La alquimia y sus orígenes

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En el término Alquimia, que viene derivado del árabe: "Alkimiya", tenemos una segunda parte de definición, la cual se remonta a la raíz egipcia "kmm" que significa: negro, alquimia viene a ser pues "Arte Negro".

Otra interpretación se basa en el hecho de que el plomo negro es una materia prima muy importante en los procedimientos alquímicos.

Todas las fuentes de que se disponen, confirman que la alquimia tiene su punto de partida en Egipto y Mesopotamia. y es que los egipcios, por ejemplo, desarrollaron conocimientos químicos prácticos en la fabricación de colores y perfumes necesarios para su culto a los dioses.

Además debido a la fuerte demanda de metales y minerales preciosos, se descubrieron procedimientos que permitían transformar aparentemente materiales de poco valor para asemejarlos de un modo increíble a los materiales preciosos.En papiros egipcios del siglo III, se enumeran cientos de recetas o formulas sobre el ennoblecimiento o falsificación de metales.

En las paredes del templo de la ciudad de Edfu, en el Alto Egipto, están grabadas muchísimas recetas sobre la fabricación de perfumes, hecho que nos conduce a la conclusión de que en ciertas partes del templo debía haber laboratorios en donde trabajarían sigilosamente los doctos sacerdotes, éstos mantuvieron en secreto la fabricación, considerados como conocimientos religiosos, y solo los transmitían a un pequeño numero de elegidos. Pero estos saberes o conocimientos eran ofrecidos a los muertos para que los utilizaran posteriormente en el "Mas Allá", y así se encontraron en los papiros hallados, nombres secretos, alegorías y plegarias e invocaciones de Dioses. Tenemos un ejemplo palpable en el famoso "Libro Egipcio de los Muertos".

La alquimia no es por su origen solo un arte aplicado, que ennoblece metales y fabrica colores, sino que también posee un componente religioso y de visión del mundo. Y así ambas partes, tanto la aplicada como la esotérica, se nos ofrecen y presentan con mayor o menor fuerza en la historia de la alquimia y en los diversos pueblos o culturas.
El punto de partida de la alquimia histórica se encuentra en la Alejandría Helénica en el siglo I a.C. donde un elevado numero de aplicaciones químicas se fundió con la filosofía griega y las religiones orientales.

El primer documento escrito de esta época, que ya trata de la transformación de los metales, es del texto "Physika et Mystica" que erróneamente se atribuyó posteriormente a Democrito. El antepasado divino de esta ciencia es el dios egipcio Toth o su equivalente helénico Hermes Trimegisto, bajo cuya protección se encuentran las Ciencias Ocultas.

La alquimia posterior se basa en Moisés o en la legendaria "Maria La Judía".Una influencia decisiva en el desarrollo posterior de la alquimia la tuvo el encuentro con las corrientes religioso-filosóficas de la gnosis, del hermetismo y del neoplatonismo, que se acuñaron en la imagen de la Alquimia.

Los falsos alquimistas

Los falsos alquimistas, es decir simples charlatanes de feria, florecieron por los mercados de los burgos del sur de Alemania, a mediados del siglo XVI. Algunos mostrando a quien los quería ver y desde luego pagar por ello, falsos antiguos grimorios de Alquimia, los curiosos y los ingenuos se congregaban alrededor de aquellos indiscretos ambulantes, los cuales con cuidado especial y después de haber recibido algunas monedas, simulando mil precauciones, sacaban de una misteriosa bolsa de cuero, una curiosa botella, la cual contenía unos extraños huesecillos que estaban dentro de un liquido viscoso. Aquellos huesecillos terminaban siempre siendo los restos del "Homusculo" de los alquimistas.Las miradas cargadas de asombro, con toques de incredulidad se cruzaban, también el miedo y la aprensión se apoderaban de aquellas humildes gentes, ante sus ojos tenían parte de "un hombre artificial". El charlatán, bajando la voz se excusaba. Alegaba y decía que no había tenido el suficiente cuidado, que no había logrado alimentarlo adecuadamente. Que había fabricado erróneamente esencias a partir de vino y rocío natural, y que desgraciadamente "el homusculo" había desaparecido. Solo quedaban sus restos: aquellos huesecillos que guardaba celosamente para rememorar sus logros. Estaba desanimado y falto de "capital" pero no se cansaba de repetir que a la menor ocasión y oportunidad proseguiría sus experiencias.

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