LEOColgué la llamada de Ivy y me metí en la ducha rápidamente. Habíamos llegado hace unas horas y no era capaz de dormir nada, mi madre me había dado una pastilla para que me la tomara después de la ducha, según ella después de ducharme me cansaría más y dormiría mejor. Me metí en cama y observe la foto con Helena.
- ¿Dónde estás mi amor? - acaricio la foto y me tomo la pastilla con un gran sorbo de agua. No podía seguir esperando más, me alegraba que la madre de Helena se hubiese recuperado, pero necesitaba a su hija a mi lado con demasiada urgencia.
Noté que mis párpados pesaban y me dejé vencer por el sueño.
---------
Desperté después de once horas de sueño. No me lo podía creer, me sentía relajado después de tantos días, y eso era bueno porque tenía el cuerpo y la mente descansada y estaba seguro que tendría grandes ideas.
Bajé las escaleras de mi casa y me relamí los labios, todo olía a chocolate. Fui hasta la cocina y sonreí al ver a mi madre.
- ¿ Qué hay de chocolate ? - pregunto.
- Nada, será algo que se preparó ayer, pero huele bien - dice mi madre acercándose a mi - te ves descansado hijo.
- Si, dormí hasta ahora. Gracias por lo que me diste mamá, pero mejor no abusar de esa pastilla, sino después me engancharé a ella y Helena me reñirá - digo convencido de lo que acabo de decir, la encontraré pronto.
- Ese es mi chico - responde con un gran abrazo - prepárate para la reunión de esta noche, estoy deseando abrazar a mi amiga - dice con una pequeña sonrisa.
- Si, iré a por Alexia y saldremos hacia allá.
----------------
Llegamos a casa de los Ferragni, allí tenían una zona que usaban para los invitados donde se celebraría la reunión. Dejé mi arma bien escondida en la funda pegada a mi espalda. Toda mi familia estaría allí y no me arriesgaría por nada. Benja ya había llegado puesto que quería estar un rato a solas con Ivy, envidiaba a mi amigo por estas cosas pero tenía el presentimiento de que algo sucedería esta noche. Cuando la tuviera conmigo me la llevaría lejos de aquí, y nos iríamos a una playa paradisíaca, tenía pensado hacerle el amor cada noche y ver cómo su piel se tostaba ligeramente con el sol.
Parpadeo varias veces y cruzo la puerta sosteniéndosela a Alexia, mi prima estaba pegada a mi y clavó su mirada en Mircella. Me miraba con superioridad, tenía muy claro que escondía algo, y como fuera a su prima le volaría la cabeza yo mismo.- Que olor a chocolate, quiero comerlo, enserio - dice Alexia. Ambos adorábamos el chocolate, al igual que Helena. Siempre que podíamos convencíamos a Agatha para que hiciera cualquier cosa. Pero eso era cuando todavía me dejaban dormir con ella siendo pequeños.
- Si, en casa también me olía - respondo acercándome a mis padres que ya habían llevado y hablaban con Elsa y Riccardo.
Es increíble cómo somos los humanos, el padre de Helena estaba lleno de vida teniendo a su mujer a su lado, y sabía que ahora tendría la cabeza bien puesta para ir a por el cabrón que tenía a su hija.
Elsa se giró y al verme me dio un gran abrazo. No me lo esperaba así que tardé en reaccionar, tenía el mismo color de pelo que su hija y era doloroso estar abrazada a ella creyendo que era Helena. Se separó de mí y besó mi frente como tantas veces lo hacía mi madre.
ESTÁS LEYENDO
Lealtad (Crónicas de la mafia #2)
ActionLas familias más poderosas de Roma han sido atacadas por una organización que lleva años vigilándoles desde dentro, Helena no puede creerse que Mike como ella le conocía, la usara para quitarle toda su herencia. Con ella desaparecida Leonardo Corleo...