Armadura de papel

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N. de la A.: ¡Sean todos bienvenidos al capítulo 4 de Muro! :) espero que lo estén disfrutando tanto como yo. Me gusta cómo se va desarrollando todo. Leon y Noiholt profundizando paulatinamente... Ya verán.

Hay algo que me gustaría puntualizar esta vez: necesito ponerlos en este contexto para que comprendan al cien por cien por qué estos dos actúan de la forma que verán durante la lectura. Bueno, ¿por qué? Pues porque él tiene veintitrés años y ella veinte. Son críos en muchos aspectos. Jovencitos, año 2000... son circunstancias diferentes. Son aún muy inmaduros en muchos sentidos. Bueno, me sentí en la necesidad de recordárselos ;) para que no se desesperen, jajaja.

En fin, solo me queda decir: ¡disfruten!

Disclaimer: Los personajes utilizados aquí son propiedad de Capcom, excepto la lunática Noiholt Maüser, esa chiquilla sí que es mía x'D

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Capítulo 4: Armadura de papel

Washington D.C., Estados Unidos. Día 23 de febrero del año 2000.

El restaurante elegido por Leon para aquella primera cita se encontraba en una de las zonas más concurridas de Washington. Noiholt se mostró avergonzada por no contar aún con prendas adecuadas para cenar, pero él le pidió que no se preocupara por esos detalles. Mal que mal, la chica llevaba apenas quince días viviendo en Estados Unidos y difícilmente había tenido tiempo de asentarse en el departamento que el gobierno le pagaba.

—La ropa que estás llevando es perfecta —mencionó Leon, sin explicarle que el hecho de verla vestir ropa ejecutiva alimentaba su libido.

Habiendo solucionado ese punto, ambos se encaminaron a su destino. Al llegar, el agente pagó una pequeña suma de dinero adicional para ocupar un privado, de esa forma nadie los molestaría mientras continuaban su reencuentro. Nadie, excepto la graciosa camarera que tomó sus pedidos.

—Le recomiendo nuestra Maryland soup en caso de que le gusten los productos marinos —dijo la muchacha, notando que Noiholt no sabía qué plato principal escoger.

—Okay.

Ella les dedicó una sonrisa a ambos, sirvió el vino y los dejó solos mientras iba a la cocina con los pedidos. Aerosmith se hizo presente en ese momento con Amazing, una bella canción que les hizo relajarse un poco. Esa cita era un momento crucial para ambos, pues podrían desenvolverse fuera de un ambiente potencialmente mortal. Las circunstancias en que se conocieron y se gustaron fueron extremas, por tanto, había mucho que aún no sabían del otro.

—¿Te gusta el vino? —inquirió el agente mientras movía su copa.

—Lo he bebido en pocas ocasiones. —Dio un sorbo—. Está muy bueno.

Leon sonrió y movió su silla para quedar algo más cerca de ella.

—Dime, ¿habías venido antes a Estados Unidos?

—Sí, hace muchos años mis padres me trajeron a Disney World. Era pequeña, pero fue divertido.

—Yo también fui cuando niño. —Rascó del mantel una mancha invisible—. Recuerdo haber arrancado de Mickey cuando intentó darme la mano. —Noiholt rio de buena gana con la anécdota, haciendo que Leon se contagiara y también terminara riendo.

—¿Tienes parientes vivos?

—Sí, un tío y una abuela. Mis padres estuvieron involucrados en un crimen hace muchos años [1].

Muro de BerlínWhere stories live. Discover now