adelante. Ahora está en El Cairo. Te facilitaré su localización. Llámalo y dile lo que voy a hacer con ella. Y luego me cuentas su reacción.

Tomb Raider: El Sello ÁureoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora