Capítulo 11: ¿donde estamos?

167 10 0
                                    


NARRA MARTA

Ví como Marco le entregaba la mochila a Sandra.

Anahí: ya se que te cae mal, pero la cara de asco intenta disimularla un poco - la miré y cambie mi gesto riendo. Cuando y se había ido Marco, Anahí se fue con Gonzalo yo me quede a hablar con Sandra

Marta: suelta

Sandra: bueno pues que ayer me quede a dormir en casa de un amigo... y como sabe quien es Marco, vamos nuestro profesor de mates pues se la habrá dado a él supongo- sonrió

Marta: aaah, una cosita, las marcas de tu cuello a que viene?- Sandra rápidamente saco un espejo de su mochila

Sandra: es... es... es la alergia- tosió y sonrió

Marta: bueno va, anda camina a dentro que al final las marcas te las voy a dejar yo pero con el puño- salió corriendo yo sonreí

¿?: hola guapa- susurraron en mi oído provocando que me asustara

Marta: Rafael, no hagas eso- dije con mi mano en mi pecho , el simplemente se reía

Rafael: venga vamos dentro- Rafael era el único que sabía lo de Yolanda y Marco. Íbamos andando cuando Rafael tira de mi mochila para atrás

Marta: Ra...!!- tapo mi boca e hizo que nos escondiéramos tras un arbusto- que pasa?- dije

Rafael: mira- mire hacia donde apuntaba y me encontré con Yolanda y Marco hablando

Marta: corre déjame tu móvil- justo cuando tengo el móvil en la mano Marco se acerca a Yolanda posa sus manos sobre sus mejillas y la atrae besándola tiernamente- bingo- saqué una foto, problema...el flash estaba activado y Yolanda y Marco se dieron cuenta y rápidamente se separaron para vernos

Rafael: ¡mierda! que hacemos

Marta: ¡corre!- salimos corriendo pero para mi mala suerte Marco me atrapó y Rafael dejó de correr- suéltame, ¡me das asco!- grité y empece a moverme para que me soltara, Rafael en un movimiento rápido golpea a Marco en la cara haciendo que me suelte y yo corro hacia el

Yolanda: ya estoy harta- saco disimuladamente una pistola de su bolso y la volvió a meter- ya sabéis mi regalo, o os movéis y me hacéis caso o no me molestará tener que apretar el gatillo, asi que calladitos y andando vamos. Miré a Rafael y empezamos a caminar en la dirección en la que nos habían dicho

Yolanda: ahora!- vi como Marco de un tirón me separaba de Rafael y le ponía un pañuelo en la cara provocando que este cierre los ojos

Marta: pero que...- Yolanda tapo mi boca con un pañuelo, tenía un olor fuerte y desagradable, intente apartarla pero mis fuerzas se fueron de paseo.

HORAS DESPUÉS.

Noto mi cuerpo pesado, quiero despertarme pero me cuesta abrir los ojos, un rato después lo consigo, cuando consigo enfocar vi que me encontraba en un lugar oscuro, la única luz que hay es la que entra por una pequeña ventana, miré a mi alrededor pudiendo distinguir de entre la oscuridad unos cuantos muebles tirados por el suelo y cogiendo polvo, olía a cerrado y humedad, un olor demasiado fuerte y desagradable para que mentir, intente moverme pero tanto mis piernas como brazos están atados a la silla en la que me encuentro sentada. El chirrido de la puerta hace que incorpore la cabeza, entraron dos personas, encendieron la luz y vi a quien pertenecían las figuras que vi entrar, exacto... Marco y Yolanda

Marta: pero que mierdas estais haciendo

Yolanda: ¿que sorprendida?

Marta: la verdad no, ya sabía que estabas loca, oíste ¡ loca!- grité causando que su mano se estrellara contra mi cara exactamente mi labio, provocando de este empezará a salir sangre, el golpe fue excesivo y la sangre desfilaba de mi labio hasta aterrizar en mi polo blanco( uniforme escolar). Levante la mirada para no demostrarla que me rendía
Yolanda: veo que vamos comprendiendo- iba a hablar pero oí un golpe proveniente de tras mío, al girar mi cabeza lo primero que veo es a Marco con su puño izquierdo lleno de sangre al igual que su ropa solo que en menor cantidad, y a Rafael justo detrás mía tirado en el suelo y atado a una silla escupiendo sangre y haciendo gestos preocupantes mientras me miraba, Marco le levantó del suelo, posando su silla a mi lado y y dándole un puñetazo en el estomago
Marta: ¡Bestia! Para le vas a matar- no podía más y unas cuantas lagrimas escaparon de mis ojos, Marco simplemente me miró limpio sus manos con una toalla que había cerca la tiro a la cara de Rafael y se fue.
Yolanda: eso es lo que os va a pasar y ¿quieres saber porque?
Marta: tengo cara de que me importe vieja decrepita- por hablar me dio una bofetada en la mejilla
Yolanda: pasa por meter las narices donde no te importa niñata, de momento os quedaréis aquí, lo pasareis en grande- dicho esto empezó a reírse y se marchó
Marta: Rafael, como estas?
Rafael:bueno - escupió sangre al suelo- he tenido mejores momentos, te a dejado el labio inchado- me miró con pena- y tu mejilla ahora tiene un moratón
Marta: estoy bien, no te preocupes- mire a mi alrededor ( lo poco que podía ver)- ¿donde estamos?
Rafael: no lo se pero tiene pinta de estar abandonado- hizo una mueca de dolor al intentar moverse- y ya no tenemos mi móvil
Marta: ¡¿tu móvil?! Donde está
Rafael: desperté un poco antes que tu y ellos no se percataron de ello y vi como miraban mi móvil y luego Yolanda Lo rompía con su zapato , bueno más bien lo perforaba, esta allí- mire hacia el suelo y efectivamente allí estaba con un agujero que lo traspasaba en el centro
Marta: mi mochila- dije mirando a todos lados
Rafael: esta allí junto a nuestros jerséis y abrigos, en una esquina donde una gran mancha de humedad crecía, se encontraban nuestras cosas.
Marta: tengo mi móvil dentro, de casualidad no tienes tu mechero (Rafael no fuma, es un obsequio que le dio su padre, el cual murió cuando este tenía 6 años, ahora tiene 17 ha repetido dos cursos)
Rafael: lo tenía en el abrigo- comento bajando la cabeza
Marta: ¡mierda!- comencé a tiritar- tengo frío
Rafael: ya, yo también- se acercó como pudo a mi para quedar más cerca y darnos calor
Marta: y si nos matan- las lagrimas se deslizaban por mis mejillas- no quiero morir tengo miedo
Rafael: eso no va a pasar porque yo ya tengo un futuro pensado y es tu lado, y si nos morimos no podemos cumplir nuestros sueños- se acercó y me besó, el calor de su boca me fue inundando, haciendo que el frío disminuyera. Nos separamos y nos miramos a los ojos, me apoye en su hombro
Marta: se habrán dado cuenta de que hemos desaparecido- dije incorporándome
Rafael: seguro que si, ya verás mañana estaremos otra vez dando clase de historia y aburriéndonos como ostras- sonreí y volví a apoyar mi cabeza en su hombro el puso su cabeza sobre la mía y así estuvimos hasta que nos dormimos



Enamorada de mi profesor de mates (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora