El chico de las lechugas

La Bella Familia BangTan

Había pasado dos días desde su Come Back y estaban de primeros en las listas musicales, el video había pasado el millón a las 19 horas y ya iba a llegar a los 3 millones. Las fans compraban los discos hasta agotarse en algunas tiendas. Todo iba bien, excepto por el hecho de que Lee Jong no daba señales de vida todavía. Por suerte JungKook lo cubría perfectamente pero el no podía seguir para siempre ahí.

En la noche tenían una presentación en el Music Core y eran las 9 de la mañana y Jin suspiraba Feliz por su bella hermosa familia.

Taehyung y Hoseok comiéndose a besos en el sillón mientras pusieron Mario Kart en pausa y Jin se hacia el que no había visto nada desde la cocina haciendo el desayuno. Se escucharon unos pasos y se separaron de inmediato quitando la pausa del juego; YoonGi llego a la sala con los ojos cerrados y bostezando se había parado temprano vio a los chicos jugando y sonrío

— Mi turno quiero jugar yo — Se acostó en las piernas de los chicos quienes lo tiraron al piso y salieron corriendo

— YoonGi ¿Estás bien? — Jin fue a la sala a ver si no se había lastimado mucho, una lesión ahorita era fatal, el rubio alzó su brazo y con su pulgar arriba

— Si estoy bien,  estos mocosos ya van a ver — se paro del piso se iba a disponer a correr — ¡ay! Mi espalda, ya estoy viejo para estas cosas — se estiro y sus huesos sonaron.

Taehyung y Hoseok era sus niños traviesos y YoonGi era su lindo abuelo gruñón.

— Jin Hyung has visto unas medias negras con unas estrellas blancas a los lados — dijo JungKook desde su cuarto, Jin vio a Suga quien las tenía puesta y todas sucias y corrí igual a esconderse que V y J Hope

— No las he visto Kookie, somos 8 y los pares de medias siempre se confunden, yo a veces he visto el mánager con mis medias— El chico salió de su cuarto sin camisa y abrochandose el pantalón con el cabello húmedo.

— Esas medias son especiales, son de la suerte y un regalo muy especial  —Buscaba por los cojines del sofá

Atrás de cuarto salió Jimin y su mirada expresaba molestia. En dos días quienes siempre estaban juntos ahora estaban distanciados, y estaba seguro que era por el beso que se habían dado los dos. La mirada de Jimin se dirigió a la espalda de JungKook que tenía algunos moretones que era obvio que eran por causa de sus caídas y ya se estaban quitando.

— En realidad no la he visto, Por que no le preguntas a YoonGi lo vi dirigirse mi cuarto — se escucho a lo lejos: " Traidor"

— Él las esta usando verdad — Ni siquiera me lo pregunto

— Puede ser, pero yo no te dije esto. Si quieres puedes usar las mías son color rosa con estrellas pero no se notan y siempre dan buena suerte y es una regalo que me hizo mi hermana hace 3 años, ya sabes donde están mis medias — JungKook corrió al cuarto seguido por Jimin y desde la cocina se escuchaba la pelea de almohada que se formó.

Jimin era mi niño lindo y pervertido y JungKook era mi nuero súper genial, Lee Jong era el rebelde de la familia que se habia escapado de casa y es más que obvio que regresará. Dejo sus zapatos favoritos.

NamJoon se despertó por el ruido todavía enrrollado en la sabana, y yo seguí haciendo el desayuno.

— ¿Los voy a callar?  — Me pregunto bostezando y rascándose una nalga

— Déjalos un rato más han estado muy tensos estos días — Las risas inundaron el apartamento había pasado a una guerra de cosquillas contra YoonGi

— Esto parece un hospital psiquiátrico — Dijo quejándose mientras tomaba una taza de café

— Te vienes a dar cuenta ahorita NamJoon — Eramos las personas menos serias que yo conocía

— Desde que fueron llegando cada uno me di cuenta — dejo la taza a un lado y fue a calmar los gritos y las cosquillas

Bueno NamJoon era el que se suponía más “normal” de todos y el que imponía la seriedad y el era que mandaba ya que era el líder de la familia y era por decir el padre, el mánager era como la mascota que nunca tomábamos en cuenta por qué haces ni se la pasaba en el apartamento y bueno yo era la Mamá que quería a todos sus retoños por igual.

Volvió con todos lanzándole almohadazos y el también tenía una almohada tratando de defenderse. Hice sonar mi garganta y todos pararon.

— Vamos a comer en paz y si veo solo una almohada cerca y fuera de sus camas va a comer hasta que terminen los demás

Dije eso con tranquilidad y todos llevaron las almohadas a los cuartos